Premio Nobel de Literatura: ganó el escritor tanzano Abdulrazak Gurnah, un refugiado que escribe sobre los refugiados
El fallo de la Academia Sueca destacó su “comprensión de los efectos del colonialismo en el abismo que hay entre culturas y continentes”; parte de su obra está disponible en español
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Y llegó el día. A las ocho de la mañana en la Argentina, desde Estocolmo, la Academia Sueca anunció el nombre del ganador del Premio Nobel de Literatura, máximo galardón de las letras. El Nobel lo obtuvo el novelista y profesor tanzano Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948) “por su comprensión intransigente y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo que hay entre culturas y continentes”, destacó el comunicado de la Academia Sueca. Su principal interés como académico es la escritura poscolonial y los discursos asociados con el colonialismo, especialmente en lo que se refiere a África, el Caribe y la India. No se puede decir que sea un escritor muy conocido en Hispanoamérica, pero nunca es tarde para leer su obra.
Abdulrazak Gurnah nació en 1948 y creció en la isla de Zanzíbar, pero llegó a Inglaterra como refugiado a los veintiún años, a finales de la década de 1960. Hasta su reciente jubilación fue profesor de literatura inglesa y poscolonial en la Universidad de Kent, en Canterbury. Es autor de las novelas En la orilla, Precario silencio y Paraíso. En el universo literario de Gurnah se ofrece “una exploración interminable impulsada por la pasión intelectual”, destacó la Academia Sueca. Su libro más reciente es Afterlives, de 2020. “El autor rompe conscientemente con las convenciones, cambiando la perspectiva colonial para resaltar la de las poblaciones indígenas. Su novela Desertion (2005), sobre una historia de amor, se convierte en un debate con la tradición de lo que se ha llamado ‘el romance imperial’”. El autor escribe sus novelas en inglés y es desde hace décadas ciudadano británico.
La obra del flamante Nobel de Literatura pone el foco en un aspecto crucial de la vida contemporánea: la experiencia de los refugiados. “Su enfoque está en la identidad y la autoimagen”, destaca el comunicado de la Academia. “Los personajes de sus historias se encuentran en un abismo entre culturas y continentes, entre una vida que fue y una vida emergente; es un estado precario que nunca podrá resolverse”. La vida difícil de los inmigrantes en los suburbios de las grandes metrópolis europeas, el racismo y la violencia a los que se ven expuestos, las guerras y luchas anticoloniales en la costa este de África, la corrupción política y los contrastes entre clases sociales son algunas de las formas de opresión que padecen los protagonistas de sus novelas (hermanos, padres e hijos, parejas de amigos o enamorados).
El escritor tanzano se mostró sorprendido cuando recibió el llamado de la Academia Sueca, luego del anuncio oficial. “Hola, ¿estoy hablando con Abdulrazak Gurnah?”, le preguntó Adam Smith a Gurnah. “Sí, soy yo. ¿Quién es? Estoy mirando el anuncio de… en mi computadora. ¿Quién es usted?”. Así comienza la conversación entre el flamante ganador y un miembro de la institución sueca que se puede seguir en la página web de los Premios Nobel. “Todavía lo estoy digiriendo. Es un premio tan grande. Es inevitable que mi vida vaya a cambiar”. Hacía quince minutos Mats Malm, el secretario permanente de la Fundación Nobel, le había informado sobre la decisión de la Academia Sueca y sobre su galardón: “Pensé que era una broma. De verdad. Estas cosas suelen rondar durante días, incluso meses, me refiero a quién será el ganador. Esto no estaba en absoluto en mi mente. Es más, estaba pensando: ‘¿Quién lo ganara?’”.
“El papel de la literatura en el mundo es hacer progresar a la comunidad, pero esto varía, dependiendo de la comunidad específica -dijo el autor en una entrevista-. Se podría decir que los escritores necesitan desafiar las ideas dentro de la comunidad. Este desafío puede ser para las ideas de respetabilidad, las de familia o idoneidad, moral sexual y otras. Por otro lado, la gente también puede ver eso como rebeldía innecesaria y destructiva. El papel de los escritores solo puede ser juzgado por los lectores”.
En su obra, los críticos han destacado el papel que desempeña la búsqueda de identidad de los migrantes, con personajes que intentan forjar lazos profundos entre ellos al mismo tiempo que mantienen vínculos con la sociedad. La obra de Gurnah sugiere que por más esfuerzo que hagan los migrantes en los países en los que han encontrado refugio, el reconocimiento solo puede llegar a través de la interacción social.
El ganador del Nobel se lleva diez millones de coronas suecas, lo que equivale a un millón 116 mil dólares. Su novela Paradise (1994) fue preseleccionada para el premio Booker, al igual que By the Sea (2001). Gurnah es el quinto escritor africano que obtiene el Nobel de Literatura, después de Wole Soyinka (1986), Naguib Mahfouz (1988), Nadine Gordimer (1991) y John Maxwell Coetzee (2003).
Era muy difícil imaginar el nombre del ganador por las pistas que daba las cuenta de Twitter de los Premios Nobel, que compartió imágenes de Rabindranath Tagore, Ernest Hemingway y Toni Morrison, presentada como “la primera mujer afroamericana en recibir un Nobel”. Los tres escritores eran del “premiado” hemisferio norte.
Desde su creación, el Premio Nobel de Literatura despierta la expectativa mundial. En cuatro ocasiones fue concedido a dos personas en un mismo año (1904, 1917, 1966 y 1974), y hubo siete años en los que no fue otorgado (1914 y 1918, por la Primera Guerra Mundial; en 1935 y entre 1940 y1943, por la Segunda Guerra Mundial. En 2018, por el escándalo sexual desatado en la Academia Sueca, tampoco se entregó, pero esta “laguna” fue subsanada en 2019, cuando se le otorgó el premio a la polaca Olga Tokarczuk. En 2019 lo obtuvo el austriaco Peter Handke, que fue criticado por sus simpatías con el gobierno de Slobodan Milosevic, el “Carnicero de los Balcanes”, acusado de perpetrar un genocidio durante la guerra de los Balcanes. En 2020, para sorpresa de muchos, lo recibió la poeta estadounidense Louise Glück.
Para la escritora sueca Ellen Mattson, miembro de la Academia, el único atributo para ser nominado y luego ganar el Nobel es escribir excelente literatura. “No hay otra exigencia, solo calidad en el trabajo”, dijo. “El ganador debe ser alguien que escriba excelente literatura, alguien a quien sientas cuando lees que posee algún tipo de poder, un desarrollo que perdura a través de sus libros”. Si bien admitió que el mundo está lleno de escritores muy buenos y excelentes, se necesita algo más para ser un laureado. “Es muy difícil explicar qué es eso. Es algo con lo que naces, creo. Los románticos lo llamarían chispa divina. Para mí, es una voz que que encuentro en el trabajo de este escritor en particular y en ningún otro”. Al ver la lista de los premiados desde 1901, algunos caídos en el olvido, se puede deducir que esa chispa puede apagarse con el paso de los años. Las listas de nominados al Nobel son en principio extensas, con más de doscientos nombres y que luego se reducen a unos veinte.
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