Pilar del Río: “La persona que me define como ‘la viuda de Saramago’ tiene mucha pereza intelectual”
Tiempo de descuento para el centenario del Premio Nobel portugués: un año de celebraciones, inéditos y Buenos Aires en la agenda; ¿por qué decide publicar en castellano “La viuda”, primera novela del escritor, una gran promesa a los 25 años?
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MADRID.- Una extensa gira que incluya destinos en el continente europeo y en el americano. La idea de un congreso itinerante que recuerde a su paso el centenario del nacimiento de José Saramago (1922-2010), desde Bucarest hasta Buenos Aires, siempre estuvo en los planes de los organizadores, pero la pandemia ha obligado a ser cautelosos con los anuncios. Pilar del Río, presidenta de la Fundación Saramago, adelanta desde su casa en Lisboa sus intenciones y las próximas ediciones de obras del premio Nobel de Literatura. Por primera vez en castellano se publicará, en noviembre, La viuda, la primera novela del autor, y esta misma editorial, Alfaguara, trabaja en la reedición de las obras completas del escritor portugués para 2022.
Pilar del Río es una reconocida periodista y traductora española. Compartió su vida junto con José Saramago y lleva adelante la fundación que vela por la memoria del autor de Ensayo sobre la ceguera. Esta institución sin fines de lucro, ni subsidios, es protagonista en el escenario cultural español y portugués. Hace dos semanas recibió en la que fuera casa del autor, en la isla de Lanzarote, a primeras figuras de la política española: el presidente Pedro Sánchez, al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero e incluso a la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Del Río se prepara para un año de eventos en torno al centenario del nacimiento de Saramago con un ciclo de conferencias ideadas y comandadas por Alberto Manguel, incluidas dentro de un contexto más amplio de eventos comisariados por Carlos Reis, y que, posiblemente, si la crisis sanitaria lo permite, recale en Buenos Aires. “No vengo a pedirle nada; vengo a ofrecerle”, inició así del Río su encuentro con las autoridades educativas de Portugal. El resultado de esta reunión fue el consenso para que el próximo 16 de noviembre, cuando se dé por inaugurado el “año saramaguiano”, se lea un cuento, al unísono, en todas las escuelas de país: “La flor más grande del mundo”, una defensa del medio ambiente. Como un guiño para los lectores de Saramago, en particular para aquellos que conocen la trama de El año de la muerte de Ricardo Reis, no será 2022, sino 2021 la cinta de largada de estos encuentros.
-¿Por qué va a publicar La viuda?
-Hace algunos meses Alfaguara decidió que no podía decir que tenía en su catálogo la obra completa de Saramago si le faltaba un libro y entonces decidieron que lo querían traducir. Me ofrecieron hacerlo, pero ya el último libro lo había traducido un profesor maravilloso, Antonio Sáez Delgado. Les dije que el privilegio sería que tradujera ese libro, escrito por un hombre, otro hombre. Es una novela que deja claro que José Saramago, de 25 años por entonces, será un gran autor. Es la historia de una mujer rica que queda viuda y que siente deseo. Ella espía a sus criadas, quienes viven en libertad su deseo y su sexualidad.
-Sé que le molesta ser llamada “la viuda de”, pero también imagino que comenzará, a partir de la publicación de La viuda, todo tipo de juegos del lenguaje o retóricos. ¿Qué le ocurre cuando lee o escucha que es “la viuda de Saramago”?
-La persona que me define así tiene mucha pereza intelectual. No fui la “mujer de” porque tampoco soy la “madre de”, ni la “hija de”. Tengo la suficiente edad y entidad para ser quien soy por mí misma. Soy Pilar del Río. Solo los necios me llaman de otro modo. Es verdad que se va a jugar con el morbo: “La viuda presenta La viuda”. Puesto a jugar con morbo, más morboso daría “La viuda presenta Tierra del pecado” [tal el nombre con el que se conoció esta novela en portugués, por exigencia de la editorial en 1947; la segunda vez, se publicó ya como La viuda, el título que quería Saramago], porque ahí ya nos podríamos lanzar por unos caminos tremendos de esos que hacen babear a cierta gente, como el erotismo. Cada vez que me llaman “viuda”, fulmino con la mirada, si no puedo hablar. He dejado muchos cadáveres fulminados.
"Durante la época dura del confinamiento la cultura nos salvó. Y ahora tenemos nosotros que animar para que haya una recuperación de la cultura."
