Realidad y simulacro
Sara Facio en la Fundación Klemm y Fabiana Barreda en Telefónica muestran dos caras de la fotografía contemporánea
Hasta fines de septiembre se realizan los XIII Encuentros Abiertos Festival de la Luz, organizados por la Fundación Luz Austral. En ese marco institucional, con el apoyo de museos, centros culturales, fundaciones y galerías, se presentan en todo el país más de doscientas sesenta exposiciones individuales y colectivas. En las muestras conviven los artistas fotógrafos y los artistas visuales, quienes utilizan ese medio como instrumento para las estrategias conceptuales y los simulacros.
En la Fundación Federico Jorge Klemm expone una serie de fotografías Sara Facio, una de las profesionales más destacadas de la generación emergente en la década de los sesenta. Su trabajo, que se desarrolló a lo largo de varias décadas con temas muy diversos, adquirió un prestigio poco común por los retratos de escritores. Los de Jorge Luis Borges, Julio Cortazar y Pablo Neruda son auténticas imágenes emblemáticas, inolvidables.
En esta ocasión, con la curaduría de Rodrigo Alonso, se exhibe la serie Funerales del Presidente Perón, que Facio realizó durante varias jornadas, desde el 1º de julio de 1974. En esas fotografías, tomadas bajo la lluvia, registró acontecimientos no centrales, marginales, producidos en varias zonas de la ciudad frente a la noticia de la muerte del viejo líder.
Todas las obras, como las que muestran a los muchachos peronistas, las escenas de la Villa miseria, la mujer con un ramo de flores frente al Congreso Nacional, el joven que lee las noticias en un diario, exhiben sin atenuantes la angustia y el dolor de un pueblo que se siente solo ante un destino incierto.
La actividad profesional de Sara Facio se desarrolla en varias direcciones; además de fotógrafa es autora y editora de libros especializados, curadora y crítica. En 1985 creó la Fotogalería del Teatro General San Martín, que dirigió hasta 1997. Dos años más tarde donó su colección particular de fotografías al Museo Nacional de Bellas Artes, sobre cuya base organizó la primera colección de ese género incorporada a un museo de arte en la Argentina.
(En Fundación Federico Jorge Klemm, Marcelo T. de Alvear 626, hasta fines de septiembre)
Simulacros
En la Fundación Telefónica, con el título Proyecto Hábitat: Utopía y deconstrucción, Fabiana Barreda (1967) presenta un conjunto de obras cuyo tema es la arquitectura. En sus grandes fotografías se suceden tres series: Arquitectura hogareña, Las casas nacionales y La arquitectura del azúcar, integradas por las viviendas elementales, los monumentos históricos, los paradigmas del modernismo local, los proyectos utópicos y las invenciones arquitectónicas de la artista.
Las obras no documentan los edificios reales; el Cabildo de la fotografía es imposible de confundir con el monumento histórico de la Plaza de Mayo. Barreda fotografió, en forma neutra, sin adjetivar de manera alguna, una maqueta en miniatura que había construido con materiales sencillos, con un tono saturado de humor: el edificio es rojo, el cielo es verde, un gran charco de agua se expande frente a su fachada.
La muestra está integrada por fotografías que muestran edificios configurados con similar carácter lúdico, plenos de referencias políticas y sociales, sin la menor señal de nostalgia ni rasgos antiutópicos. Con este tono se suceden la famosa Casa del puente de Amancio Williams (sobre la que se proyecta una imagen luminosa de Splitting house (Casa deconstruida), de Gordon Matta Clark), el proyecto para una casa en el Delta del Tigre de Xul Solar, el Planetario de Buenos Aires construido con azúcar, una fachada "deconstructivista", una casa de flan, una de arena y otra tatuada en la piel de una modelo desnuda.
Un objeto central en el conjunto exhibido es la pequeña casa con techo a dos aguas de acrílico transparente, neutra, sin arquitecto, sin habitantes ni objetos, vacía. En su interior podría albergarse todo aquello que requiere "ser visto", mostrarse de manera pública sin nada que lo oculte. Este es el tema del video que complementa la exposición: de pie frente a la Casa Rosada, en la Plaza de Mayo, una joven con la "casita transparente" en una de sus manos recorre los edificios y monumentos del espacio simbólico del poder. La cámara muestra de manera continua, a través de la morada transparente, los espacios opacos, oscuros, que rodean la antigua Plaza Mayor.
En exposiciones anteriores, Barreda exhibió fotografías en las que revelaba sus relaciones subjetivas con el espacio público de Buenos Aires, precario y deteriorado. Los viajes en taxi, los aeropuertos y los hospitales fueron otros temas aptos para sus obras. En la serie Proyecto Hábitat: Reciclables, de 1999, también se refirió a la casa con humor. La pieza más conocida de este grupo es La casita de leche, una maqueta cuyas paredes están construidas con envases de una conocida marca nacional de productos lácteos.
En 2001-2003, Fabiana Barreda integró El final del eclipse, una exposición de arte latinoamericano que con la curaduría del crítico José Jiménez se presentó en la Fundación Telefónica de Madrid, y en otros espacios de España y Latinoamérica. En Buenos Aires fue exhibida en el Museo Nacional de Bellas Artes.
(En Espacio Fundación Telefónica, Arenales 1540, hasta el 20 de septiembre)