Procesan a miembros de una banda que asaltaba museos
En nueve meses se llevaron 569 piezas
La Justicia ordenó el procesamiento de los miembros de la banda argentina de ladrones de museos más importante de los últimos tiempos. Sus integrantes están acusados de entrar en cinco galerías, de llevarse de allí al menos 569 piezas y de hacer desaparecer del Museo Histórico Nacional una joya invaluable: el reloj de bolsillo de oro que el rey Jorge III, de Inglaterra, le había regalado a Manuel Belgrano.
Según consta en la causa judicial, los ladrones fueron descubiertos por el último de sus golpes: el robo de una colección de monedas antiguas, valuada en más de un millón de pesos, que se exhibía en el Museo Histórico y Numismático del Banco Nación.
El juez federal Daniel Rafecas, que dispuso los procesamientos, concluyó que la banda estaba encabezada por los hermanos Jorge y Nazareno Baldo, este último identificado como el autor material del robo de las monedas.
Nazareno Baldo no había cumplido ni un mes en libertad condicional cuando entró en la galería por un boquete que hizo en el techo. Forzó las vitrinas, cargó en su mochila 560 monedas y medallas, ató una soga al balcón y saltó a la calle Bartolomé Mitre. En un auto lo esperaban sus cómplices. Fue la noche del 15 de febrero pasado.
La banda estaba integrada también por su hijo Nazareno Ariel y por Julio García, que fue "partícipe secundario" del golpe al museo del Banco Nación, de acuerdo con el fallo de Rafecas.
Los tres Baldo fueron procesados por asociación ilícita, en concurso real con diferentes robos que se les imputaron en concreto. Ellos y García cumplen prisión preventiva desde hace más de tres meses en la cárcel de Devoto.
En un primer momento, esta causa se limitaba al caso de las monedas, pero cuando el juez dio con los acusados sospechó que podían ser los autores de una serie de golpes a museos que se sucedieron, con pocas semanas de diferencia, en la segunda mitad del año pasado.
El primero fue el Museo Histórico Nacional, en Defensa 1600, donde estaba el reloj de Belgrano. El robo fue el 30 de junio de 2007 y quedó registrado en las cámaras de seguridad de la galería. La Justicia tenía en su poder el video desde el año pasado, pero no sabía quiénes eran los dos hombres, uno joven y el otro mayor, que aparecían robando ni cómo dar con ellos.
Fuentes judiciales relataron que cuando Rafecas vio la cinta identificó de inmediato a Jorge y Nazareno Ariel Baldo. A la misma conclusión había llegado el personal técnico de la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal, que presentó un detallado informe en el expediente.
En pocas semanas, el caso del Museo Histórico, que parecía lejos de resolverse, tuvo un avance inesperado. Sin embargo, falta algo fundamental: el reloj nunca apareció. Los investigadores creen que fue vendido y ahora Interpol investiga a posibles compradores. Por este robo, al comprobarse las frágiles medidas de seguridad, el museo permaneció cerrado casi un año.
Sonría, estamos filmando
El segundo golpe que Rafecas le adjudica a la banda de los Baldo fue el 12 de septiembre pasado en el Museo Histórico Sarmiento, en Juramento 2180. Dos hombres se mezclaron con la gente que participaba de una visita guiada y uno de ellos se detuvo frente a una vitrina con libros, tinteros, abanicos, medallas y cortapapeles. Mientras su compañero oficiaba de "campana", intentó abrir la vitrina con un destornillador.
Este robo se frustró porque los guardias vieron lo que pasaba por el sistema de video. No lograron detenerlos -los ladrones escaparon antes-, pero una vez más quedaron filmados. "Las imágenes de los rostros de los imputados fueron obtenidas en primer plano, con lo cual esa nitidez y claridad los incriminan de manera prácticamente irrefutable", afirmó el juez en su fallo. Su conclusión fue, de nuevo, que eran Nazareno Ariel Baldo y su tío Jorge.
Tres semanas más tarde, en el Museo Isaac Fernández Blanco (Suipacha 1422) se robaron cuatro pequeños medallones de 1850. En este caso, como en los anteriores, la policía reconoció en la filmación del museo a Jorge y a Nazareno Ariel Baldo. Y se encontraron en el lugar huellas dactilares.
A ambos acusados Rafecas los procesó por otro robo más: el del Museo Evita (Lafinur 2988). Los ladrones se llevaron de la sala Renunciamiento cuatro condecoraciones y también quedaron filmados.
Pero eso no es todo. El juez cree que la misma banda puede haber cometido otros dos hechos similares: un robo en el Museo Etnográfico Juan Bautista Ambrosetti y otro en el Museo Naval de la Nación, en Tigre, de donde fueron sustraídas dos condecoraciones otorgadas al Almirante Domecq García (una, la Orden del Sol Naciente, conferida por el emperador de Japón, y la otra, la Cruz de la Legión de Honor, otorgada por Francia), entre otras piezas.
El modus operandi fue el mismo, pero en estos casos no hubo filmaciones ni huellas dactilares. Por eso, con respecto a estos robos Rafecas dictó la falta de mérito de los acusados y dispuso seguir investigando.
Ahora se está terminando un relevamiento de las causas por delitos contra el patrimonio cultural que tramitan en la justicia federal porteña. El responsable del estudio, Pablo Gasipi, abogado especialista en patrimonio cultural, dijo a LA NACION que en la Argentina "se está tomando conciencia sobre la importancia de la protección del patrimonio cultural" desde todos los campos del derecho. "El procesamiento dictado, que abarca a los robos más impactantes de los últimos tiempos, marca un gran avance en la labor del Centro Nacional de Protección del Patrimonio Cultural de la Policía, y de los jueces y fiscales que intervinieron en las causas", afirmó.