Por qué la inteligencia artificial cambiará el arte
El futuro del arte será híbrido. Al menos así lo imagina Bartolomeo Pietromarchi, crítico de arte, curador y director de uno de los museos más jóvenes del mundo, el Museo Nacional de Arte del Siglo XXI (Maxxi), inaugurado en Roma en 2010. Invitado al 16º Encuentro Sur Global, la plataforma de pensamiento para el arte contemporáneo de Bienalsur, Pietromarchi sostuvo que la inteligencia artificial cambiará el arte. "La cultura tecnológica disuelve muchas fronteras, entre ellas la que distingue entre humanos y máquinas. Muchos artistas inician un proceso creativo que concluyen computadoras o robots", dijo en el KM 0 de la bienal, es decir, en el rectorado de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref).
En el Maxxi se exponen hasta el domingo obras de dieciséis artistas híbridos. Una serie de dibujos a la manera de Rubens hechos por un brazo robótico, la recreación completa del avatar creado por Microsoft para entablar diálogos con adolescentes (y que fue hackeado por otros jóvenes en un solo día), la síntesis de la pesadilla más siniestra elaborada luego del rastreo de un programa en bancos de imágenes y óleos pintados a partir de un software empleado en la Bolsa para seguir el ritmo de los flujos financieros son algunas de las piezas de esa muestra que alberga el museo diseñado por la arquitecta Zaha Hadid. Entre los artistas que exponen actualmente en el museo romano, en la muestra bautizada Low form. Imaginarios y visiones en la era de la inteligencia artificial, aparecen Zach Blas & Jemima Wyman, Carola Bonfili, Ian Cheng, Cécile B. Evans, Pakui Hardware, Jamian Juliano-Villani y Agnieszka Polska. Para Pietromarchi, la calidad de esos proyectos híbridos es superior a la de aquella pintura subastada en Christie's en octubre de 2018, y que había sido creada a partir de un algoritmo.
Si bien el curador italiano indicó que en el mundo del arte había mucha resistencia ante los usos de la inteligencia artificial, dictaminó que el proceso era imparable. "También los cubistas, los dadaístas y los surrealistas recibieron críticas y burlas", comparó. Todavía la escuela artística que impulsa el uso de software para crear obras no posee denominación, pero se sabe que los artistas tienen entre veinticinco y cuarenta años. Un representante argentino de esa nueva corriente artístico-científica es Mariano Sardón, que ganó en la feria ARCO el premio BEEP para el arte tecnológico. Sardón investiga, igual que Mariela Yeregui y Mariano Sigman, en el Laboratorio de Arte Electrónico e Inteligencia Artificial de la Untref.
Durante este año, varios científicos europeos viajarán a ese centro de estudios argentino para realizar pasantías. "Traté de explicarles al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y al ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Alejandro Finocchiaro, la importancia de ese hecho, que los europeos vinieran a formarse en el país, pero creo que no lo entendieron", dijo a LA NACION Aníbal Jozami, rector de la Untref y cocreador con Diana Wechsler del proyecto de Bienalsur.
Un artista argentino en Cúcuta
Alex Brahim, gestor y curador colombiano que trabaja en la frontera entre Colombia y Venezuela, disertará esta tarde en el encuentro en Juncal 1319. Su proyecto, con sede en la ciudad colombiana de Cúcuta, aborda el desarraigo, la discriminación y otros conflictos asociados a las problemáticas de los migrantes en la frontera caliente con Venezuela. Con Juntos aparte, Brahim y su equipo participaron de la primera edición de Bienalsur, en 2017. Allí, la mexicana Teresa Margolles desarrolló un proyecto específico para esa ciudad de un millón de habitantes. Este año, el invitado será el argentino Marcelo Brodsky.
