Pilar Reyes: “La lengua tiene que unirse, trabajar para su visibilidad”
Su abuela Alicia, dueña de una memoria prodigiosa, recitaba poesías. Era una mujer atípica para su tiempo, recuerda Pilar Reyes. A ella le gustaban los libros, las reuniones con intelectuales, la vida cultural. "Y cuando estés viejita,/ casi tan viejita como ahora estoy yo/ de pronto recuerdes que fue tu abuelita/ la que con cariño te dio Corazón", escribió una dedicatoria en el libro de Edmundo de Amicis. Editora de Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez-Reverte y Javier Marías, Reyes acaba de ser designada directora editorial de Penguin Random House (PRH). Tras la muerte de Claudio López Lamadrid, el grupo editorial realizó una reestructuración de su organigrama. Reyes, hasta entonces responsable de Alfaguara, pasó a liderar la división integrada por todos los sellos literarios de la compañía; esto es, además de Alfaguara, Lumen, Caballo de Troya, Literatura Random House, Reservoir Books, Debate y Taurus. Es una directora de editores, una tarea que en inglés se conoce como publisher.
Nacida en Bogotá es hija de Carlos José Reyes, dramaturgo, historiador y quien fuera director de la Biblioteca Nacional de Colombia durante diez años. "Tengo una relación tan natural con el libro como con la comida", señala. Sube la escalera corriendo. En la planta superior está su oficina. No es tanto el vértigo de su rutina cotidiana, sino la emoción de compartir el último lanzamiento de la editorial. Baja con la misma destreza y acaricia un ejemplar de la edición conmemorativa de Rayuela.
A pesar de hacer malabares con su agenda internacional de ferias y congresos, conserva como editora algunos autores que confían ciegamente en ella a la hora de entregarles su creación. Además del premio Nobel peruano y de Pérez-Reverte y Marías, Rosa Montero y sus compatriotas Juan Gabriel Vásquez y Héctor Abad Faciolince son sus escritores mimados. Mantiene un trato especial y diferente, pero siempre artesanal, con cada escritor: "Hay autores a los que no les gusta mostrar nada. Lo que siempre hay es una conversación. Javier Marías es muy reservado y de pronto te va llevando un conteo de cuántas paginas escribe por mes. Ni siquiera me adelanta la trama, sino que me adelanta algunos datos que me hacen a mí crear una fabulación de lo que está haciendo. Es como un juego, una parte fascinante del proceso creativo". En algo se igualan todos los autores: "Los escritores son seres frágiles".
Directora editorial de un sello que publica en la segunda lengua más hablada del planeta, admira "la maquinaria y el mercadeo absoluto de los grandes vendedores de libros internacionales que son los anglosajones". "La maravilla del español es que estamos hablando con vocablos diferentes y nos entendemos. Tenemos un capital cultural tan amplio, una riqueza y eso le da juego a la lengua. Me preocupa por qué hay autores latinoamericanos que funcionan mejor traducidos que en España. Es tremendamente llamativo. Los suecos y noruegos lo entendieron perfectamente después de Stieg Larsson. Tras ese fenómeno fueron a vender su cultura. La lengua española tiene que unirse entre sí, trabajar para su visibilidad en el mundo. ¿Cómo hacemos para que nuestra lengua tenga un peso internacional fuerte?".
Reyes no considera que el mercado editorial o la literatura sean machista: "Siento que las mujeres somos enormemente protagonistas del mundo del libro. El dato impresionante es España: cerca del 60% de lectoras de ficción son mujeres. Pero hay un malentendido dañino. Cuando una mujer llega a un puesto de decisión es como si feminizara un ambiente. Tengo la sensibilidad para publicar a hombres y mujeres, pero no siento que feminice el sello porque soy mujer".
Para agendar
Participa en "La competitividad del español como lengua para la innovación". Hoy a las 11.30. En el Teatro San Martín.