Presente imperfecto
Hasta ahora, la crisis climática era algo que iba a pasar. En el futuro. Futuro imperfecto, claro. Pero siempre podíamos pensarlo como algo que podía esperar. Antes teníamos una larga lista de problemas más urgentes. Pero el futuro parece estar llegando. Estas son algunas noticias solo del último mes.
En México, la ola de calor fue tan extrema que los monos aulladores empezaron a caer muertos de los árboles. En Kansas, Estados Unidos, el granizo ya no tuvo el tamaño de una pelota de golf ni de tenis; las fotos, publicadas por el Washington Post en su cuenta de Instagram sobre el clima (@postclimate), muestran granizo del tamaño de un disco compacto. En la India, la ola de calor (una de varias que están azotando el sudeste asiático) podría superar los límites de la supervivencia humana, si no cede. De vuelta en Estados Unidos, la temporada de tornados es la más intensa desde 2011, y ni siquiera llegó a la mitad. Finalmente, en nuestro subcontinente, Venezuela se ha convertido en el primer país en quedarse sin glaciares. Y solo por la cercanía, no porque ahí termine la lista, añado las catastróficas inundaciones en Rio Grande do Sul, Brasil, con 150.000 evacuados, casi 150 muertos y cuyos efectos se sintieron también en la Argentina.