Por la "coronacrisis", el sector editorial reclama medidas ante la emergencia
La Cámara Argentina del Libro (CAL), que agrupa a editoriales, librerías, distribuidoras y pymes del sector editorial local, envió una nota al ministro de Cultura, Tristán Bauer, para solicitarle la coordinación de medidas de apoyo al sector editorial. Ante la situación de emergencia sanitaria que atraviesa el país por la pandemia de coronavirus, con editoriales y librerías cerradas desde la semana anterior, esta industria cultural empieza a sufrir restricciones y serios problemas. Muchos editores, libreros y distribuidores, por ejemplo, no pudieron depositar los cheques a sus proveedores (imprentas y trabajadores independientes, entre otros) por falta de fondos. Por la "coronacrisis", peligra la cadena de pagos.
Martín Gremmelspacher, presidente de la institución, confirmó que están en comunicación con funcionarios del Ministerio de Cultura de la Nación para que se agilicen los trámites Repro (Programa de Recuperación Productiva para empresas en crisis) para las editoriales, pymes y librerías, la instrumentación de financiamiento, la pronta ejecución de los presupuestos de compras institucionales (como los que realiza la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), la puesta en marcha de líneas de crédito especiales y la suspensión temporal del pago de cargas patronales, entre otras medidas. "Es fundamental que se incluya a la industria editorial dentro de las economías críticas", dijo Gremmelspacher a LA NACION.
Las autoridades de la CAL también le enviaron una nota al presidente del Banco Central de la República Argentina, Miguel Pesce, respecto del clearing bancario. "Los cheques se están acreditando y no hay manera de que se puedan cubrir los saldos; esto genera un daño tremendo".
Por otro lado, las compras que los bibliotecarios de la Conabip (organismo presidido por María del Carmen Bianchi desde inicios de año) realizan año a año en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se están instrumentando de manera virtual desde el momento en quela Feria fue postergada, sin fecha fija de inicio. "Trabajamos en compras a través de catálogos revisados por la Conabip para que se cumpla el descuento pactado [del 50% del valor comercial] y que luego los bibliotecarios coordinen con los editores en forma directa", señaló Bianchi. Como mínimo, las compras deberán distribuirse entre ocho editoriales.
"Como es de público conocimiento, se espera que esta pandemia dure varios meses, afectando proyectos de producción y actividades culturales claves para el sector, generando un daño significativo a una industria que, desde hace ya cuatro años se encuentra atravesando una de sus mayores crisis", se lee en el comunicado de la CAL. La industria editorial, en caída desde 2016, está paralizada ciento por ciento desde antes del viernes en que se inició la emergencia sanitaria decretada por el Presidente. "Esto es un tiro de gracia", graficó Gremmelspacher.
Ante este panorama, la CAL solicita que el Estado se haga presente. "De no mediar políticas de apoyo, las consecuencias pueden ser devastadoras tanto a nivel económico, social y cultural librando al sector al cierre masivo de librerías, editoriales independientes, y perjudicando el acceso a la producción de conocimiento, materiales educativos y bienes culturales para todos los argentinos", concluye el documento de la CAL. Las autoridades del Ministerio de Cultura confirmaron que están en conversaciones con las cámaras del sector y con el Ministerio de Trabajo y el de Economía, en vista de coordinar esfuerzos para paliar las consecuencias de la cuarentena en el ámbito editorial.
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