¿Qué tiene que tener la mejor librería de la Argentina para ganar el premio?
El concurso que organiza la FED recibe postulaciones de todo el país, donde se estima que hay más de mil librerías; solo en la ciudad de Buenos Aires existe una cada cinco mil habitantes
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No solo los escritores y sus libros ganan premios: desde hace un tiempo, también las librerías concursan y son galardonadas. Hasta el 9 de julio, a las 23.30, podrán participar de la tercera edición del premio a la labor librera que organiza la Feria de Editores (FED). La librería ganadora recibirá $ 700.000 para comprar libros en la FED -que ya definió lugar y fecha: del 3 al 6 de agosto, en el C Complejo Art Media (Corrientes 6271)- y un 50% de descuento en los stands adheridos. El objetivo es reconocer el trabajo de las librerías de todo el territorio argentino; para los organizadores, representan un foco de dinamización cultural y una conexión con el pensamiento internacional; también hacen girar la rueda de la industria editorial. Los interesados deben completar en un formulario en este enlace.
“Estamos muy contentos con la continuidad del premio, nos parece un reconocimiento necesario al gran entramado de librerías que empuja y sostiene a la edición local”, dice Víctor Malumian, coorganizador de la FED. En 2021, se postularon al premio 124 librerías y, en 2022, 135. Ganaron, respectivamente, El Gran Pez (Santiago del Estero 2052), de Mar del Plata, y Musaraña Libros (Gral. José María Paz 1530, Vicente López).
En esta ocasión el jurado está integrado por la escritora y docente Débora Mundani, la editora Victoria Britos, la escritora y periodista Julieta Roffo, el promotor cultural Federico Gori, el librero y editor Alejandro Bideragay (ganador con Julia Bustos del premio el año pasado) y, por tercera vez consecutiva, el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro. “Estamos muy contentos de acompañar una vez más esta iniciativa desde Mecenazgo, uno de los programas que más apoyo ofrece a la cultura -dice Avogadro a este diario-. Este premio busca visibilizar y potenciar a las librerías de todo el país y destacar su rol que es tan importante para la sociedad. Es en la cultura donde nos encontramos. Me enorgullece formar parte del jurado”.
Para aspirar a convertirse en la mejor librería del año hace falta cumplir con varios requisitos. Los jurados considerarán la capacidad que tuvo durante 2022 para generar actividades y llevarlas adelante en relación con el espacio del que dispone, la variedad y la originalidad de su propuesta y el rol que cumple para la comunidad. También se evaluarán los métodos utilizados para difundir las novedades y los catálogos (redes sociales, medios de comunicación, eventos), el vínculo con las editoriales y los proveedores, y el modo en que puede impactar el premio en el desarrollo del emprendimiento cultural.
Si bien la mayoría está concentrada en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, se estima que en el país hay más de mil librerías propiamente dichas. “No existen datos precisos ni actualizados del número de librerías físicas en el país; digo físicas, porque también encontramos una modalidad de librería cerrada al público presencial que vende libros a través de redes sociales y plataformas digitales, y que es difícil de cuantificar -señala el investigador Alejandro Dujovne-. De acuerdo con el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), en 2018 había 1623 puntos de venta, lo cual comprendía tanto a cadenas y negocios con más de un local como a librerías independientes que cuentan con un solo establecimiento”.
Desde el Sinca informaron que en 2018 se había llegado a esa cifra con datos provistos por las cámaras del sector y que se incluyeron solamente librerías (no librerías artísticas, donde también se suelen vender libros). Actualmente trabajan con otra base de datos, la de 2022, con los comercios en los que se utilizó el programa Más Cultura y que registra 1500 librerías.
“Por lejos, el distrito mejor provisto es la ciudad de Buenos Aires, con más de un tercio del total de librerías del país -dice Dujovne, director del Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín-. Le siguen, a la distancia, las tres provincias más ricas y pobladas: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Tras ellas se ubica, en orden decreciente en función de la población y la riqueza, el resto de las jurisdicciones provinciales. La preponderancia de la capital argentina no se expresa solo en el número total de puntos de venta, sino también en la cifra de habitantes por librería: 5068. Este dato no solo la coloca en el tope de la tabla argentina, sino también entre las primeras ciudades del mundo. Las ciudades de Córdoba y Rosario también cuentan con un número significativo, aunque no en esa proporción”.
En 2018, provincias como Catamarca y Formosa solo tenían tres librerías; La Rioja, cuatro, y Santiago del Estero, ocho. “A medida que nos alejamos de los principales centros urbanos no solo decrece el número de librerías, sino también de librerías dedicadas exclusivamente a la venta de libros. Encontramos librerías escolares que, además de sus productos, ofrecen un número acotado de títulos, en general best sellers de grandes editoriales”, destaca Dujovne, que recomienda la elaboración de un “mapa librero” donde figuren las librerías a las que llegan de manera regular las distribuidoras. “Es, en definitiva, lo que garantiza una oferta bibliodiversa”, concluye.
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