Rastros de una mujer legendaria
Leonor de Aquitania
Por Jean Flori
Edhasa/Trad.: Manuel Serrat Crespo/573 páginas/$ 105
En esta obra exhaustiva y fundamentadísima (notas y bibliografía ocupan casi un tercio del volumen) el prestigioso medievalista francés Jean Flori (director de investigaciones en el CNRS de Francia) nos pone ante los esplendores y los límites del conocimiento historiográfico, así como ante las "vueltas y revueltas" -cambios de perspectiva, de enfoque, de plataformas teóricas- propios, en definitiva, de toda disciplina científica, tanto de las llamadas "ciencias duras" como de las más cuestionadas "ciencias sociales".
No es esta la primera biografía publicada por Flori, autor, entre otros libros, de una obra biográfica relacionada con ésta: Ricardo Corazón de León, el rey cruzado (2002). Frente a otras tendencias, como la escuela marxista, que hace hincapié en los procesos económicos como factores determinantes, o la escuela de los Anales, que privilegia la función de las masas y los movimientos político-sociales, es hora -señala Flori- de recordar que también los sujetos individuales con poder de decisión han tenido una influencia singular y única en los destinos de sus respectivas sociedades. Y Leonor de Aquitania (1124-1204), justamente, representa como pocos la voluntad de hacer valer el albedrío personal frente a las presiones de todo tipo, y modelar el propio destino, actuando -pese a las fuertes limitaciones históricas de género- en tanto ser humano de pleno derecho.
Nieta del legendario duque trovador Guillermo IX, es desposada a los trece años con Luis VII, el rey francés. En 1148, cuando acompaña a su marido a la cruzada, se produce el primer gran incidente escandaloso que iniciará su "leyenda negra". La reina intima y congenia, en Antioquía, con su tío paterno, el príncipe Raimundo, a tal punto que desea quedarse allí y divorciarse del rey francés. Si se trata de un adulterio incestuoso, o de desacuerdos políticos con un marido timorato que le parece un "monje" más que un "rey", es asunto polémico que se seguirá discutiendo. Después de esa cruzada fallida, se produce el nacimiento de una segunda hija, pero también el divorcio de los esposos (alegando una "consanguinidad" que antes no había importado) y el inmediato matrimonio de Leonor con Enrique Plantagenet, que será pronto coronado como soberano inglés. Ocho hijos en común no son garantía de paz familiar. En 1173 los varones, apoyados por Leonor, se vuelven contra Enrique, que no desea dividir su reino ni ceder una pizca de su poder. El rey gana la partida, y mantiene cautiva a su mujer durante quince años, sin neutralizar con ello la rebeldía de sus herederos. A su muerte, Leonor, de la mano de su hijo Ricardo "Corazón de León", vuelve al trono como una reina madre dotada de genuina autoridad. Gran protagonista política, realiza -a pesar de su edad- largos y agotadores viajes que la llevan de un lado a otro de sus dominios o más allá de ellos, en misiones diplomáticas, arreglos matrimoniales, o el rescate de Ricardo, prisionero del emperador alemán. Lucha, hasta el fin, por conservar la integridad del imperio Plantagenet, que finalmente queda en las manos poco hábiles de Juan (el antes "sin tierra"), su hijo menor, al que ella -contra infundadas versiones- en todo momento protege y trata de reconciliar con el caballeresco Ricardo. Por otro lado, Leonor, sospechada o abiertamente acusada de liviandad y adulterio, ha llegado a nuestros días como emblema de la "reina cortés", árbitro en las "cortes de amor", culta y protectora de trovadores y letrados.
Flori organiza su trabajo en dos grandes secciones. En la primera: "Leonor al hilo de los tiempos", realiza un recorrido por la "biografía razonada" de la reina, exponiendo sobre todo los puntos de consenso, aceptados hoy por la comunidad académica y marcando las fronteras entre lo realmente probado y la mera conjetura. En la segunda: "Cuestiones controvertidas", aborda los núcleos aún polémicos, donde la interpretación y la reinterpretación han sido más intensas. Si la primera parte es imprescindible e ilustrativa, sobre todo para aquellos menos versados en la época y en la vida de la reina aquitana, la segunda resulta la que mayor interés reviste. Equilibrado en sus juicios e interpretaciones, Flori se propone dejar de lado -hasta donde ello es posible- las lecturas ideológicas (desde la moralizante clerical hasta otras, más estimulantes, pero forzadas por nuestro propio horizonte). El "incidente de Antioquía" que precipitó su separación de Luis, la naturaleza del llamado "amor cortés" y la verdadera influencia de Leonor y de sus hijas en el clima espiritual con él relacionado, su poder político y su mecenazgo cultural, su relación con el mito artúrico (hasta el punto que las imágenes de Leonor y de Ginebra se interpenetran e influencian mutuamente), son objeto de finas discusiones y perspicaces análisis que vuelven a poner en valor la complejidad y la potencia simbólica de esta gran figura femenina. Si bien no es posible acceder al personaje real histórico "en sí mismo", no hay duda, concluye Flori, de que ella, tanto por sus actos documentados como por lo que se infiere de las reacciones y lecturas de sus contemporáneos, "encarna la inquietante y turbadora irrupción de la Mujer en un mundo que hasta entonces se conjugaba en masculino."
Después de solazarse y aprender con este modelo de investigación académica, no deja de ser recomendable, en busca de un efecto complementario, volver al arte. Las dos versiones cinematográficas de El león en invierno , de James Goldman, con Katharine Hepburn y Glenn Close en el papel de Leonor, son quizás el mejor acompañamiento de este libro.
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