Policial con disfraz político
En 1972, Roque Centurión, ex periodista devenido en detective privado, es contratado por Iván Drosdov, propietario de un semanario amarillista, quien le dice que ha recibido varias amenazas de muerte. Cuando ambos salen de un restaurante, de dos autos bajan tres hombres que los apuntan con armas largas. Centurión intenta sacar su pistola, pero un culatazo le hace perder el conocimiento. Al otro día, la mujer de Drosdov recibe el mensaje de que debe pagar 120 millones de pesos para volver a verlo vivo. Con la deducción de que la guerrilla es responsable del secuestro, destinado a desbaratar el objetivo político secretamente pactado entre quien fuera presidente de facto, Agustín Lanusse, y Perón -próximo a asumir el gobierno-, se acuerda pagar el dinero, con el aporte de el poderoso líder gremial José Rucci.
Pero Centurión descubre que se trata de un montaje urdido por el mismo Drosdov, incluyendo su supuesto asesinato, para poder huir con la millonada y evitar ser detenido, acusado de varias maniobras delictivas. Así que el hombre quiere desaparecer. Cambia de aspecto y de identidad y viaja a Brasil. Se inicia entonces una vertiginosa cacería, encabezada por Centurión y un oficial de la Policía Federal, que culmina en un duro enfrentamiento a balazos en una favela carioca. La última escena de este vibrante policial negro, tercera parte de la serie iniciada a cuatro manos por Hamilton y Marinelli en 2006, tiene algo del célebre cierre de El largo adiós, de Chandler.
El periodista
Por Mariano Hamilton y Alejandro Marinelli
Planeta
161 Páginas
$ 185