Primeros ganadores de una temporada literaria francesa que comenzó con una polémica
Clara Dupont-Monod obtuvo ayer el Femina y los Médicis consagraron hoy a Christine Angot por una autoficción sobre el incesto; la expectativa del Goncourt, que tuvo que sortear problemas de transparencia en su jurado, se mantendrá hasta el 3 de noviembre
- 4 minutos de lectura'
PARIS.– La competencia anual de los premios literarios comenzó en Francia esta semana con la adjudicación del Femina, que abrió ayer la secuencia que continuó hoy con el Médicis y cuyo punto culminante se producirá el 3 de noviembre, con el anuncio —el mismo día— del Goncourt y del Renaudot.
Esta mañana el premio Médicis fue atribuido a Christine Angot por Le Voyage dans l’Est (El viaje al Este), una autoficción en la que la escritora vuelve a tratar el incesto que sufrió de parte de su padre, un tema que ya había evocado en L’Inceste, Une semaine de vacances y Un amour imposible. En este último libro, Angot “aborda las cosas de otra manera”, afirma. Se concentra sobre lo que vivió, desde su punto de vista de niña, de adolescente y las repercusiones que esa “violación por ascendencia” tuvo en su vida de adulto.
Ayer, las damas del Femina —un jurado exclusivamente compuesto por mujeres— recompensaron a Clara Dupont-Monod en la categoría “novela francesa”, por su relato S’adapter (Adaptarse), que cuenta la llegada de un niño minusválido en el seno de una familia. En el rubro Novela extranjera, el premio fue al autor turco Ahmet Altan por Madame Hayat, escrita en las prisiones de Recep Tayyip Erdogan. Liberado en abril tras ser condenado por su participación en el golpe de Estado abortado de 2016 —acusación que él rechaza con énfasis—, el escritor y periodista de 71 años tiene prohibido salir de su país. Por fin, el Femina al ensayo quedó en manos de Annie Cohen-Sogal, por “Un étranger nommé Picasso” (Un extranjero llamado Picasso), premio por el cual la historiadora se declaró encantada. “Hoy Picasso tendría 140 años. Es un hombre que jamás se quejó de lo que le sucedía, a pesar de que durante décadas vivió lo que viven todos los extranjeros en Francia: iba a la comisaría cada dos años a dejar sus huellas digitales. Y nunca dijo una palabra”, recordó Cohen-Solal.
No hay duda, sin embargo, de que el premio que despierta más expectativa y atención una vez más es el Goncourt, a causa de la inmediata celebridad que produce en el feliz elegido, cuyo nombre será desvelado por Didier Decoin, presidente de la Academia Goncourt, la semana que viene.
Escándalo en la antesala del Goncourt
Como ya es habitual, esta temporada de premios literarios también estuvo marcada por la polémica. En este caso estalló después de la primera selección de la novela de François Noudelmann, Les enfants de Cadillac (Los Niños de Cadillac), cuando se supo que su compañera sentimental, Camille Laurens, era miembro del jurado. Periodista en el prestigioso vespertino Le Monde, Laurens había publicado una crónica asesina de la obra de Anne Berest, La carte postale (La tarjeta postal), cuyo tema era muy similar al de Noudelmann.
¿Acaso Laurens consiguió hacer inclinar la balanza en favor de su compañero? Nunca se sabrá porque los miembros del Goncourt la separaron del jurado y adoptaron al mismo tiempo una nueva regla que convierte en inelegibles “las obras de cónyuges, compañeros sentimentales o allegados al jurado”. Y como dos precauciones valen más que una, esa medida se acompaña de otra regla que prohíbe a los miembros de esa instancia que tienen una rúbrica literaria hacer crónicas sobre las obras en competición “durante todo el tiempo en que las mismas lo estén”.
Al finalizar la primera selección para los principales premios de este otoño boreal, dos obras figuraban como las grandes favoritas. La más renombrada es la de Mohamed Mbougar Sarr, La plus secrète mémoire des hommes (La memoria más secreta de los hombres) citada en seis listas: en el premio Diciembre, el Femina, el Goncourt, el Médicis, el gran premio de la Academia Francesa y el Renaudot. Un auténtico plebiscito previo para esa novela publicada por las ediciones Philippe Rey. Según algunas fuentes, varios contratos ya fueron firmados —o están por serlo— en 16 idiomas.
No menos mencionados en las selecciones son Le Voyant d’Etampes (El vidente de Etampes), de Abel Quentin, retenido por seis jurados, y Feu de Maria Pourchet.
El tradicional clima de tensión en torno a los premios aumentó este año debido al pedigree del precedente ganador del Goncourt, acordado en 2020 a Hervé Le Tellier, que sedujo a más de un millón de lectores en Francia, y que sigue presente en el top 200 de las mejores ventas en el país, un año después de la publicación de La anomalía: un éxito inédito desde hacía mucho tiempo para un premio Goncourt.
La expectativa es inmensa, sobre todo para las casas de edición, aun cuando ya se sepa que este año el premio no irá a Gallimard, editor de la novela de François Noudelmann.
Otras noticias de Arte y Cultura
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
Agenda. 7 recomendados de arte y cultura para esta semana
Más leídas de Cultura
Un honor. Mónica Cahen D’Anvers recibió el diploma de la Academia de Periodismo en un emotivo acto con la voz de Sandra Mihanovich
Del "pueblo de los mil árboles" a Caballito. Dos encuentros culturales al aire libre hasta la caída del sol
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
La Bestia Equilátera. Premio Luis Chitarroni. “Que me contaran un cuento me daba ganas de leer, y leer me daba ganas de escribir”