Picasso, abuelo ausente: la nieta del pintor rematará parte de su herencia
Pinturas, dibujos, cerámicas y grabados creados por Pablo Picasso, fotografías que lo retratan y hasta las paletas que usó uno de los artistas más famosos de la historia de la humanidad. Esas piezas saldrán a la venta en una subasta online gracias a la nieta del prolífico pintor malagueño, un gran depredador de mujeres cuya vida personal sigue generando polémicas.
"Vender el arte de mi abuelo es una forma de ayudarme a sanar", había dicho a The Guardian hace cinco años Marina Picasso, cuando subastó varias cerámicas heredadas mientras se encendían los escándalos en torno al invaluable legado del artista. Ahora, del 8 al 18 de junio desde la plataforma digital de Sotheby’s, se rematarán más de sesenta obras de su colección, algunas de las cuales están valuadas en casi medio millón de dólares.
Una versión de Las mujeres de Argel, pintada por Picasso en 1955, se convirtió en la obra de arte más cara vendida en subastas seis décadas más tarde, cuando batió un récord mundial al venderse en 179,3 millones de dólares. En 2017 fue desplazada por Salvator Mundi, atribuida a Leonardo Da Vinci y rematada por 450, 3 millones.
Marina es hija de Paulo, el hijo que Picasso tuvo con su primera esposa, la bailarina Olga Khokhlova. Tanto Paulo como su mujer fueron alcohólicos y se separaron cuando ella tenía apenas cinco años. Según relató a The Guardian, junto con su hermano crecieron en la pobreza, y su padre tenía que rogar por dinero al artista. "Rara vez veían a Picasso y tenían que esperar durante horas en el portón de su casa para ser recibidos", dice el artículo, firmado por Angelique Chrisafis y Mark Brown.
Cuando el pintor murió, en 1973, Marina tenía 22 años y heredó una quinta parte de su patrimonio. Entre otras propiedades, aquella casa de Cannes a la que no se les permitía entrar, y donde fue retratada por The Guardian en 2015. Pero la historia de sufrimiento no terminaría ahí: su hermano mayor, Pablito, se suicidó tras haber sido excluido del funeral de su abuelo.
"Fue una herencia sin amor, no había lazos familiares", declaró Marina al mismo diario inglés, según el cual ella poseía entonces una colección de más de 10.000 piezas -incluidas unas 300 pinturas- y planeaba venderlas en forma gradual para financiar sus actividades de caridad.
El lote que rematará ahora incluye un retrato de Jacqueline Roque, la última esposa de Picasso, que contribuyó a distanciarlo del resto de la familia. El valor estimado de ese grabado, realizado en 1955, ronda entre 40.900 y 73.500 dólares. También se subastará la famosa fotografía que hizo Robert Doisneau en 1952, con un valor calculado entre 4900 y 7300 dólares.
Entre las piezas más caras se cuentan un pastel realizado a comienzos del siglo XX, con un máximo previsto superior a 400.000 dólares, y Le voyeur, una tinta sobre papel que refleja los vínculos perversos del artista con las mujeres, cuyo valor estimado supera el medio millón. El dibujo muestra a un hombre espiando a una joven desnuda; fue realizado en 1933, mientras Picasso vivía en su casa de Cannes con su esposa Olga y su hijo Paulo, y se escapaba a visitar a su musa y amante de entonces, Marie-Thérèse Walter.
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