Premian un canal de YouTube que cuenta las batallas de la Historia con la estética de los viejos videojuegos

Con más de 400.000 vistas en 2024 y más de 1.800.000 desde su creación, el canal de videos documentales animados Huellas de Sangre sigue sumando usuarios en YouTube, en especial, jóvenes de 18 a 34 años. Las batallas de la Independencia sudamericana, en la primera mitad del siglo XIX, son narradas con la estética de los primeros videojuegos; hay videos sobre las contiendas de Pasco, Suipacha, Huaqui, San Lorenzo, Cepeda, Paraguarí y Salta, entre otras. Para captar el interés del público, se utilizan también referencias deportivas, de cultura pop y cultura nacional.

El equipo está integrado por Iñaki Aguerre, director, diseñador y voz del canal; Joaquín Ibarra, productor y animador; Delfina Imosi, correctora de los guiones y autora del newsletter, y Chaz, a cargo de la musicalización y los efectos de sonido. Este viernes, a las 18, en el Salón San Martín de la Legislatura porteña (Perú 160), Huellas de Sangre será declarado de interés cultural.

En 2022, en Huellas de Sangre se publicaron cinco videos documentales de 15 a 40 minutos que tuvieron gran recepción. En 2023, además de lograr una frecuencia mensual, obtuvo una beca creación del Fondo Nacional de las Artes, para el video “Batalla de Huaqui-1811″, sumó formatos nuevos para fidelizar al público y lanzó un sistema de suscripción online. Este año se agregó una emisión mensual, “Buenos Patriotas”. El objetivo del proyecto es presentar a próceres y revolucionarios del siglo antepasado -de José de San Martín a Manuel Belgrano, pasando por Mariano Necochea, José Gervasio Artigas y Francisco del Rivero- desde una perspectiva lúdica y didáctica, utilizando el lenguaje digital. Huellas de Sangre tiene 35.000 suscriptores en YouTube.

“Nuestro propósito es retratar las principales batallas de las guerras por la Independencia y civiles en el Virreinato del Río de la Plata, realizando un recorrido por el contexto sociopolítico y sus principales actores -dice Aguerre-. A través de ellos, próceres y antihéroes de la historiografía moderna, nos permitimos humanizar los motivos que impulsaron a generaciones enteras a militarizarse en búsqueda de la soberanía”.

“Las batallas, eventos canónicos en la Independencia americana, ofrecen posibilidades para armar narrativas audiovisuales -dice Ibarra a LA NACION-. Por otro lado, tienen esta configuración de uno versus uno que abre la cancha a comparaciones con el deporte. Nosotros somos futboleros y las llevamos a ese plano, que al mismo tiempo hace más liviano el relato e interpela un poco más a la gente. Permite analogías, juegos, chistes. En este mismo sentido hay un ‘campo de juego’, un lugar geográfico que usamos de anclaje visual y ayuda mucho a entender las complejidades que un territorio implica”.

El proyecto comenzó en 2020, durante la pandemia. “Originalmente Iñaki, inspirado en un formato usado para retratar batallas europeas, me preguntó si sabía hacer ese tipo de animaciones -cuenta Ibarra-. Así nos embarcamos en los primeros guiones y prototipos, y para 2022 conseguimos frecuencia mensual. Al principio subimos dos capítulos pilotos; hoy los vemos y un poco de vergüenza nos dan, pero avanzamos mucho. A nivel estético fuimos evolucionando, empezamos a usar el pixelart [8BIT] que dio un retoque estético y permitió jugar con las caras de los personajes. En ese momento nos grabábamos en un micrófono USB en nuestra casa, entre colchones para acustizar un poquito. Bautista Filgueria [Chaz], un amigo músico y productor, nos empezó a grabar la voz en su estudio y ahora también hace la música y el máster de los vídeos. También se sumó al equipo Delfina, que escribe el newsletter y participa en correcciones de estilo en los guiones. Entre los cuatro somos amigos, nos conocíamos desde antes y nos fuimos sumando mientras teníamos algo para aportar al proyecto”.

“Este año decidimos profundizar la producción de series y videos, bajando un poco la publicación pero profesionalizando varios aspectos -señala-. Es decir, mejoramos la calidad. Sacamos la primera serie, sobre la muerte y resurrección de Gregorio Aráoz de Lamadrid, el primer video europeo, sobre la Batalla de Alesia, del 52 a. de C., y para fin de año estamos preparando un hitazo”.

La investigación corre por cuenta del equipo. “Iñaki está siempre en contacto con historiadores o aficionados que nos dan una mano -dice-. Para algunos temas hay libros específicos, como Anatomía del pánico, de Alejandro Rabinovich, o Amanecer de un 3 de febrero, de Carlos Alberto Gigliotti, para el combate de San Lorenzo, y en otros es una recopilación de distintas fuentes. Nos basamos mucho también en partes de guerra o memorias de los protagonistas. La rigurosidad histórica nos guía, pero siempre aclaramos que los videos expresan nuestra opinión al respecto. Hay batallas o combates de los que existe un solo parte de guerra y muchas veces está exagerado para engrandecer lo propio y empequeñecer lo ajeno. Por eso, tenemos claro que lo nuestro es una manera de ver los hechos. No somos profesionales de la historia, explicamos algunos hechos en un guion de quince o treinta minutos, pero no podemos desarrollar siempre en profundidad cada aspecto de cada una de las historias. Generamos una narrativa y profundizamos desde ahí”.

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