¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche? Cuentos con osos curiosos y ovejas con insomnio
Un recorrido guiado por seis libros ilustrados ideales para despedir las vacaciones
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Parece que cuando las ovejas no pueden dormir cuentan flores. Al menos es lo que imagina la autora del excelente álbum Las ovejas, que incluimos esta semana entre los títulos recomendados para compartir con chicas y chicos. Hay, también, tres historias ilustradas protagonizadas por osos, una maravillosa travesía por el río y un libro con música para leer y bailar. No se los pierdan.
El oso Ale es así, de Ilaria Bresciani (Gribaudo). La autora de El oso Ale va a la luna vuelve a presentar a los pequeños lectores una historia tierna y sencilla con el mismo personaje. “Te contaré muchas cosas, incluso cuando estoy callado. Porque el silencio también está lleno de respuestas”, dice Ale en el inicio. La cuestión es que el protagonista es bastante tímido y le cuesta expresar lo que siente a su amiga, la conejita Gilda. Ella le escribe cartas cuando no están juntos, pero él no responde. Cuando Gilda decide visitarlo para averiguar qué sucede descubre algo inesperado.
Las ovejas, de Micaela Chirif y Amanda Mijangos (Limonero). “Las ovejas cuentan flores para dormir: un girasol, dos rosas, tres geranios, cuatro jazmines y así”. Con estas palabras empieza el cuento poético de la autora peruana que me fascinó desde que lo abrí. Si muchos de nosotros contamos ovejitas para atraer el sueño, ¿qué contarán las ovejas cuando no pueden dormir? es la idea que recorre las páginas, ilustradas con pinceladas de colores que parecen acuarelas. Chirif, autora del premiado libro Dentro de una cebra, editado en el país por el mismo sello, imagina también que las ovejas sueñan con lobos y que antes de dormir “cuentan cuentos sobre rinocerontes, aviones, arcoíris y otras ovejas que viven muy lejos”. Un álbum bellísimo con varias capas de sentido.
El oso buenmozo, de María Isabel Correa V. y Santiago Luna Lupo (Bululú). “Esta es la historia de un oso/ sin talento asombroso/ y con el sueño glorioso/ de ser un mozo grandioso/ Había un problema curioso:/ ser poco cuidadoso/ en un lugar prestigioso/ ¡podía ser desastroso!”. Así, con esta rima divertida, presentan el autor y la ilustradora a su protagonista: un oso que se empeña en trabajar como mozo. Y lo logra, no sin complicaciones, claro. Durante siete días, el oso surfea problemas con gran habilidad. Es que, claro, no es un oso cualquiera: es un oso voluntarioso.
Viaje al fondo del río, de Valeria Tentoni y Guido Ferro (Pípala). Entre los cien libros recomendados por la Fundación Cuatrogatos a fines de enero, en el marco de su concurso anual de literatura infantil y juvenil hispana, figura la historia de Sinforosa, a quien se le cae al río un broche muy especial. “Era dorado, azul y blanco, y en el centro llevaba dibujado un corazón color calabaza. Su abuela se lo había dado hacía mucho mucho tiempo, bajo promesa de cuidarlo más que a ninguna otra cosa”, cuenta la autora. Sinforosa sabe dónde cayó el prendedor porque puede verlo desde la superficie. Por eso, decide sumergirse para rescatarlo con “un baile submarino imposible de imaginar desde afuera”. Es que en el fondo del río viven unas criaturas chiquitas, los “microcodilos”, una especie diminuta de cocodrilo que busca motivos para llorar. Y la pérdida de un objeto tan preciado resulta un motivo ideal. Pero, ojo, que a Sinforosa también se le ocurren razones para llorar de la risa. Un cuento para sumergirse de a poco y descubrir microhistorias alrededor de los “microcodilos” y otras criaturas que bailan en el fondo del río.
El osito más querido, de Sam McBratney (Duomo Ediciones). Un cuento para los más chicos del autor de Adivina cuánto te quiero. Ilustrado por Sam Usher, narra una historia de búsquedas y encuentros a partir de un oso de peluche que va cambiando de manos a lo largo de cincuenta años. Con un cambio de dueño llega, también, un cambio de nombre. Así, primero se llama Osito Gruñón y, luego, Osito Ganga. Lo que no cambia es la felicidad que el muñeco le genera a chicos y grandes.
A cocochito, de Ruth Hillar y Sebastián Cúneo (Gerbera). Con las ya clásicas ilustraciones creadas por Estrellita Caracol con la técnica del collage, este libro de la colección Canticuénticos en papel salió junto con el quinto disco del grupo santafesino. El álbum tiene quince canciones originales y abre con “A cocochito”, un vallenato que da muchas ganas de cantar y bailar. Las páginas del libro recorren la letra, que dice así: “Para sentir el viento, para tocar hojitas, para probar un rato cómo se ve el mundo ahí arriba. Para saberte cerca, para mirar más lejos, para soñar que vuelo mientras te despeino”. Es otro de los cien recomendados por la Fundación Cuatrogatos. Incluye un código QR para escanear y escuchar la canción. ¡A leer, cantar y bailar!
Bonus track
Canticuénticos de verano
El domingo 20, a las 18.30, la banda se presentará al aire libre, en el patio de Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131). Las entradas están a la venta y el show se pasa al martes 22, en caso de lluvia. Un espectáculo para compartir en familia con las canciones que muchos chicos aprenden en el jardín: “La cumbia del monstruo”, “Quiero para mí”, “El mamboretá”, “Bate con la cucharita” y “Por qué, por qué”. También tocarán algunos temas de su último disco “A cocochito” como “Si viene de la tierra”. Ese día, el grupo presentará también la nueva colección de libros “Canticuénticos en cartón”, pensada especialmente para la primera infancia, que se inaugura con “Acá tá”.
Elefantes que abren mundos
Un taller inspirado en el cuento “Un elefante ocupa mucho espacio”, de Elsa Bornemann. Coordinado por Nadia Puértolas, se realizará el domingo 20 a las 16 en la sala 306 “Dicho y hecho: cuentos, poemas y palabras para nombrar el mundo”, del Piso de las Infancias, del Centro Cultural Kirchner. Gratuito, ingreso por orden de llegada.
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