Poesía y dibujos: el primer libro a cuatro manos de Jorge Luján y Pablo Bernasconi
Uno en México y el otro en Bariloche, escritor e ilustrador crearon ¡Adiviname!, con adivinanzas en forma de poemas, imágenes enigmáticas y personajes inesperados; lo presentan mañana
A la distancia, desde México y Bariloche, el poeta Jorge Luján y el ilustrador Pablo Bernasconi crearon su primer libro conjunto.¡Adiviname!, publicado por La Brujita de Papel, que se presenta mañana en la Feria del Libro Infantil en el CCK con una charla abierta al público.
Dedicado por ambos autores a esos "ojitos mirando hacia aquí", combina poemas de Luján e ilustraciones a toda página de Bernasconi. "Ella es la noche en pleno día,/ la compañera de la vida,/ se hace grande, se hace pequeña:/ es un dibujo que camina", dicen los primeros versos de Luján, que plantea a los pequeños lectores adivinanzas con rima que resuenan como canciones de cuna.
Luján y Bernasconi se conocieron en la Feria del Libro Infantil de Bolonia el año pasado. "Nos pusimos a hablar de muchas cosas, y entre deseos y ganas de armar algo juntos, Jorge me contó que tenía una poesía en forma de adivinanzas, que hablaba del sueño, y de los momentos antes de ir a dormir. Me fascinó de inmediato el tema, y entre los dos le fuimos buscando el tono para generar una propuesta lúdica que se proyectase en un libro álbum", contó Bernasconi a LA NACION.
"Le siguieron correos que iban y venían como un carrusel de poemas hasta que Pablo sacó la sortija y decía: ¡Adiviname!", agregó Luján.
Por estos días, los dos dejaron sus ciudades de residencia (Luján, México DF; Bernasconi, Bariloche) para participar de varias actividades en Buenos Aires. Además de visitar la Feria del Libro Infantil, el poeta y músico dialogará con Isol el miércoles en el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso. Los libros con poemas de Luján, como Ser y parecer, fueron los primeros textos de otros autores que ilustró Isol, a los que él luego los convirtió en canciones. Ayer, Luján leyó en el Malba su libro Un ángel todavía, uno de los 47 títulos que ha publicado a lo largo de su carrera.
Nacido en Córdoba e instalado en México desde 1976, su obra para chicos, jóvenes y adultos ha sido traducida a 15 idiomas. Este año fue nominado por sexta vez al prestigioso premio literario ALMA (Astrid Lindgren Memorial Award), que Isol ganó en 2013.
Bernasconi, por su parte, presenta hoy, a las 16.30, en la Sala Federal del CCK, la colección "Biografías para armar", con textos de Daniel Balmaceda e ilustraciones suyas, que trae un puzzle de 300 piezas.
Como le ocurre a menudo a Luján, los poemas de ¡Adiviname! tomaron forma lentamente. Así lo cuenta: "¿Es posible hacer poesía que a la vez funcione como adivinanza? Esa fue la pregunta motivadora y para intentar responderla surgieron estas cuartetas. Poco a poco me fui ganando su confianza, y entre 'quítame' esa palabra y 'agregame' esta otra, las vi crecer hasta convertirse en las voces que se oyen en el libro".
Según Bernasconi, el trabajo virtual a cuatro manos fue fluido: "Como Jorge vive en México y yo en Bariloche, el intercambio fue casi siempre a distancia, salvo algunos encuentros que tuvimos en ferias. Creo que los dos estamos muy acostumbrados a trabajar así, y nos resultó muy sencillo movernos de esta forma. La química de los componentes no necesita mezclarse siempre para dar lugar a una reacción. Diría que tuvimos un enlace cuántico en esta ocasión".
Ese "enlace cuántico" empezó por buscar (y encontrar) un hilo narrativo, una historia que reuniera los poemas. "Y como toda historia, la nuestra necesitaba un o una protagonista. Hicimos una audición y la ganadora resultó una oveja. La llamamos Ove, y en el acto comprendimos que en vez de hilo debíamos encontrar una 'lana narrativa'. Ni bien escuchó esto, la muy lanuda nos miró con cara de 'No me vayan a poner a saltar cercas', y no tardó en ponerse a trotar por los poemas hasta darse de bruces con Leo, un pequeño peluche con los pelos de punta que se había colado en un dibujo de Pablo. Desde ese momento, Leo se volvió inseparable de Ove. Entonces todo estuvo claro: para armar nuestro libro solo debíamos seguir los pasos de Ove y Leo desde la caída del sol hasta la caída de ambos en el sueño", explica Luján.
Para Bernasconi, "el desafío estaba en trabajar las ilustraciones de forma que únicamente sugiriera la respuesta a cada adivinanza. La imagen literal estaba descartada (siempre lo estuvo) y en este caso la sutileza y las pistas para completar cada página tenían que tener un equilibrio muy cuidado, delicado. Apareció luego un personaje (que nunca se había manifestado en el texto) que funcionó como acompañante de cada página, y nos ayudó a encontrar el punto de vista".
Entre otros proyectos que lo ocupan en estos días, el autor de Mentiras y moretones está desarrollando una muestra itinerante e interactiva a partir de su libro El infinito. "Es un proyecto que vincula el arte y la ciencia, desde las metáforas y la experiencia lúdica, pero sobre la base de contenidos rigurosos y por demás complejos. Estoy trabajando en conjunto con físicos del Instituto Balseiro, matemáticos del Conicet, además de diseñadores industriales, programadores y productores. Estoy muy entusiasmado con lo que pueda salir de ahí. Se inaugura en septiembre en San Luis. Y de ahí buscaríamos otros destinos en la Argentina".
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