Poliamor, burbuja social, transgénero y quinoa: las nuevas palabras que trae el diccionario de la lengua española
Nuevamente la crisis sanitaria dejan su huella en esta actualización del tesoro léxico; además de incorporaciones, hay enmiendas y nuevas acepciones
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MADRID.– En la sede de la Real Academia Española (RAE) se presentó hoy la actualización 23.5 del Diccionario de la lengua española (DLE), en versión electrónica, donde se incluyen casi 4000 novedades, entre palabras nuevas y modificaciones de algunos vocablos y acepciones. Poliamor, bitcóin, bot, ciberacoso, procrastrinador, gentrificación, nueva normalidad, burbuja social, transgénero o quinoa integran ahora este tesoro léxico. Nuevamente la crisis sanitaria y las palabras que de ella derivan en pos de nuestra comunicación dejan su huella en esta actualización del DLE.
La directora de esta edición, Paz Battaner, explicó el sistema con el que trabaja el DLE. Primero, se recogen palabras y propuestas de todas las Academias que integran la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y, tras ser estudiadas en la RAE, regresan a estas 23 instituciones para llegar a un consenso o responder consultas puntuales sobre estas voces o enmiendas necesarias. Finalmente, y tras su aceptación, estas propuestas se incorporan al DLE. De este modo se recoge el léxico general utilizado en España y en los países hispánicos. La versión 23.5 del diccionario cuenta con 3836 modificaciones y desde hoy ya se pueden consultar en www.dle.rae.es
En la actualización de 2019 había 1100 novedades; en la de 2020, casi 2500; y en la actual, casi 4000. ¿Cómo se componen estas novedades? Hay, en primer lugar, fundamentalmente, adiciones de artículos, por ejemplo, bitcóin (”moneda digital”) o procrastrinador (que deriva de procrastinar, que significa “diferir, aplazar”). En segundo lugar hay adición de acepciones, como cribado, que tiene dos nuevas acepciones, ambas médicas, y que se incorporan tras el uso que esta voz ha tenido a partir de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. También resulta interesante que relato, que antes se definía como “narración”, tiene ahora una acepción política: “Reconstrucción discursiva de ciertos acontecimientos interpretados en favor de una ideología o de un movimiento político”.
Se incluyen, en tercer lugar, en esta actualización, adiciones de formas complejas, como la de la palabra madre, que posee un artículo muy extenso, y que se completa ahora con vale alguien o algo madre, o madres [”importar muy poco o nada”, según el DLE]. En cuarto lugar hay enmiendas a palabras como hisopo: hasta ayer, su entrada en el diccionario precisaba “Palillo recubierto de algodón en sus puntas, usado para la higiene personal”, pero hoy se completa esta definición, y se añade que también tiene la función de “tomar muestras biológicas de una parte del cuerpo”.
“En las novedades nos gusta encontrar lo que es reflejo de la sociedad de hoy en léxico de hoy, como nueva normalidad o burbuja social”, destacó Battaner. En esta adaptación también se evidencia la incorporación de un nuevo lema, como obispa, dado que en algunas iglesias, explicó la directora, hay mujeres que ofician esta función. El mundo de las series de TV y el modo en el que se han adaptado a la vida actual están recogidos en el nuevo DLE. Así, saga, un término antes vinculado a lo literarios, incorpora una nueva acepción: “Serie de obras literarias, cinematográficas o lúdicas que tienen entre sí unidad argumental, de intención o de personajes. En marzo sale a la venta el último videojuego de la saga”.
Hay varias voces nuevas vinculadas a la sexualidad y al género, términos que, indicó Battaner, “tenemos todos los días en los periódicos presentes”. Algunas de estas incorporaciones son poliamor (”Relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas”), transgénero, cisgénero o pansexualidad.
El DLE es un diccionario de la lengua general, es decir, no es un diccionario de términos específicos, pero recoge también gentrificación, propio del urbanismo. Aparece como novedad también trincheta [propio de la Argentina y Uruguay, pero que no se utilizan en otros contextos hispánicos; en España se utiliza cutter], o quinoa y, hay varios términos de la informática que se recogen: ciberacoso, bot y webinario, entre otros.Otras modificaciones no son tan evidentes para el lector común, como la marcación temática. Cada nueva acepción o artículo, aunque no se vean en el diccionario, internamente llevan una marca temática que quizá, en la edición 24°, sea visible. Por ejemplo, palabras propias de las disciplinas deportivas.
Hay también algunas correcciones de origen etimológico. Battaner explicó que muchas voces que se remiten directamente al latín, porque tienen una ascendencia latina, pero, sin embargo, no llegan directamente al castellano por el latín. Un ejemplo es el de vinagre, que además de su etimología latina recoge ahora su origen catalán: “(Del cat. vinagre, y este del cat. ant. vin ‘vino’ y agre ‘agrio’).” También se incorpora una enmienda del artículo linchar, al que se añade una explicación de su origen: “Del ingl. to lynch, y este de Ch. Lynch, 1736-1796, coronel en la guerra de Independencia de Estados Unidos y juez de paz en Virginia, que encabezó tribunales irregulares que imponían severos castigos a los colonos leales a la Corona británica)”.
“Todas estas palabras definen un año. Si las miramos con perspectiva, podemos encontrar muchas cosas propias de la sociedad actual”, culminó Battaner y destacó que se estudiarán nuevas palabras para la próxima edición. Una de ellas será vacunódromo: “La estudiaremos y veremos si se incorpora al diccionario o si es una palabra efímera y si no nos volveremos a acordar de ella. Ojalá.”
En esta rueda de prensa hubo una mención especial a Manuel Seco, autor del célebre Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, quien acaba de fallecer. “La Academia está de luto”, precisó el director de la RAE y presidente de la ASALE, Santiago Muñoz Machado, quien anunció que se suspende el pleno de académicos de hoy, pero que decidió proseguir este acto ante la prensa. “Fue una luz en las referencias didácticas que él también había heredado de su padre [Rafael Seco y Sánchez]”, dijo muy conmovida Battaner.
En 2022 se trabajará en la edición 24 del DLE, cuyo formato –papel o digital– aún no se conoce. “Si tuviera que atenderse la voluntad del director actual de la Academia, habría diccionario en papel siempre”, opinó Muñoz Machado, en tercera persona. Por ahora, la nueva edición puede ya consultarse en su versión digital.