¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche? 10 libros imperdibles de 2018
Es difícil elegir unos pocos libros para chicos porque se editan muchos y muy buenos. Pero, a medida que llegan las novedades de cada mes, esta sección va sumando sus favoritos. Por supuesto que una lista siempre es arbitraria y caprichosa. Y también, incompleta: hay buenos títulos que uno se pierde en el mar de novedades o pasa por alto por falta de tiempo. Aclarado todo esto, hoy les presento una selección de mis libros preferidos para chicos publicados en el país en el último año, escritos e ilustrados por autores nacionales.
Imposible, de Isol (Fondo de Cultura Económica). "Toribio tiene dos años y medio y sus papás lo quieren mucho". Así empieza Imposible, el último libro de Isol, que la autora presentó el sábado 15 en el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso. A diferencia de sus trabajos anteriores, en los que la autora cuenta e ilustra situaciones vinculadas con chicos, los protagonistas de este álbum son los padres de Toribio. Felices por la experiencia de la paternidad, ellos también están abrumados por todo lo que conlleva: despertarse a mitad de la noche porque el nene llora, quedar agotados y enchastrados después de cada baño y cada comida y cosas así. Un día, la pareja ve un anuncio en el diario que les parece prometedor: una especialista resuelve de inmediato todos los problemas. Ahí, la historia toma un giro mágico y desopilante. Un libro especial para que los chicas le lean a los grandes.
Clara y el hombre en la ventana, de María Teresa Andruetto (Limonero). Con imágenes de Martina Trach, que debutó como ilustradora de libros con este proyecto, Clara y el hombre en la ventana cuenta una historia de descubrimiento e iniciación protagonizada por Clara, una nena que atraviesa el campo para llevarle ropa limpia a un hombre que vive solo en una casa repleta de libros. En cada encuentro, él le prestará libros y ella, de a poco, indagará sobre su vida y las causas de su aislamiento y su soledad. Sencillo, tierno y profundo, es un cuento inspirado en la historia de la madre de la autora. Una maravilla de Andruetto que conmueve a grandes y chicos.
El infinito, de Pablo Bernasconi (Sudamericana). Una puerta calada sobre un fondo negro con algunos destellos coloridos deja ver a un rey barbudo y con corona. Así es la tapa del último libro de Bernasconi, un ensayo profundo y poético sobre las definiciones posibles del infinito como, por ejemplo: "Es un grano de arena perdido en algún desierto del planeta que contiene grabado un mapa para encontrarse a sí mismo". Las frases, breves y contundentes, están ilustradas con imágenes surrealistas. Entre otras, un círculo imperfecto formado por lápices de colores. Un libro imprescindible para la biblioteca familiar.
Cuentos cansados, de Mario Levrero, ilustrado por Diego Bianki (Pequeño Editor). Un hijo le pide a su padre que le cuente historias antes de dormir. Pero, como el hombre está agotado y no puede parar de bostezar, todos los cuentos están protagonizados por un señor que se queda dormido en algún lado. A veces, adentro de un paraguas. Otras, en la jaula de los monos del zoológico. A partir de esos desopilantes textos inéditos, escritos por Levrero (Montevideo, 1940-2004) para su hijo Nicolás, Bianki creó unos personajes de colores y formas cautivantes. Lo presentó, junto con Nicolás, el 30 de septiembre en el ciclo de Ilustradores en el Museo Roca. Nicolás leyó los cuentos mientras Bianki dibujaba las escenas en vivo. Inolvidable.
Dos pequeñas gatas japonesas, de Paula Bombara (Norma). Una novela de amor y amistad, que hace foco en los vínculos familiares y las tradiciones, protagonizada por Brian y Declan, mellizos descendientes de irlandeses y japoneses. Con unos bellísimos haikus en el inicio de cada capítulo e ilustraciones de Natalia Ninomiya, el nuevo libro de la autora de Eleodoro y Lo que guarda un caracol narra una historia que va a fascinar a los amantes de los gatos. Recién pasando la mitad del relato, Bombara cuenta que Brian, el narrador, es ciego. Con mucho humor y naturalidad, el chico detalla cómo hace para vivir en un mundo diseñado para videntes. Como regalo para los lectores, el libro trae un señalador con gatos y texto en braille.
