Presente griego
En la última entrega de su Trilogía de la crisis, Petros Márkaris propone una trama actual infiltrada por fantasmas del pasado
Petros Márkaris nació en Estambul en 1937 y adoptó la ciudadanía griega en 1974. Tras ganar cierto prestigio como dramaturgo y notable traductor de escritores alemanes (Goethe, Brecht y Thomas Bernhard, entre otros), se dedicó a la literatura policial, con una amplia bibliografía, en particular su Trilogía de la crisis, escrita entre 2010 y comienzos de este año, cuando cerró la serie con (paradójicamente) un cuarto volumen: Hasta aquí hemos llegado. En 2014, visitó la Argentina invitado por el Festival Buenos Aires Negra (BAN), que reúne a autores conspicuos del género.
En esta novela, cuya acción se desarrolla en 2013 en Atenas y algunos lugares cercanos, se presenta como persistente telón de fondo el duro escenario social de Grecia, el país más empobrecido por la situación económica que sacudió a toda Europa y que aún tiene resonancia, a lo que se sumó el también generalizado problema de la inmigración. El protagonista, como en otros relatos de Márkaris, es el comisario Kostas Jaritos, dividido entre sus funciones, un ingreso cada vez más recortado (a veces, no puede ponerle nafta a su envejecido auto) y un nada apacible entorno familiar. En una especie de prólogo, se cuenta que su hija Katerina, abogada defensora de inmigrantes africanos, es golpeada por miembros de Amanecer Dorado, una organización ultraderechista, neonazi y xenófoba surgida en Grecia en la década del 80 y que tiene representación parlamentaria.
Sobreviene algo más grave todavía: la seguidilla de muertes misteriosas que van llevando de un lado a otro a Kostas y su equipo de investigadores. Primero, la de un ingeniero grecoalemán, que gestiona ante el gobierno la venta de energía eólica. En lo que parece un suicidio, lo encuentran colgado de un techo, pero alguien ha dejado un breve mensaje asegurando que el hombre fue asesinado. Lo firman "Los Griegos de los Años 50", un grupo desconocido. El comisario apunta que la referencia de época podría aludir a quienes son actualmente octogenarios y pregunta si alguien ha visto individuos de esa edad asociados para matar gente. El siguiente es el propietario de una academia que prepara alumnos para ingresar en la universidad. La muerte se ha debido a un dudoso tiro en la frente. Luego se agregan un desocupado -que, sin embargo, manejaba un auto de alta gama- y dos jornaleros inmigrantes, en la región agrícola de Kalamata.
Con excepción del primero, en los otros casos fue utilizada un arma antigua, un revólver Smith & Wesson calibre 38. Y en todos los casos, en apariencia tan distintos, los ignotos Griegos de los Años 50 han dejado mensajes adjudicándose los crímenes. De a poco, la pesquisa va aclarando los hechos, y se arriba a un común denominador: la guerra civil de una población dividida entre partidarios de izquierda y de derecha, que se extendió por todo el territorio helénico hacia 1945, tras finalizar la segunda contienda mundial.
La resolución del caso se ventila en una reunión de once sospechosos en el despacho de Kostas, que recuerda el final de Crimen en el Expreso de Oriente, al menos en cuanto a que todos, casi como un alarde, se atribuyen la misma responsabilidad. La esporádica y desvaída participación del comisario Jaritos, en cambio, poco tiene que ver con las sagaces conclusiones de Hércules Poirot. C
Hasta aquí llegamos
Petros Márkaris
Tusquets
Trad.: Ersi M. Samará Spiliotopulu
282 páginas
$265
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