Quién es Esteban Tedesco, el cirujano plástico que se convirtió en mecenas del arte argentino
Un emoji con forma de corazón y un tierno sticker que representa a un dinosaurio acompañan los mensajes de WhatsApp que Adrián Villar Rojas le mandó hace poco desde algún lugar del mundo. "Cuidate mucho", le escribió a Esteban Tedesco el joven rosarino tras saludarlo por su cumpleaños. "Agendemos un momento para charlar", agregó el artista, cuya codiciada agenda suele incluir compromisos con las principales galerías, ferias, bienales y museos del planeta.
"A Adrián lo adoro. Cada vez que me llama, me largo a llorar", dice Tedesco, cirujano plástico y uno de los principales coleccionistas de arte contemporáneo del país, mientras recorre las salas del Centro Cultural Borges. Casi su segundo hogar, ya que allí guarda gran parte de un acervo que supera las dos mil obras de todas las disciplinas, y que exhibió por partes durante la última década en nueve muestras producidas por Lia Cristal. La próxima se inaugurará mañana a las 19, con trescientas piezas de 64 artistas seleccionadas por Eduardo Stupía y Virginia Fabri.
Un colchón fluo de Marta Minujín comparte sala con un collage de Fernanda Laguna, cofundadora del mítico espacio Belleza y Felicidad, y una fotografía realizada por Villar Rojas en los inicios de una meteórica carrera que incluyó la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel y el Museo Metropolitano de Nueva York.
Así como invirtió en un dibujo de este último antes de que el premio Curriculum Cero marcara un punto de inflexión en su trayectoria, Tedesco compró muestras enteras de artistas como Matías Duville, Luciana Lamothe y Gabriel Chaile cuando aún no habían comenzado a tejer una red internacional en continua expansión.
"Siempre supe que le iba a ir bien", asegura en referencia al artista tucumano, nacido en 1985, que no tardó en darle la razón: el año pasado vendió de inmediato todas las ollas populares intervenidas que exhibió en Art Basel, la feria de arte más importante del mundo.
Ese ojo para descubrir talentos ya estaba bien entrenado en la década de 1980, cuando comenzó a invertir en la producción de varios de los artistas que integraron el famoso Grupo de la X. El resultado está a la vista en su departamento de Retiro, con obras colgadas de piso a techo que rota cada seis meses; abundan las firmadas por Jorge Macchi, Pablo Siquier y Ana Gallardo.
Tiene también piezas de Ernesto Ballesteros y de Max Gómez Canle en el comedor; de Gachi Hasper, Alfredo Prior, Beto de Volder y Leo Battistelli en el dormitorio, y solo el toilette está decorado con más de una decena de trabajos de Macchi, Villar Rojas, Chiachio & Giannone y Oscar Bony.
Amigo de Erica Roberts, una de las principales mecenas de los artistas jóvenes, y de Amalia Amoedo –artista, nieta de Amalita Fortabat y presidenta de arteBA–, Tedesco toma distancia del coleccionista internacional promedio. "No hago reuniones para invitados VIP. No me gusta que venga a casa gente que no conozco", confiesa, y agrega que ya no viaja a ferias internacionales porque le resulta "aburrido".
Prefiere recorrer galerías y visitar a los artistas, a quienes suele apoyar con la edición de libros o con los gastos derivados de viajes de formación y alquiler de espacios de trabajo. Fanático de la fotografía, incluso le prestó su consultorio a Nicola Costantino para ser retratada por Jorge Miño con una jeringa sobre sus ojos.
"Esta es una colección, pero no me considero coleccionista. El coleccionista está más direccionado; a mí no me interesa darle un perfil, soy ecléctico", aclara este hombre que se declara admirador de Eduardo Costantini pero prefiere guiarse por su intuición a la hora de invertir. "Cuando me gusta una obra también tengo que conocer al artista –agrega–. Enseguida me doy cuenta si es auténtico, si tiene una base y si tiene futuro."
Esa capacidad de percepción le permitió reflejar el puente entre dos milenios en el arte contemporáneo argentino. Su aporte a la escena local fue reconocido en la muestra que reunió en 2013 en Fundación Proa parte de su colección con otras obras reunidas por Gustavo Bruzzone y Alejandro Ikonicoff.
"Es una colección basada en el gusto, en el sentido más libertario y arbitrario de la palabra, pero muy sensible a los fenómenos que se produjeron durante las últimas décadas en la Argentina", observa Stupía. Destaca además que Tedesco "es una especie de filántropo que compra en forma sostenida, con una mirada aguda".
Para agendar:
- Secretos compartidos, segunda edición, en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín). Desde el 4 de febrero a las 19 hasta el 12 de marzo. Bono contribución: $200 y $150 para estudiantes y jubilados.
- Visita guiada a cargo de Eduardo Stupía, Esteban Tedesco y Stefy Jaugust, de Diderot.Art, el martes 11 a las 18.
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