La escena porteña bajo la lupa de Ralph Rugoff, director artístico de la Bienal de Venecia
"¿Qué significa la Bienal de Venecia para Buenos Aires?", pregunta Ralph Rugoff a un grupo de periodistas reunidos para registrar sus respuestas. Al invertir los roles en su propia conferencia de prensa, el director artístico de la próxima edición de la Bienal de Venecia demostró ser coherente con lo que promete: lograr que la bienal más antigua del mundo, fundada en 1895, siga sorprendiendo al poner énfasis en la capacidad del arte para cuestionar.
"Yo solía odiar ir a las bienales, especialmente si son muy grandes. Hay un límite de cuánto arte se puede asimilar. Para ver todas las propuestas interesantes en Venecia se necesitarían tres semanas, y la gente pretende hacerlo en cuatro días", sostuvo este curador que tuvo a su cargo en 2015 la Bienal de Lyon, otra de las más prestigiosas del planeta.
De visita por primera vez en América del Sur, este estadounidense radicado en Londres, donde dirige la Hayward Gallery –un espacio cultural no comercial–, llegó a Buenos Aires invitado por varias instituciones que aportaron fondos con el fin de que conociera la escena local. Este gesto sin precedente fue impulsado por Teresa Anchorena desde el Fondo Nacional de las Artes (FNA), en cuya sede se aloja Rugoff. El curador dormirá hasta pasado mañana en la misma habitación que ocupó la mítica Victoria Ocampo en la década de 1930, en la famosa casa de Palermo Chico proyectada por Le Corbusier y construida por Alejandro Bustillo.
Allí también comenzó a entrevistar hoy Rugoff a dicisiete artistas argentinos que eligió entre una lista de doscientos aportada por las instituciones que participan de la iniciativa: además del FNA, Fundación Proa, la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la Dirección de Asuntos Culturales de Cancillería, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
El curador ofrecerá hoy a las 19 una charla gratuita en el rectorado de la Untref (Juncal 1319) y desde mañana recorrerá los museos mencionados además del Museo Xul Solar, destino agregado por expreso pedido suyo. Un circuito similar al realizado en los últimos días por decenas de integrantes del directorio de la Peggy Guggenheim Foundation, invitados por Adriana y Ludovico Rocca, y semanas atrás por los coleccionistas que participaron de la semana de Art Basel Cities: Buenos Aires, lo que confirma el creciente protagonismo que está ganando la Argentina en la escena artística global.
Bajo siete llaves
Aunque confesó estar "impresionado" por "la calidad, la originalidad y el carácter experimental" de la producción de los artistas locales, Rugoff mantuvo bajo estricta reserva la identidad de los entrevistados. Como lo está aún la de los autores de los 68 anteproyectos preseleccionados para definir el envío argentino a la Bienal de Venecia. Este último se anunciaría a fines de esta semana tras haber sido elegido en un concurso abierto por primera vez desde 1901, cuando la Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en participar del prestigioso encuentro.
Familiarizado con la obra de artistas argentinos como Tomás Saraceno y Adrián Villar Rojas, Rugoff aclaró que estas reuniones no implican que los artistas argentinos se contarán entre los 80 de todo el mundo que seleccionará para participar de la 58a edición de la Bienal de Venecia, del 11 de mayo al 24 de noviembre de 2019, como parte de una muestra curada que complementa los envíos de cada país. "Puse la bienal a dieta, ya que en 2015 Okwui Enwezor seleccionó 160 artistas –recordó–. Los curadores siempre reaccionamos a las ediciones anteriores y tratamos de no repetirnos. Va a ser una sorpresa. No sé si va a funcionar, pero va a ser diferente."
El título de la muestra ya resulta intrigante. "Que vivas en tiempos interesantes", fue la frase elegida por el curador, que prefirió la ambigüedad de una cita a un tema que pudiera limitar su capacidad de elección. Se trata según él de un "falso proverbio chino", creado en Occidente y repetido por varios políticos ingleses, asociado con la supuesta maldición de condenar a alguien a vivir en crisis permanente. Y, por lo tanto, un antecedente de las actuales fake news.
"Las redes sociales amplificaron el impacto de las noticias falsas, y la idea de verdad incuestionable se está poniendo en tela de juicio –sostiene Rugoff–. El arte es como un túnel de viento, donde se hacen experimentos, y refleja nuestra naturaleza contradictoria. Manteniendo las preguntas abiertas puede ayudarnos a buscar la verdad... aunque tal vez revele que no hay una única verdad."
En una gira que también lo llevará esta semana a Brasil, el curador seleccionará artistas que propongan "una guía para vivir en tiempos interesantes". Tiempos que incluyen, por ejemplo, el auge de los nacionalismos y la crisis global de refugiados. "El rol social del arte no implica que los artistas hablen sobre la sociedad, sino que ayudan a entender muchas experiencias de forma más compleja, para vitar las simplificaciones –sostiene–. Somos criaturas que encontramos consuelo en los hábitos, y el arte ayuda a desaprender esos hábitos. Los artistas prestan atención a cosas que no solemos ver. Si prestamos atención, las cosas se pueden ver distintas."
Aunque no quiere adelantar demasiado, Rugoff asegura que no faltarán el humor ni el juego en esta búsqueda de "puntos de vista alternativos" que propondrá en Venecia, un auténtico "laberinto" que favorece la desorientación. Sostuvo además que tendrá en cuenta el equilibrio entre la producción de hombres y mujeres, tema de debate central en la escena contemporánea.
En ese sentido el secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, sostuvo ayer en la conferencia de prensa que "esta conversación global" puede encontrar en el arte argentino un valioso aporte. Gracias a su "diversidad, ironía y la capacidad de alterar los lugares comunes que existen respecto de América latina", dijo, "tenemos la oportunidad de mostrar que ya no somos aquellos que pensaban que éramos".