Quién es Hernán Soriano, el “acumulador de conocimientos” que integra música y artes visuales
Tras presentar en el edificio Donna Magna la instalación sonora con la cual ganó la cuarta edición del Premio Azcuy, prepara una muestra que convertirá una galería en una sala de ensayos, junto con otros artistas que crean instrumentos
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El sonido del gong se hizo escuchar cuando Hernán Soriano golpeó con una baqueta una de las tres grandes piezas circulares de hierro que rodean la pileta. Apenas una introducción de lo que ocurriría minutos más tarde: el artista y dos músicos activaron ayer las siete esculturas sonoras distribuidas en la amplia planta baja del flamante edificio Donna Magna, ubicado en el límite entre Caballito y Parque Chacabuco. Decenas de invitados presenciaron con auriculares inalámbricos esa original sinfonía que incluyó campanas tubulares, un arpa cítara de muro y un diapasón.
Así fue la presentación de Sonos, instalación interactiva ganadora de la cuarta edición del Premio Azcuy, impulsado por la “compañía creativa” de Real Estate y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Y fue, además, un cambio de escala para Soriano, creador polifacético que comenzó a formar parte hace dos décadas del colectivo Provisorio Permanente, junto con Eduardo Basualdo, Victoriano Alonso y Pedro Wainer.
Nacido en Buenos Aires en 1978, en los últimos años reveló sus múltiples talentos. Tras ganar el premio Azcuy en 2022, entre julio y diciembre participó de una muestra en el CCK. Interpretó allí una de las cartas enviadas en 1951 a Juan Domingo Perón, con propuestas para el Segundo Plan Quinquenal. Bajo el lema “Perón quiere saber lo que su pueblo necesita”, se enviaron entonces desde todas las provincias unas setenta mil cartas con sugerencias, solicitudes e inventos. Entre ellas se contaba la del padre de “Peteco” Carabajal, en la que proponía “llevar música a los postergados” que habitaban cárceles, geriátricos y hogares de niños. Más de medio siglo después, Soriano materializó esa idea con la creación de un carro lleno de instrumentos musicales.
En agosto presentó en ArtHaus, en otra exposición colectiva, una serie de piezas que incorporaban la música: bases de madera con desechos y piezas metálicas para percutir; una partitura hecha con semillas de palta y lápiz sobre papel; y un cordófono de muro que se podía rasgar. En La memoria de los materiales participaron además otros artistas que crean objetos sonoros: Juan Sorrentino, Donjo León, Andrés Aizicovich y Diego Dubatti. Una tendencia creciente que incluye también a Mauro Koliva, Javier Bustos y Leonello Zambón, herederos de una tradición nacional que abarca desde las esculturas sonoras creadas por León Ferrari hasta las instalaciones musicales de Jorge Macchi y Edgardo Rudnitzky.
En septiembre, Soriano fue uno de los éxitos de venta en Pinta BAphoto con fotografías y litografías antiguas caladas, similares a las que había exhibido en 2016 en el Moderno en una muestra individual titulada Formar mentalmente una máquina. “Trabaja a partir de la acumulación de conocimientos –escribió Sofía Dourron, curadora también del envío actual de Luciana Lamothe a la Bienal de Venecia, en el libro que acompañó esta última-. De manera obsesiva y minuciosa, aprende técnicas y oficios que le permiten materializar sus ideas; investiga todos los modos posibles para transformar los objetos que acopia en su taller”.
En ese mismo taller lo muestra trabajando un video producido por Azcuy. “Hago instrumentos desde hace unos quince años, empecé a investigar con el sonido a partir de las cualidades de los materiales, como algo paralelo a las otras obras –dijo Soriano a LA NACION -. Ahora estoy más abocado al arte sonoro, pero no me considero un luthier porque no hago instrumentos formales. Es algo experimental. Surgió como un deseo de trabajar con algo más etéreo, no tan pesado como la materia, después de muchas mudanzas”.
Además de tocar el bajo y de pertenecer a una banda musical en formación, Soriano está trabajando en el proyecto de una muestra que cocurará con Andrea Wain en Quimera, cuya inauguración está prevista para septiembre. Si bien falta definir algunos detalles, ya está confirmado que los colegas que lo acompañarán serán Koliva, Bustos y Dubatti, además del bajista y compositor Hernán Hayet. “La idea es convertir la galería en una sala de ensayos –anticipa-, con instrumentos inventados e interpretados por artistas, a las órdenes de un director de orquesta”. Habrá que ir reservando un lugar.
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