Patrimonio cultural en riesgo: una campaña internacional de apoyo a uno de los archivos más consultados del país
Creado en 1998, el CeDinCi resguarda materiales y documentos únicos; tras el retiro del subsidio estatal de 250 mil pesos trimestrales, intelectuales extranjeros como Enzo Traverso y Daniel James crearon una asociación para colaborar con su mantenimiento; otras instituciones en la misma situación
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A veintiséis años de su creación, el Centro de Documentación de Cultura de Izquierdas (CeDInCI), que en la sede de Rodríguez Peña 356 resguarda más de 160.000 libros, folletos y tesis, diez mil títulos de revistas, diarios, periódicos y boletines, más de un centenar de fondos personales de archivo, colecciones de afiches políticos y culturales y el mayor acervo existente de boletas electorales y de volantes en la Argentina, está en riesgo tras la decisión del Gobierno de suspender un subsidio trimestral y el aumento exponencial de los costos de mantenimiento.
Su director, el historiador, docente e investigador Horacio Tarcus, anunció que se lanzó una campaña para recaudar fondos y asegurar la continuidad del centro. “Un eventual cierre del CeDInCI implicaría volver a los tiempos en los que el acceso a las colecciones documentales estaba restringido a los pocos que podían viajar a las grandes bibliotecas del primer mundo -se lee en un comunicado dado a conocer en las últimas horas-. Sería un triunfo de la razón privatista y una derrota de la puesta en común del patrimonio colectivo”.
Sede de investigadores del Conicet, referente a nivel regional y distinguido por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la Fundación Konex y la Unesco (que reconoció la colección de prensa obrera del Cono Sur como “patrimonio cultural de América Latina”), la institución (que es una asociación civil sin fines de lucro) dejó de percibir el subsidio trimestral que recibía, igual que otras instituciones científicas del país, por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología (hoy Secretaría), de $ 250.000.
Al mismo tiempo, el costo de los impuestos municipales y de los servicios aumentó de modo exponencial. Y se redujo a la mitad el equipo de trabajo, sostenido gracias a un convenio celebrado hace catorce años con la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), debido al ajuste en las universidades impulsado por el Gobierno.
“El subsidio desapareció -dice Tarcus a LA NACION-. Teníamos un equipo de once personas gracias a un convenio con la Unsam, pero por el ahogo presupuestario del gobierno a las universidades públicas, la Unsam no renovó en enero cinco de esos contratos. Quedaron seis personas para atender un espacio de 800 metros cuadrados. Con ayuda del subsidio y con aportes de los socios, lográbamos pagar los gastos fijos mensuales, unos $ 300.000 pesos en diciembre. Esos gastos fijos treparon a $ 700.000 y prometen subir todavía más. La factura de luz se triplicó de febrero a marzo: de $ 80.000 que pagábamos, pasamos a $ 240.000 pesos mensuales”.
Otras instituciones que este año dejaron de percibir el subsidio trimestral son el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, el Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas, el Centro de Investigaciones Filosóficas, la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico, el Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S.A. Segreti, la Fundación Instituto Leloir, la Asociación Ornitológica del Plata-Aves Argentinas y el Centro de Estudios de Estado y Sociedad, entre muchas otras. A mediados de 2023, se había hecho la postulación para los subsidios del trienio 2024-2026, pero desde diciembre del año pasado no hay respuestas desde la Secretaría de Ciencia y Tecnología.
La Argentina no se destaca por el cuidado del patrimonio documental. Varias colecciones han migrado a bibliotecas y universidades extranjeras. En abril de 2022 el CeDInCI pudo adquirir su sede, gracias al apoyo de la Fundación Ebert. Publicaciones como Sagitario, Los Sesenta, El Rebenque y La Ciudad Futura han sido digitalizadas; el Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas acumula casi tres millones de vistas.
“La existencia del CeDInCI está en riesgo -se asegura en el documento que circula en redes sociales-. En momentos en que la preservación del patrimonio documental argentino está amenazada y la cultura de izquierdas (que desde fines del siglo XIX nutrió las luchas de nuestro pueblo) aparece fustigada por el discurso oficial, creemos que la misión del CeDInCI permanece más vigente que nunca. Un eventual cierre del CeDInCI implicaría volver a los tiempos en que el acceso a las colecciones documentales estaba restringido a los pocos que podían viajar a las grandes bibliotecas del primer mundo. Sería un triunfo de la razón privatista y una derrota de la puesta en común del patrimonio colectivo”.
Desde la institución se hizo un llamado a todas las instituciones educativas y culturales del país que estén dispuestas a celebrar acuerdos de cooperación con el objetivo de ampliar el equipo de trabajo. También se invita a las personas a asociarse al centro, a través del siguiente link. Para más información, se puede escribir a socios@cedinci.org o llamar de lunes a viernes de 9 a 16 al (11) 4896-2888.
Ya recibieron el apoyo de investigadores e intelectuales como Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Pablo Stefanoni, Daniel Lvovich, Macarena Marey, José Fernández Vega, Ana Loguidice, Rodrigo Nocetti y Gabriela Rodríguez, entre otros.
Solidaridad internacional
Al conocer la noticia, un grupo de investigadores de Europa, Estados Unidos y América Latina muy reconocidos, entre ellos, Enzo Traverso, Silvia Federici, Jean Yves-Mollier, Daniel James, Hanno Ehrlicher, Pierre Salama, Arturo Taracena y Roberto Massari, crearon la Asociación Internacional “Amigos del CeDInCI”. En pocos días más, lanzarán una página web. La sede del CeDInCI recibe al menos unos dos mil lectores presenciales por año. Un alto porcentaje corresponde a becarios de universidades de Europa y América.
“Quienes suscribimos este texto, investigadores sociales de diversos países del globo, somos los primeros integrantes de la Asociación Internacional Amigos del CeDInCI, constituida en marzo de 2024 -se lee en el documento firmado por intelectuales extranjeros-. El objetivo de nuestra Asociación es apoyar la labor del CeDInCI, sobre todo en este contexto en que las agresivas políticas del nuevo gobierno argentino ponen en riesgo su continuidad. [...] Su objetivo primordial es la preservación del patrimonio cultural de las izquierdas y los movimientos sociales de América Latina. En estos 26 años de vida ha logrado reunir colecciones completas de las más importantes publicaciones producidas en el continente por organizaciones políticas, culturales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos, de mujeres y de disidencias sexuales, constiuyéndose en el principal centro de referencia en el campo de estudios sobre las izquierdas no solo en Argentina sino en toda la región”.
Los firmantes denuncian que “el vendaval ultraliberal y reaccionario en curso en la Argentina” amenaza la existencia del CeDInCI. “El Centro que queremos defender nació como una apuesta por convertir el patrimonio disperso y privatizado de los diversos movimientos sociales en un patrimonio común, disponible a todos en un espacio colectivo y accesible tanto de modo presencial como virtual. Pero como sabemos, el neoliberalismo es una vasta empresa de apropiación no solo de los recursos naturales de un país, sino también y sobre todo de las condiciones sociales, políticas y culturales de la vida en común”.
Por último, se solicita la colaboración de los investigadores extranjeros con cuotas voluntarias de diez euros mensuales o cien anuales que se pueden abonar en este enlace.