Premio Alfaguara para la colombiana Pilar Quintana
MADRID.– En una edición atípica de la celebración del prestigioso premio Alfaguara, que se ha convertido en un encuentro anual de autores y de ideas, salvo por el jurado, reunido en la capital española, este evento se realizó, a causa de la pandemia, vía streaming desde Casa de América, en plena Cibeles. La ganadora de la 24° edición resultó la colombiana Pilar Quintana (Cali, 1972), por su novela Los abismos, narrada por la voz de una niña en la década del ochenta. Este galardón significa no solo la publicación del libro en simultáneo en Hispanoamérica, sino además un premio de US$ 175.000 y una escultura de Martín Chirino.
El colombiano Héctor Abad Faciolince, presidente del jurado, el autor de la bellísima El olvido que seremos, leyó el acta con el fallo: “Los abismos se adentra en la oscuridad del mundo de los adultos a través del punto de vista de una niña que, desde la memoria de su vida familiar, intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres. Con el telón de fondo de un mundo femenino de mujeres atadas a la rueda de una noria de la que no pueden o no saben escapar, la autora ha creado una historia poderosa narrada desde una aparente ingenuidad que contrasta con la atmósfera desdichada que rodea a la protagonista. Con una prosa sutil y luminosa en la que la naturaleza nos conecta con las posibilidades simbólicas de la literatura, y los abismos son tanto los reales como los de la intimidad”.
“Claudia de Colombia”, el nombre de una popular cantante, fue el seudónimo elegido por Pilar Quintana para su manuscrito, una de las 2428 novelas presentadas en el certamen. Claudia es también en nombre de la protagonista de esta novela. Quintana es también la autora de La perra (Literatura Random House, finalista de National Book Award 2020, en EE. UU.) y de la recopilación de cuentos Caperucita se come al lobo (Literatura Random House). “Venía desde hace muchos años intentando hacer una novela sobre una niña y no se me daba el tono. Es difícil conseguirlo y acá volví a intentarlo y acabo de ganar el premio Alfaguara y no puedo creerlo”, dijo emocionada la escritora desde su casa en Colombia.
Los abismos aborda el deseo femenino, los grises de la maternidad, y reflexiona sobre el miedo a la muerte y a la orfandad. “Esta es la emoción sobre la que trabajé: el miedo irracional que tenemos cuando somos niños a que no se nos mueran nuestros padres porque nos quedaremos desamparados”, admitió Quintana ante 150 periodistas. “Creo que soy una escritora que usa la imaginación, pero que usa también su experiencia”, admite sobre el escenario elegido para ambientar esta ficción. Quintana transporta al lector a su Cali natal y al departamento donde vivió su infancia al que llamaba “la selva”. Abad Faciolince admitió que no reconoció la voz de esta autora a quien había leído previamente y con quien había compartido eventos literarios.
Una niña que se siente fea, hija de una bella mujer, es la protagonista y narradora de esta historia. Los padres de Claudia tienen un matrimonio conflictivo. “Entre la actitud desdeñosa y las confidencias imprudentes de ella y la amargura y el silencio obstinado de él, intenta construir la realidad que la rodea, conjeturando, adivinando, interpretando lo que no le dicen, o lo que le cuentan a medias”, explica la sinopsis del libro. En esta armonía cerca de la naturaleza ocurre algo que modifica la existencia de Claudia. “La vida se convierte en otra cosa cuando se quiebra la línea recta del camino, desbaratada en favor de esos monstruos sin nombre, martilleos constantes hacia la agonía de sufrir cada minuto y acariciar los abismos, fríos, crueles, invisibles y despiadados”, agrega el resumen de esta novela.
“Soy hija de una generación de mujeres que no pudieron decidir qué querían ser en la vida porque el mandato social les decía a qué debían dedicarse. Mi mamá quiso estudiar derecho, pero mi abuelo le dijo que no podía hacerlo. Quería indagar entre la relación de una niña con una mujer que tuvo frustraciones en su vida”, dijo en la rueda de prensa. Quintana, que también fue guionista de TV, agregó un dato de su propia biografía que recogió y transformó en forma de ficción: su padrastro tenía un supermercado. Este es otro de los escenarios de la novela Los abismos.
El jurado de este premio estuvo también integrado por lAna Merino e Irene Vallejo, la directora internacional del Hay Festival, Cristina Fuentes La Roche, el periodista y escritor Xavi Ayén, el librero de Nollegiu (Barcelona), Xavier Vidal, y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), directora editorial de Alfaguara.
“Hubo consenso y además confió que la editorial tiene en sus manos otras novelas que podrá editar en un trabajo conjunto con otros autores. Todos quedamos muy contento con el trabajo de discusión y de la calidad literaria de estas novelas”, agregó el presidente del jurado.
En esta convocatoria se recibió un número récord de manuscritos: 1293 desde España; 419 desde Argentina; 259 desde México; 187 desde Colombia; 88 desde Perú; 74 desde Estados Unidos; 73 desde Chile; 35 desde Uruguay. Salvar el fuego, la novela ganadora de la última edición del premio, de Guillermo Arriaga, se convirtió en el libro más vendido de México el año pasado y acaba de ser traducida a cuatro idiomas.
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