¿Qué es una obra de arte?
LA TRANSFIGURACION DEL LUGAR COMUN Por Arthur C. Danto-(Paidós)-Trad.: Angel y Aurora Mollá Román-302 páginas-($ 35)
Hace poco más de dos décadas, La transfiguración del lugar común fue recibido en los Estados Unidos como una contribución mayor a la teoría contemporánea del arte. Su autor, Arthur Coleman Danto, es uno de los representantes más prestigiosos de la filosofía analítica actual, profesor emérito de la Universidad de Columbia (Nueva York) y crítico de arte en The Nation . La resonancia del libro traspasó muy pronto los medios filosóficos: su tesis causó una notoria efervescencia en el "mundo del arte" internacional. Contribuyó al éxito el notorio equilibrio entre el análisis teórico más ambicioso y la atención acordada al arte en su realidad más tangible. Como lo indica su subtítulo, es una filosofía del arte, o con más precisión, una filosofía "analítica" del arte (Danto es autor de Historia y narración: ensayos de filosofía analítica de la historia ).
Para Danto, así como el mundo pensado y dicho "es" el mundo, el arte no puede considerarse como una realidad inefable situada más allá de nuestras maneras de pensar y de decir. El arte existe en tanto es constituido por la actividad semántica del hombre. Para comprenderlo es necesario un contexto proporcionado por el propio mundo del arte. El ejemplo son las famosas Brillo Boxes que Andy Warhol exhibió en 1964 en la Stable Gallery de Nueva York (una instalación formada por decenas de cubos de madera con facsímiles serigrafiados del packaging de la caja del conocido estropajo jabonoso). La experiencia del espectador ante un objeto como las Brillo Boxes , señala Danto, no nos informa sobre el carácter de ese objeto. La diferencia entre las cajas de Warhol y sus homónimas de las estanterías de cualquier supermercado no es del orden de lo perceptible, sino del orden de lo conceptual. Los dos objetos pertenecen a órdenes diferentes: mientras que uno forma parte del grupo de objetos artísticos, el otro pertenece a la clase de los objetos cotidianos.
El status de la obra de arte no puede ser resuelto por los criterios de discriminación retiniana, porque dos entidades pueden ser indiscernibles para la percepción, pero sólo una de ellas es una obra de arte. Siguiendo la filosofía del "Pierre Menard autor del Quijote", de Jorge Luis Borges, Danto señala que un mismo texto (desde el punto de vista material) puede corresponder a dos obras distintas.
Esa es la meta esencial de La transfiguración del lugar común : definir la esencia del arte y determinar la especificidad de la obra de arte en relación con las entidades no artísticas. El primer paso del análisis consiste en distinguir la obra de arte del simple objeto real: la obra de arte posee una estructura intencional (propone alguna cosa), contrariamente al objeto real que se limita a ser lo que es. Esta estructura intencional no pertenece "naturalmente" a la entidad artística. La intencionalidad es "interpretación": una obra de arte no existe sino interpretada. "Como procedimiento transformativo -afirma Danto-, la interpretación es algo parecido al bautismo, no en el sentido de dar un nuevo nombre, sino una nueva identidad, una participación en la comunidad de los elegidos."
En la medida en que el contemplador pasa del plano material y perceptivo (simple objeto) a un plano intencional (obra de arte), se produce la "transfiguración": gracias a ella el soporte material, cualquiera sea, se transforma en medium artístico. (La Transfiguración es el cambio sobrenatural del aspecto de Jesús, descrito por San Lucas: "La apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente".)
Pero la identidad de la obra de arte -más allá de la analogía religiosa- es siempre eminentemente histórica, depende de las especificidades culturales de la época en que ella fue creada: no todo es posible siempre. "En 1790 -afirma Danto- una bujía no hubiera podido ser una obra de arte. Hoy en día sí podría serlo como consecuencia de la revolución engendrada por alguna de las travesuras de Marcel Duchamp alrededor de 1917, y no a causa de su belleza."
El Portabotellas de Duchamp, así como las botellas de Coca-Cola y las latas de Sopa Campbell de Warhol, sólo tienen existencia en el interior de un horizonte artístico global: un "mundo del arte" que predetermina las posibilidades que una época histórica ofrece a los artistas. Si alguien hubiera pintado en el siglo XIX cuadros similares, desde el punto de vista perceptivo, a los de Picasso, éstos no habrían sido aceptados como obras de arte, porque los útiles conceptuales (la teoría del arte moderno) que permiten interpretarlos como obras de arte no existían aún. Pero la transfiguración de un lugar común, más que transformar hace conscientes unas estructuras del arte que exigían cierto desarrollo histórico para que la metáfora fuera posible. El momento, la década de los sesenta, hizo viable que las Brillo Boxes adquirieran su sentido, sus notables atributos metafóricos. Finalmente, señala Danto, las cajas de Warhol hacen lo que siempre hicieron las obras de arte: exteriorizar una forma de ver el mundo y de expresar el interior de un período cultural.
La transfiguración del lugar común aborda muchos de los grandes temas clásicos de la estética y de la teoría del arte de manera renovada, combinando el rigor lógico de la filosofía analítica con un conocimiento profundo de la historia del arte y de los movimientos contemporáneos. Una de sus peculiaridades es el estilo ensayístico con el que está escrito, sin notas al pie, pero pleno de referencias a obras y artistas.
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