Bordando nanas, de Verónica Parodi (Del Naranjo). Un libro ilustrado por Fernanda Bragone que trae un disco con las canciones de cuna escritas por la autora. Interpretadas por Teresa Parodi, León Gieco, Chango Spasiuk, Liliana Herrero, Cecilia Todd, Ligia Piro, Los Musiqueros, las mayorías de las nanas tienen música y arreglos de Nora Sarmoria. El libro ofrece las letras para compartir con los chicos mientras suena el disco. Para cantar sin parar y disfrutar a la hora de dormir.
Vestido nuevo, de Florencia Gattari (Pípala). Con ilustraciones de Sabina Schürmann, este libro cuenta la relación entre una chica y un vestido colorido que le regalan para su cumpleaños. Una relación que enseguida se convierte en especial, única, y que comienza a entrelazarse con el ciclo de la naturaleza. Tierno y profundo, es un cuento que fascinará a lectores y lectoras de alma (y corazón) sensible.
Bestiario secreto de niñas malas, de Gabriela Larralde y Myriam Cameros Sierra (Planeta). Más de veinte retratos breves de chicas de todas clases y colores que, sin embargo, tienen algo en común: no son completamente buenas ni quieren serlo. Son reales y, como todos, tienen defectos y virtudes, manías y obsesiones. Rochi, por ejemplo, exige todo el tiempo a los que la rodean que miren todo lo que hace. Eso sí: es una campeona jugando al Fifa en la Play. Fedra, otra niña de este bestiario femenino ilustrado, juega a esconderse. Una vez se escondió tan pero tan bien que sus padres tuvieron que llamar a los bomberos para encontrarla. Y a Julia le gusta esconder a sus hermanos: en el jardín dice que es hija única. Si alguna lectora quiere presentase a las autoras, puede describir su personalidad y enviar un mensaje por Instagram con el hashtag #BestiarioNiñasMalas.
Anti-manual, de Paula Galdeano y Melina Pogorelsky (Paidós). Por fin un libro que no enseña nada. Que no pretende dar soluciones precisas ni respuestas correctas. Por fin un anti-manual para chicos y no tanto que los instigue a "exaltar tu costado más salvaje", "afilar las puntas más puntiagudas de tu mal carácter" y "estimular tu pereza, tu vagancia, tu flojera, tu falta de ganas, tu hoy no, tal vez otro día", entre cosas incorrectas que pueden hacer temblar a padres y maestros y hacer reír con complicidad a los lectores. Inteligentes y creativas, las autoras ofrecen actividades y desafíos como si tal cosa para que los chicos los hagan si tienen ganas. Estoy segura que se van a copar. Y si no, lo digo por experiencia, dejen el libro por ahí, como si tal cosa, y espíen: en algún momento, cuando a ellos se les cante, lo van a abrir y no lo podrán largar.
Deslenguados, de María Laura Dedé (Albatros). ¡Qué gran idea! Un diccionario de malas palabras, improperios y cosas peores (como indica el subtítulo del libro). Dirigido a chicos y no tanto, tiene ilustraciones de Héctor Borlasca y habla sobre el sentido de las palabras, sus usos y mal usos y sus variantes. La autora hace una diferenciación entre palabras "malas", "feas" y "sucias" y después explica qué quiere decir y en qué casos se usan los insultos más populares. Aquí debo hacer un llamado de atención a los adultos (padres, maestros, abuelos, cuidadores): lean primero el libro antes de compartirlo con los chicos porque aparecen insultos en serio. Boludo, pendejo, hijo de… y otras palabras que pueden espantar a los grandes en un libro para chicos (aunque las digan varias veces por día). En resumen: es un manual inteligente y divertido que volverá locos a chicos y grandes (aunque tal vez por distintos motivos).
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