¿Quién lo hizo? El escritor oculto detrás de los chistes de chicle Bazooka
"Fui publicitario, investigador de mercados, redactor, empresario, especulador de bolsa, terrorista y estafador –eso consta en mi prontuario de la policía federal argentina–, columnista especializado en temas de política cultural en todo tipo de medios, profesor universitario y consultor de empresas." Quien escribía en 1998 estas líneas, tituladas "Retrato" e incluidas en Los libros de la guerra (Mansalva), era Rodolfo Enrique Fogwill, o Fogwill, para ser más claros. No es una casualidad que se definiera en primer lugar como publicista: nadie cómo él manejar los golpes de efecto para administrar su figura de escritor. Pero además trabajó realmente, casi hasta el final de su vida, en 2010, como publicista en varias agencias. Al creador de Los pichiciegos y Muchacha punk, por lo demás un feroz polemista, se le debe, por ejemplo, el eslogan "el sabor del encuentro".
Cuando murió, su hija Vera, actriz y escritora, publicó un artículo en el que decía: "Su vida fue la literatura, el pensamiento, la evolución y yo como hija tenía ese deber moral de dejar su vida en el patrimonio de la literatura universal. ¿Cómo haría esto?... Haciendo todo para que su obra esté al alcance de todos y su vida, que es una obra, también suya. Más de cuatrocientas cartas con escritores como Osvaldo Lamborghini, Juan José Saer, Héctor Viel Temperley... Verdades, profundidades, libros sin editar, novelas, cuentos, ensayos, poemas, chistes y adivinanzas u oráculos de bazooka sin imprimirse aún."
Durante un tiempo difícil de precisar, Fogwill se ocupó de los chistes (quizás también de los horóscopos) que venían en el envoltorio de los chicles Bazooka. No sabemos con exactitud cuáles son, pero forman parte de su obra, una obra que circulaba anónimamente. El propio Fogwill recordó indirectamente ese trabajo en una columna de 2009 para el diario Perfil: "Detrás de la cámara": "’Este horóscopo siempre se cumple’: el trato diario con el autor de algunas ediciones de los horóscopos de Bazooka me contagió el vicio de andar vaticinando cosas y la mala suerte de acertar."
El periodista Mariano Vespa realizó hace unos años una pormenorizada investigación sobre esta historia para la revista La Agenda, donde contó: "La propuesta había venido de la mano de Marcelo Siano, responsable del negocio infantil de Stani a principios de los '90." Según Vespa, entonces, "entre 1991 y 1992, Fogwill llegó a escribir poco más de cien viñetas –lo que en la jerga interna se denominan dos planchas– tanto de la barra de Joe Bazooka como también de los horóscopos. Alguna vez Marta Minujín emparentó al chicle Bazooka con el arte pop: divertido y absurdo. De la misma forma, para Marcelo Siano en Bazooka se pudo ver "la parte más pop de la literatura de Fogwill".
Pero hay más. El filósofo Pablo Dreizik colaboró con Fogwill. El escritor lo había conocido a Dreizik cuando formaba parte del grupo grafitero Los Vergara con el alias de Pablito Jaramillo.
¿Reivindicaría Fogwill esas viñetas? No podemos saberlo. Sí se sabe que le quitaba el cuerpo a la publicidad. Basta para comprobarlo este aviso, en el que, en off, lee su poema "Llamado por los malos poetas".