Pese a las críticas al Gobierno, la Feria del Libro abrirá el día del paro nacional de 14 a 20
“Nunca en su historia la Feria cerró”, dicen los organizadores, que decidieron reducir la jornada del jueves dos horas y cobrar entrada; las actividades previstas para después de las 20 serán reprogramadas
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En una edición de la Feria del Libro que no pasará a la historia por la asistencia masiva de público ni por las ventas de ejemplares -se habla de una caída en las ventas del 30% al 40% respecto de 2023- en la última semana del gran evento cultural la Confederación General del Trabajo (CGT) fijó un paro nacional, este jueves, al que adhirieron los gremios del transporte.
Desde la Fundación El Libro (FEL) anunciaron hoy que la Feria del Libro estará abierta el jueves de 14 a 20, y que se cobrará entrada ($ 3500). “Nunca en su historia la Feria cerró”, dijeron. Las actividades previstas para después de las 20 serán reprogramadas. Aquellos que quieran visitar la Feria en “una jornada tranquila” tienen la oportunidad de hacerlo el próximo 9.
“El Consejo de la FEL decidió garantizar la libertad de huelga tanto para quienes quieran abrir los stands como para los que no -dice el presidente de la FEL, Alejando Vaccaro, a LA NACION-. No se va a aplicar ningún tipo de sanción y reforzaremos las medidas de seguridad, como para que todo sea una fiesta y para garantizar el derecho a decidir de cada expositor a abrir o no”.
Los horarios de las mesas de debate del Diálogo con Escritoras y Escritores Originarios, del Concierto Expresso Transatlântico (que organiza la ciudad invitada de honor, Lisboa) y de la Jornada Ferial de Microficción fueron adelantados por los organizadores de la Feria.
El enfrentamiento entre las autoridades de la FEL y el Presidente de la Nación y las críticas del sector editorial a las políticas culturales del Gobierno, paradójicamente, no incidieron en la decisión de los organizadores, que optaron por no hacer huelga. Algunas actividades en las que participaban invitados extranjeros ya fueron reprogramadas.
LA NACION pudo saber que las editoriales, en especial las grandes, están organizando un plan de contingencia para que los trabajadores de los stands puedan llegar a La Rural y luego volver a sus casas. Desde Penguin Random House confirmaron que aunque se espera una merma de asistentes mantendrán “una estructura mínima de atención al público” para que el stand funcione. Sin duda, el jueves las apps para viajar en auto hasta Plaza Italia estarán al rojo vivo.
Algunos stands de los sellos independientes estarán atendidos por sus dueños. Otros, como Reunión (que agrupa a Godot, Sigilo, Chai, Gourmet Musical, La Parte Maldita y Maten al Mensajero), no atenderán al público. Varios editores opinaron que la Feria debería adherir al paro y cerrar, a modo de protesta.
En su cuenta de Instagram, los sellos agrupados en la Cooperativa Typeo (Astier, Cúlmine, Ediciones del Signo, El Colectivo, Hasta Trilce, La Libre, Muchas Nueces, Rara Avis, Ripio y Ubu), que forman parte del stand colectivo Ministerio del Libro, anticiparon que pararían el 8. “Paramos para defender una forma de vida y un modelo de país sin exclusión, pobreza ni sometimiento”, se lee en el comunicado.
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