Paul Auster, feliz por llegar a Buenos Aires
Aseguró ayer que siempre soñó con conocer esta ciudad
Paul Auster llegó ayer a la conferencia de prensa en el auditorio del Marriott Plaza Hotel arrastrándose sobre un bastón. No era que, pocas horas después de llegado al país, la realidad argentina lo hubiese ya golpeado.
“Es la vejez”, explicó en cambio, con una gran sonrisa de 55 años que –sabe de sobra– son muy bien llevados. Y pasó a describir las penas de una vida arriba de un avión presentando libros en distintos continentes combinado con un problema arterial en una pierna.
Pero no es que la realidad argentina la tuviese demasiado ausente. Consultado sobre cuáles libros recomendaría a los lectores locales, respondió sin vueltas: “Alguien que, en las dificilísimas circunstancias que están viviendo, puede encontrar el tiempo y la concentración como para leer algo, cualquier cosa... ¡Eso en sí es extraordinario! No me animaría a recomendar, mucho menos imponer, nada”.
Sin embargo, se mostró feliz por estar en Buenos Aires. “Siempre soñé con conocerla”, agregó, para el deleite de los periodistas allí reunidos, muchos de los cuales juraban haber leído “absolutamente” todo lo que publicó este autor devenido –sin duda– de culto.
Un argentino en Hollywood
El romance del público argentino con Auster tuvo renovados bríos desde que se supo que uno de los personajes principales del libro que saldrá en septiembre en los Estados Unidos, “The book of illusions”, es Héctor Mann.
“Un argentino descendiente de inmigrantes judíos, que después de la Semana Trágica marcha rumbo a Hollywood para convertirse en actor, director y productor de comedias de cine mudo. Allí usaba un bigotito negro, muy finito. Y trajes blancos”, fue todo lo que adelantó respecto del personaje. No obstante, confesó que “con el libro del argentino” cree estar entrando en una nueva etapa en el tono de su producción literaria.
Anoche, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) tuvo su primera actividad: mantuvo un diálogo abierto con Cristina Piña desde el punto de vista estrictamente literario y que fue el broche final de un seminario sobre la obra de Auster que allí se dictó en el último tiempo.
El viaje de Auster a la Argentina fue organizado por su agente literario en el país, Guillermo Schavelzon. Lo financian la Fundación el Libro (en cuya feria será la principal atracción), el Malba y la embajada de los Estados Unidos.
“Se le pagan dos pasajes de avión en clase pregerente de Aerolíneas Argentinas, la estada de hotel y un honorario en pesos muy moderado, en concepto de viáticos”, explicó Schavelzon a LA NACION.
Los dos pasajes se deben a que no suele dar un paso sin la compañía de su mujer, la escritora de ascendencia nórdica Siri Hustvedt, que aguardó de incógnito en el fondo de la sala, sin inmutarse frente a las constantes referencias de Auster a su “gran inteligencia y genio”.
Por ejemplo, el autor norteamericano mencionó que la idea del libro “ Creía que mi padre era Dios”, que se presenta en estos días en la Argentina y que es el primero publicado íntegramente en el país, fue ciento por ciento de ella: “Cierta vez participé de un programa de radio, y como les gustó mi voz me ofrecieron hacer algo regularmente. Yo pensé «¡ni loco!», pero ella me convenció de que dejara que otros lo hicieran por mí”, recordó.
En efecto, el nuevo libro es un conjunto de relatos de la vida real que le mandaron sus oyentes para que leyera en la radio, con una edición apenas mínima de parte del popular escritor. “Ojalá que alguien organice algo así en la Argentina, un proyecto por el cual gente de distintas edades, clases sociales y ubicaciones geográficas comparta sus experiencias de vida con los demás. No quiero sonar utópico, pero sinceramente creo que es una forma de ayudar a que cada uno se sienta un poco más cercano, y compasivo, hacia quien tiene al lado.”
Respecto de su proceso de creación, Auster aseguró que escribe con su cuerpo tanto como con su cabeza, “lo mismo que ocurre con la lectura, porque el significado está incrustado en el ritmo y la música de las palabras”.
“Eso es lo que separa la literatura del periodismo. Cuando éste es bueno, no da da lugar a la ambigüedad del significado”, agregó.
Actividad
- Hoy, a las 19, Paul Auster firmará ejemplares en la librería Ateneo-Grand Splendid; mañana, a las 20.30, expondrá en la Feria del Libro y, a las 21, firmará en el stand de Anagrama. El domingo hará lo propio en la librería Cúspide del Village Recoleta. El lunes, de 15 a 20, dictará un seminario de cine y literatura en el Malba –la inscripción cuesta $ 100– y el martes, a las 18, dialogará con el público en la Feria.