Polémica por la imagen de una virgen con el pañuelo verde
La obra Virgen Abortera, una figura de yeso de unos 75 cm de alto que representa a la virgen María con un pañuelo verde que le cubre medio rostro, provocó una gran polémica. Ante las críticas y el rechazo que generó la difusión de la imagen incluida en la exposición "Para todes, tode", en el Centro Cultural Haroldo Conti, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, de la que depende el espacio, aseguró en un comunicado que no conocía la obra y que, de lo contrario, hubiese "objetado su exhibición". Para la curadora de la muestra, Kekena Corvalán, se trata de un intento de censura y de atropello a la libertad de expresión.
Esta tarde, la Virgen fue trasladada desde la vidriera de la librería del Conti, donde se exhibía desde el sábado, al interior de la sala principal donde están montadas las demás obras que abordan la cuestión de arte y género. En la puerta, hay ahora un cartel que advierte al público que algunas imágenes pueden herir susceptibilidades.
El cambio de lugar fue decidido por Corvalán que, en diálogo con LA NACION, reconoció que la imagen puede ofender o causar "escozor". "Pero lo terrible es que el Estado –dijo en relación a la postura de la Secretaría de Derechos Humanos– tome partido y se sienta ofendido. Al hacerlo, ejerce censura". La curadora recibió presiones para excluir la obra de la muestra y se negó. Sólo aceptó el cambio de lugar de la pieza, que desde hace unas horas –como se constató en la visita por el Conti– está ubicada en una tarima, a unos tres metros de altura.
La postura de la Secretaría de Derechos Humanos fue difundida por Twitter en la cuenta oficial del organismo el lunes por la noche. "Los elementos exhibidos en la muestra Para todes, tode, recientemente inaugurada en el Centro Cultural Haroldo Conti, no representan manifestación alguna de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación", dice el primer mensaje. En el siguiente agrega: "Los contenidos son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Somos respetuosos del arte y de la libertad de expresión, pero no avalamos agravios ni ofensas que puedan afectar a instituciones o colectivos de personas y sus valores religiosos". Finalmente, el hilo cierra con: "No compartimos algunas manifestaciones y fuimos sorprendidos en nuestra buena fe, al disponer un espacio de un centro cultural público para la exposición de una muestra que contiene elementos ofensivos no informados previamente. Caso contrario, hubiésemos objetado su exhibición".
El director del Centro Cultural Conti, Alex Kurland, que no quiso hacer declaraciones, comparte la posición de la Secretaría de Derechos Humanos. Los empleados del Conti, en tanto, contaron a LA NACION que el organismo está "desfinanciado" y que no tienen presupuesto para este año. La muestra Para todes, tode fue montada casi sin recursos y apelando a la colaboración de los artistas. "Nunca muestro las piezas ni los contenidos cuando me convocan para curar una muestra. Me piden una muestra sobre arte y género e incluyo temas como el aborto, que es uno de los principales temas de hoy", agregó Corvalán.
Arte y religión: antecedentes de un binomio controvertido
No es la primera vez que surge polémica cuando el arte se mete con la religión. El caso más resonante fue protagonizado por León Ferrari y su obra La civilización occidental y cristiana, en la que aparece un Cristo crucificado en un avión. A fines de 2004, la exposición antológica en homenaje a Ferrari en el Centro Cultural Recoleta fue clausurada por decisión de la justicia ante una denuncia de una organización ultracatólica. Cuando reabrió, el 4 de enero de 2005, la muestra fue visitada por una multitud.
Más recientemente, el Ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, fue criticado duramente por haber aceptadoprobar un trozo de torta con la forma de Cristo en la inauguración de la Feria de Arte Contemporáneo Argentina (FACA), en mayo del año pasado. Tuvo que pedir disculpas. Los mismos artistas de la Jesus Cake, los rosarinos Pool&Marianela, habían provocado indignación en 2014 por representar figuras religiosas con cuerpos de muñecas Barbies en la muestra Barbie, The Plastic Religion.
Mientras la polémica continúa en las redes sociales (circulan mensajes indignados con el gobierno por permitir la exhibición), muchos optaron por colocar una imagen de la virgen en sus perfiles. La creadora de la obra, que firma como Coolpa, tuvo que cambiar el estado de su cuenta de Instagram de pública a privada por los agravios que recibió durante el fin de semana. Los artistas que participan de la muestra, la mayoría del interior y de países vecinos como Uruguay, preparan un abrazo simbólico para la Virgen Abortera.
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