Pilar del Río
-¿Hay otras ediciones que aparecerán con el centenario: cartas, fotos, ensayos?
-No habrá ediciones de obras originales. Van a salir libros, algunos de ellos, que no puedo adelantar porque serán los propios autores quienes lo anuncien, serán de caer lagrimitas de gusto. Sí te puedo decir que Alfaguara va a presentar una colección especial por el centenario con todos los libros de José con unas portadas magnificas hechas por Manuel Estrada, autor del logo del centenario y de muchas portadas de José.
-La Argentina es uno de los países donde le gustaría que se celebrara el aniversario. ¿Qué me puede adelantar?
-¿Cómo se puede preparar un centenario cuando se está en una pandemia y no sabemos qué va a pasar al día siguiente? ¿Cómo se podían programar viajes, asistencia, congresos si no nos podíamos mover? Comenzamos a trabajar antes de la pandemia. De la programación que teníamos hemos tenido que cambiar de planteamiento varias veces. Me dan ganas de llorar cuando te lo digo. ¡Los vaivenes que hemos tenido que dar, planificando a la distancia, cuando aún no había vacunas! Hay instituciones argentinas que se interesaron, creo que vamos a hacer cosas interesantes, ojalá puedan ser presenciales.
-¿Estos encuentros serán académicos, literarios o ampliará el espectro?
-Serán literarios y no literarios. Tienen que ver con los Deberes y los Derechos Humanos. También habrá encuentros en Chile, Uruguay y hay una serie de países, instituciones y universidades con las que estamos trabajando. Hay una idea de hacer un congreso que circulara por distintos países y cátedras José Saramago, que empezaría por Bucarest, pasaría por Roma, Barcelona, Galicia, Oporto, América del Norte, Brasil, y terminaría en Argentina. Ahora está todo en estudio, pero nuestras intenciones siguen en pie.
-¿Cómo le gustaría que fuesen estas celebraciones?
-José Saramago estará muy presente. Pero el objetivo es la cultura, propiciar actividades que afecten a mucha gente. La idea es intercambiar ideas, animar a que la gente vaya al teatro, conciertos y exposiciones. Se trata de estimular la participación y la colaboración cultural, aprovechando el año Saramago para enarbolar la bandera de la cultura. La cultura durante la época dura del confinamiento nos salvó. Y ahora tenemos nosotros que animar para que haya una recuperación de la cultura. Además, contamos con el maravilloso Alberto Manguel con quien venimos trabajando.
-¿Cómo subsiste la fundación sin fines de lucro, ayudas públicas ni subsidios?
-Conseguimos de un banco una cantidad moderada. Es la quinta parte de lo que pensábamos que podíamos tener, y que sirve para pagar unos sueldos de personas que están trabajando, y poco más, algunos viajes de estas personas, que tendrán que ir a los congresos, pero no mucho. Lo demás lo estamos haciendo con mucha imaginación y mucha voluntad.
-¿Qué ocurrió con Ensayo sobre la ceguera durante la pandemia? ¿Tiene registro de las ventas, reediciones o del efecto que produjo la pandemia en la novela?
-Tengo noticias de las menciones que se hicieron en los distintos medios del mundo, porque, de algún modo u otro, me van llegando citas realizadas por personas, editoriales e incluso Parlamentos. Sé por las redes sociales que fue un libro muy leído, aunque las librerías estaban cerradas. Lo que pasa con sus reediciones, y es evidente que ha habido y que habrá ediciones, no lo sé bien porque es la agencia que representa a José Saramago, la agencia neoyorquina de Andrew Wylie, quien se encarga del tema. Pero quiero decir algo que va más allá de lo editorial. Me hace temblar de horror pensar que ahora que supuestamente estamos superando la pandemia vayamos a recuperar la vida de antes, volvamos a la vida de antes, que es la que causó la pandemia. Me daría horror que fuéramos ciegos que viendo no vemos. No podemos volver a lo antiguo.
-¿Se refiere al cuidado por el medio ambiente, a la empatía hacia los demás?
-Me refiero a que la gestión de lo público a nivel mundial tiene que ser distinta. Las grandes organizaciones tienen que estar pensando en eso ya, y si no piensan, pensemos nosotros, los ciudadanos. Y ahora te cito Ensayo sobre la lucidez: “Aullemos, dijo el perro”. Seamos los ciudadanos los que reivindiquemos que otra vida es posible.
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