Pelota de papel: cuentos de fútbol por mujeres que juegan en el equipo feminista
Arrancarle la cabeza a la muñeca para jugar al juego que más te gusta. Una imagen potente que necesita de miles de palabras para que el sordo mundo comprenda toda la alegría y el dolor que es para las pibas es el futbol. Había que contar lo negado para volverlo real: si los futbolistas "demostraron" que además de patear la pelotita podían acariciar la literatura, las chicas querían decir, sin tapones de punta e infladas de orgullo, "acá estamos". Hoy, Día internacional de la Mujer, se grita gol. A las 11, en el teatro Astral, con entrada libre, se presenta Pelota de papel 3 (Planeta), el libro que reúne 29 cuentos escritos por mujeres futbolistas, ilustrados por 29 mujeres dibujantes y presentado por distintas periodistas y referentes; además, el prólogo de Claudia Piñeiro y la introducción de la editora Paula Rodríguez. Después de dos ediciones dedicadas a ellos, la tercera fue la vencida.
"Si bien hay escritoras que se metieron con el tema -por ejemplo, me tocó compilar los cuentos de Las dueñas de la pelota, con nombres muy reconocidos de la literatura-, en este caso la fuerza está en lo testimonial, son ellas mismas las que toman la palabra y que luchan por su espacio, por la visibilización y la justicia", dice Piñeiro sobre este sueño tejido por 29 nombres imposibles de ser silenciados.
Norma Saralegui, Mónica Santino, Lucila Sandoval y Marina Nogueyra son las pioneras del grupo. Con otras vivencias, ya atravesadas por la ampliación de derechos, las jóvenes en plena actividad deportiva son Camila Gómez Ares (Boca), Aldi Cometti (Atlético Huila, de Colombia, y selección argentina), Belén Potassa (UAI Urquiza, selección argentina), Belén Soto (Banfield), Eugenia Nardone (UAI Urquiza, actual campeón de la liga femenina), Gabriela Garton (arquera de la selección), Virginia Salera (entrenadora de la primera de Newells Old Boys.), Sol Domínguez (Racing), Mili Oliver (Gimnasia y Esgrima de La Plata), Sofía Rodríguez Cuggia (Platense), Rosana "La Zurda" Gómez (entrenadora de Rosario Central) y Maca Sánchez (despedida del UAI Urquiza y en juicio por luchar en defensa de los derechos de las jugadoras), que no escribió un cuento por falta de tiempo pero sí el prólogo del texto de Saralegui.
Nueve de las cuentistas, no se criaron en la Argentina. La DT de La Nuestra Fútbol Feminista (la organización de fútbol de mujeres en la villa 31), Juliana Román Lozano, nació en Colombia, vivió en Suecia y ahora pisa firme en "la tierra de Maradona"; Vanessa Arauz, DT de la selección de Ecuador; la jugadora del Barcelona y de la Selección brasileña Andressa Alves; la uruguaya Estefanía Maggiolini que juega en la liga española; Alba Palacios, primera futbolista transgénero de España; Carolina Mendes, del Grindavik de Islandia y la selección portuguesa; Natalia Guitler, figura del futvóley en Brasil; Katherine Alvarado, selección de Costa Rica; y la catalana Luri Sorroche, entrenadora en el estado de Gujarat, India,
Por último, un grupo de comprometidas: dos periodistas y jugadoras amateurs, Delfina Corti y Ayelén Pujol, del club Norita (en honor a Nora Cortiñas quien le prologó su cuento) y autora del libro Campeonas, una historia jamás contada que Paidós publicará en junio; la ex jugadora de futsal de San Lorenzo, Pamela Visciarelli, casada con su entrenadora y madres de dos nenas; la fundadora de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino, Evelina Cabrera; y Leila Ponzetti, ex River e integrante del colectivo feminista Mundial.
Es solo una sugerencia pero no estaría nada mal que guionistas y editores se dieran una vuelta por Pelota de papel 3, un potrero abonado con épica y sembrado de drama, acción, romance, aventuras, comedia de enredos y mucha pero mucha resiliencia, una palabra que todavía no se usaba cuando ellas ya la ponían en práctica.
Sofía Rodríguez en "Todo es lucha" cuenta cómo es jugar e inyectarse insulina cada día. Camila Gomez Ares en "La otra mitad" recuerda la marca que le dejó a los 5 años no poder entrar al partido como le habían prometido: el técnico del otro equipo amenazó con retirar a sus jugadores (varones) si ingresaba la nena. Belén Potassa relata que en su pueblo Cañada Rosquín el entrenador verdulero premiaba a los mejores con "mandarinas", el nombre del cuento y el olor de la revancha. Gabriela Garton eligió contar a Florencia Bonsegundo, "Caradura", la delantera goleadora que por un malentendido y su testadurez consiguió no solo quedar en la selección sino ser la autora del gol con el que Argentina ganó el pase al Mundial de este año en Francia. Y, entre tantos más, "Triunfamos", epopeya y síntesis nacional en boca de una protagonista histórica, Norma Saralegui, integrante de la selección en el Mundial de México 1971: abandonadas por el pseudoempresario que las llevó, comieron gracias a los boleros que cantaban en un restaurant y, mucho antes del mítico 86, le ganaron 4-1 a Inglaterra en el estadio Azteca el 21 de agosto, fecha propuesta como Día de la futbolistas argentinas.
"Este libro representa lo que siempre queremos decir y no podemos, lo que nada tiene que ver con el mercado ni los intereses, expresado en literatura. Es un rescate porque todas las que estamos acá, de distinta manera, sufrimos heridas que no deberían repetirse. Por eso fútbol feminista, porque con jugar a la pelota no alcanza, tiene que haber cambios y eso es conciencia de género", dice Mónica Santino, con la lucidez de mil batallas. Ante el ofrecimiento de escribir, la mayoría respondía "no sé qué decir" porque había naturalizado el esfuerzo gigante y cotidiano de sobreponerse al rechazo. Al poner en palabras esas extraordinarias historias comunes y encontrar tantos puntos en común se sintieron todavía más unidas, en "manada" como el cuento de Juliana Román Lozana.
Literatura que sana heridas, que crea voces nuevas, que abre micrófonos donde estaba tapiado. En la introducción, Paula Rodríguez dice que en los anteriores Pelota de papel, la infancia representa para los jugadores varones el paraíso perdido. En cambio, para las chicas es el lugar de la expulsión. Nada nutre mejor el deseo que lo negado. Así nacen los sueños, los proyectos, las revoluciones y el futuro.