El curador colombiano dijo a LA NACION que el megaconcierto celebrado el 22 de febrero en Cúcuta, con fines humanitarios, había traído más problemas que soluciones al conflicto. "La frontera se cerró y se interrumpió el flujo de migrantes y de alimentos, medicamentos y otras mercancías entre Venezuela y Colombia", señaló. Desde ese momento "superestelar" del concierto, con la intención de que entraran a territorio venezolano los camiones con ayuda humanitaria, lo único que se obtuvo fue la detención de los procesos de avance que se habían logrado en el flujo de personas y bienes. "Quedó una cantidad enorme de venezolanos del lado de Colombia. Fue una apuesta de la diplomacia y los gobiernos, hecha con mucho desconocimiento de la realidad territorial".
Brahim recordó que, años atrás, emisarios de Juan Manuel Santos les habían hecho saber que Juntos aparte no contaba con la aprobación del gobierno de su país. Eso cambió con la actual administración, presidida por Iván Duque Márquez. "Tanto el Ministerio de Cultura como Cancillería hicieron constar en actas que apoyan el proyecto", señaló. La comunidad de Cúcuta se involucró por completo en el proyecto artístico ideado como respuesta a la emergencia humanitaria en la frontera entre los países hermanos. Ya participaron más de treinta artistas internacionales y otros veinte de la región.
Activismo y accesibilidad
Durante la tarde de ayer, también se presentaron informes de proyectos de artistas aborígenes australianos coordinados por el artista francés Laurent Grasso y el curador belga Georges Petijean, que abordaron ricas tradiciones visuales que recién ahora empiezan a aflorar en el mapa del arte contemporáneo. Para las comunidades aborígenes del inmenso desierto australiano, el arte es un motor de transmisión cultural entre generaciones. Petijean mostró imágenes de instalaciones hechas con centenares de lanzas, que aludían tanto al peso como a la fragilidad de la tradición en la actualidad. Esas obras se exhibirán en la Fundación Opale, de la ciudad suiza de Lens, en el marco de Bienalsur 2019.
Además, la periodista Natalia Blanc conversó con el curador brasileño João Kulcsár acerca de un proyecto de alfabetización visual con distintos grupos sociales. En un elocuente "portuñol salvaje", Kulcsár se refirió a un taller de fotografía para ciegos, que desembocó en la elaboración de planes de accesibilidad para instituciones artísticas brasileñas, como la Pinacoteca del estado de San Pablo. "Ahora en mi país los activistas están mal vistos por las autoridades del gobierno, pero un activista solo quiere cambiar la sociedad", dijo el curador. Jozami anunció que los cinco museos que dependen de la Untref trabajarían en conjunto con el equipo del curador brasileño para mejorar la accesibilidad y la experiencia estética de las personas con capacidades diferentes.
Otros artistas, curadores, periodistas e investigadores de Italia, México, Colombia, Bélgica, la Argentina, Estados Unidos y Brasil se encontrarán esta tarde, a partir de las 16, en la segunda jornada del Encuentro Sur Global, que concluirá con una charla entre el periodista y editor francés Philippe Régnier y Wechsler y Jozami. El encuentro se podrá seguir por streaming desde la página web de Bienalsur.
Para agendar
Mesa 1. Tradiciones visuales II
Betsabé Romero (artista mexicana) y Soraya Abu Naba (artista de Estados Unidos y República Dominicana) en diálogo con Diana Wechsler.
Existen tradiciones visuales ancladas en el imaginario de diferentes culturas. Este eje busca cuestionarlas, volver a observarlas o reflexionar sobre su inalterable presencia. Desde obras inspiradas en fenómenos de la era victoriana hasta la versatilidad del arte aborigen contemporáneo australiano.
Mesa 2. Arte y urgencia
Alex Brahim en diálogo con Verónica Abdala
El desarraigo y la discriminación son sólo algunos de los conflictos asociados a las problemáticas de los migrantes. Artistas e investigadores dan cuenta de las estrategias del arte contemporáneo para zanjar la brecha cultural en las fronteras, como evidencia de una problemática universal.
Cartografía Bienalsur
Aníbal Jozami y Diana Wechsler presentan junto a Phlippe Régnier (director de la edición francesa de The Art Newspaper) las líneas conceptuales y la cartografía de la segunda edición de Bienalsur 2019, que se lanzará oficialmente en la capital de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur el 20 de mayo.
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