¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche? El sentido de la vida bajo la lupa de unos personajes curiosos
Un recorrido guiado por cinco libros para chicas y chicos que plantean cuestiones existenciales con humor y fantasía
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¿Qué significa una vida plena? ¿Qué cosas nos hacen felices a cada uno? Estas y otras cuestiones profundas y filosóficas aparecen en uno de los libros recomendados esta semana. Además, dos cuentos de Canela que se pueden leer como uno solo: traen dos tapas y títulos diferentes, pero las historias se relacionan a partir de las emociones y las cosas que les pasan a una familia. También, una novela corta narrada por un perro callejero, un dragoncito verde claro que se impone a otro enorme y una serie de cuentos breves (muy breves) maravillosos. Pasen y lean.
El sentido de la vida, de Oscar Brenifler y Jacques Després (Océano Travesía). Unos personajitos muy especiales, con pelos de colores y looks variados, reflexionan sobre el sentido de la vida, según distintas perspectivas. “Podemos tener ideas muy diferentes, incluso opuestas”, dicen en el inicio. Y ahí nomás empiezan a enumerar razones como: “Algunos piensan que la vida tiene más sentido cuando está llena, cuando se poseen muchas cosas”. “Otros creen que la vida tiene más sentido cuando no hay nada que estorbe”.
Así, al contraponer planteos y situaciones, los autores abren un amplio abanico posturas frente a la vida sin bajar línea ni criticar ideas. Un libro muy interesante que propone más preguntas que certezas y deja al final un gran interrogante para los pequeños lectores.
Breviario, de Silvina Rocha (Libros Silvestres). Con ilustraciones de Max Cachimba, este nuevo libro de la autora de Diminuta y El conejo, la reina, la niña y los verdes imberbes, entre otros títulos, ofrece dieciséis historias breves deliciosas. De apenas una página, los relatos se devoran con placer como si fueran bombones. Uno de ellos, titulado “Amor propio”, dice así: “Margarita camina por su barrio. En un cantero encuentra margaritas y se detiene. Arranca una y siente dolor de pies. Mira la margarita en su mano. Piensa: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere. Saca un pétalo y grita: ¡Ay! por el tirón de pelo. Saca otro y se le cae un mechón. Regresa a su casa masajeándose la cabeza, entierra los pies en el cantero y se echa agua con la regadera. Margarita se quiere”. Un libro ideal para lectores de todas las edades, con almas sensibles y amplio sentido del humor.
Nadar perrito, de Florencia Gattari y Marina Zanollo (Ralenti). De la colección “Mi primera novela”, este relato ilustrado está narrado por un perro, que vive en una isla del delta y adora a Cora, la nena protagonista de la historia. “A Cora le gustan los bichos, el agua y coso. A mí me gusta Cora. Salvo cuando a ella le gusta el agua y nada. Yo no soy de los que nadan”. Justo a él, que nació en un lugar rodeado de agua, donde crece el río cuando hay Sudestada, no le gusta nadar. Le da miedo. La relación entre la nena y el perro (que no tiene nombre o, al menos, nadie lo sabe y cada uno lo llama como quiere) es entrañable, pero lo más tierno y divertido es lo que piensa el bicho sobre lo que hace o debería hacer Cora. Una novela corta que se lee de un tirón (o por capítulos, como prefiera cada lector) recomendada para los que disfrutan de las aventuras en medio de la naturaleza.
Dragoncito verde claro, de Graciela Repún (Planeta Lector). Un nuevo título de la serie amarilla, sugerido por los editores para lectores desde los seis años. Con ilustraciones de Patricia López Latour, el cuento (impreso en letras mayúsculas de imprenta) plantea con humor y sutileza una cuestión inquietante: qué pasa cuando alguien (un dragoncito verde claro, en este caso) no se siente cómodo siguiendo a alguien más grande (un dragón enorme que tapa el sol). Ideal para leer en la escuela.
Pepo, de Canela (Capicúa). La reconocida escritora y editora cuenta en este libro de edición reciente dos historias protagonizadas por el perro Pepo y la familia que lo adopta como mascota. El libro tiene dos tapas y dos títulos: de un lado, podemos leer el cuento que lleva el nombre del perro; del otro, uno que se llama “Fiesta en la plaza”. Me encantó (y seguro que a las chicas y los chicos también les va a gustar) la decisión de la autora de hablarles a los lectores al inicio de cada relato. En uno dice: “Contar cuentos es hacer magia. En realidad, la magia está en las palabras con las que podemos imaginar cosas raras o inesperadas. Para esta historia necesito, por ejemplo, que miren el barrio entero. Entonces, le pido al aire que saque una foto y nos muestre lo que se ve desde arriba”. En el otro, aclara: “No sé cómo empezar a contar este cuento, porque es un cuento triste… bueno, no tan tan triste porque… Mejor por el principio, porque lo de la pena viene después. Yo les voy a avisar”.
Si bien el título integra una colección dedicada a las emociones (uno de los hits del momento entre los libros para la infancia), los cuentos de Canela no son para nada didácticos ni buscan enseñar a detectar estados de ánimo o manejar sentimientos. Para nada. Son cuentos y punto. Eso sí: en medio de ambos relatos vienen tips, juegos y actividades alrededor de la cuestión de las emociones. De todos, me gustaron las instrucciones para hacer muñequitas quitapenas con palitos de helado, limpiapipas, alambres y escarpines. Yo tengo unas tejidas en miniatura.
Bonus track
Libros rebeldes
La librería y biblioteca La Nube vuelve a la actividad con una jornada sobre los libros para la infancia prohibidos durante la dictadura, en la semana del Día Nacional por la Memoria. Este sábado y domingo, entre las 14 y las 20, en la sala 306 del Centro Cultural Kirchner, habrá charlas y lecturas bajo el título “Dicho y hecho: cuentos, poemas y palabras para nombrar el mundo”. Entrada libre, ingreso por orden de llegada.
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