Pluralidad de lo borgeano
BORGES: REALIDADES Y SIMULACROS Por Daniel Balderston-(Biblos)-180 páginas-($12)
Los diez artículos que integran este volumen han sido escritos a lo largo de más de quince años: el primero data de 1983, los últimos son de 1999. No es una determinada coyuntura, por lo tanto, ni mucho menos una efemérides centenaria, lo que da impulso a las lecturas de Daniel Balderston sobre Borges. Balderston vuelve a Borges (a quien ya le había dedicado otros dos libros: El precursor velado y ¿Fuera de contexto? ) con la certeza de que en cada regreso encontrará algo distinto. Así sucede, en efecto, y ése es el atractivo fundamental de Borges: realidades y simulacros : que encontramos en él tantos Borges como lecturas hace el crítico.
Claro que la postulación de la pluralidad de lo borgeano es verdadera, pero también es fácil y es previsible (sobre todo en tiempos en que se tiende a postular el carácter plural de cuanta cosa se trate). Detectar esa pluralidad, sin embargo, volverla productiva efectivamente en las lecturas, supone una tarea más ardua. Y eso es lo que consigue Balderston en este libro. Encontramos en él a un Borges ligado al mismo tiempo a Stevenson y a Eduardo Gutiérrez (superando la oposición excluyente entre la imagen del escritor europeísta y la imagen del "escritor argentino y la tradición"), a un Borges que sigue a Gutiérrez pero invierte a Sarmiento (porque no existe "una" tradición argentina, sino tradiciones diversas), a un Borges impregnado de los valores de los cuchilleros (y no solamente separado de ese mundo por la famosa verja que el propio Borges menciona en Evaristo Carriego), a un Borges victoriano, a un Borges homofóbico (una definición de Balderston que le sirve para discutir con Borges, si bien puede resultar discutible a su vez), a un Borges erudito (porque su literatura no sólo parodia la erudición: también la emplea y la practica), a un Borges yrigoyenista, a un Borges tentativo y provisional en los ensayos, a un Borges paradojal, a un Borges precursor de flamantes teorías literarias.
Balderston se ocupa de cuestiones tales como la formulación del desafío en los textos de cuchilleros de Borges; de la imagen literaria de la cicatriz (sobre todo, en "La forma de la espada"); del "pánico homosexual" en las lecturas borgeanas sobre Whitman o sobre Oscar Wilde; del significado de adherir al yrigoyenismo para el Borges de los años veinte; de las modificaciones formales de sus ensayos a partir de los años treinta; o de la versión de Borges que entrega Estela Canto.
Se entiende que este crítico, que se especializa en literatura latinoamericana y la enseña en universidades de los Estados Unidos, vuelva a Borges con particular insistencia: a Balderston le resultaría más fácil bañarse dos veces en un mismo río que leer dos veces a un mismo Borges. El título de su libro habla de "realidades", donde otros dicen "realidad", y habla de "simulacros", donde otros dicen "simulacro". Descubrimos así, gracias a la riqueza de estas lecturas, que también el nombre de Borges está en plural.
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