Redoblar la apuesta
Benito Laren vuelve a sorprender con el delirante casino que instaló en la galería Del Infinito
Para los que venimos siguiendo los fantásticos delirios de Benito Laren, nada más lógico en la evolución del "universo lareniano" que la cristalización de su propio y genuino casino. Y no cualquier casino, señoras y señores, sino un casino verdaderamente? ¡espectacularen!
Así como el arte contemporáneo toma prestados formatos preestablecidos de otras áreas del saber -como las ciencias naturales, las astronómicas o las políticas- para extraer el vericueto poético y estructurar cierto discurso formal, sea buscando la fricción del absurdo o una actualización más o menos intelectual, en la obra de Benito Laren ese abordaje es tan directo y evidente que bien lejos está, a Dios gracias, de cualquier estrategia calculadora medio tirada de los pelos.
Laren va al grano, nos deslumbra y nos divierte con la obviedad que lo caracteriza, una obviedad tan pero tan laboriosa que cada vez que vemos o leemos sus ocurrencias éstas resultan indudablemente certeras, y nos sorprende no habernos dado cuenta antes de algo a todas luces evidente.
En la muestra Casino , montada en la galería Del Infinito, Benito Laren apuesta, una vez más, todas las fichas. Y para eso, la parafernalia timbera le ofrece todo un repertorio de formas y frases que le vienen a su obra, tan proclive al juego perpetuo, como anillo al dedo.
Las vedettes de la muestra -además del mismísimo Benito, de despampanante prestancia: cadenas y reloj dorados, los diez dedos de sus manos con anillos de firulete y colorida pedrería, traje blanco repleto de bordados alusivos al juego, como cartas de póquer, fichas y dólares- son, sin lugar a dudas, un piano y una ruleta.
Xulian Lennon es el título de la fun machine , cuyas teclas fueron enteramente pintadas de colores cual dentadura variopinta o arcoíris musical. Pero cuando Benito Laren se apodera de un objeto, lo deglute por completo para devolverle al mundo una pieza única con su sello inconfundible.
Así es como el piano de juguete está absolutamente convertido a la religión de su ídolo recurrente: Xul Solar. Tapa y frente ostentan las escaleras voladizas, las transparencias y visiones radiográficas del pintor, astrólogo e inventor creador de la panlengua que bien podría haber sido un entrañable amigo de Benito. Para comodidad del concertista, un banco se dispone cerca del piano y, como corresponde al código Laren, el banco también es obra y lleva por título una de sus geniales ocurrencias: Hice saltar la banqueta .
Un puñado de antiguas fichas de ruleta fuera de circulación, provenientes del casino de Mar del Plata, ha sido incorporado a No va nás , la ruleta exhibida contra la pared, a la manera de cuadro. Entre las fichas nacionales se cuelan otras de un casino de Las Vegas, el imperio del juego, compradas por Internet.
Mención aparte merece el Menú-Sin resto del Casino Laren. Entre los vinos que ofrece podemos degustar el Oporto unista , Me hice pisco o No hay tu tía , acompañados con un suculento plato de Fracasado a la vinagreta o ¡Estás locro! Y si el estómago pide más, todavía tenemos postres o infusiones tentadoras: Quedé helado , Té ficha o ¡Qué capo Chino!
Secundando la ruleta, nos deleitan dos insólitas plantitas ( Matajuegos ), construidas precisamente con matafuegos, de los que brotan duchadores cual tallos ondulantes rematados por flores metálicas, que esconden pequeños collages de colores y signos brillantes tan típicos del planeta Laren.
Desbordante y preciosista, la propuesta de Benito Laren, al transformar una galería entera en un casino, nos invita, una vez más, a dejar el lugar de pasivos y perezosos espectadores para convertirnos en acérrimos adictos al arte, con todo lo que ello trae aparejado: pasión, obsesión, riesgo y diversión. Y sobre todo, entender aquello consabido pero tan poco practicado en la vida adulta: jugando se aprende. Ya lo decía el eximio jugador de póquer Chris Ferguson: "Si piensas que no tienes nada que aprender, es la forma más segura de garantizar que aprendes exactamente eso: nada".
Ficha. Casino , de Benito Laren, en Del Infinito Arte (Quintana 325, PB), hasta el 20 de junio