Paso a paso: cómo es el montaje de Imagine Van Gogh, la muestra que es récord antes de abrir
Después de casi tres semanas de un proceso que involucró a decenas de personas de Francia y la Argentina, se ajustan en La Rural detalles para inaugurar el 16; ya se vendieron 120.000 entradas
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Tiempo de descuento. Algunos autorretratos pintados por Vincent van Gogh a fines del siglo XIX ya están siendo calibrados por un técnico que viajó a Buenos Aires desde Francia, para poder verse en gran formato desde el 16 en La Rural. Otras pantallas gigantes están identificadas con cuadrículas y números, lo que convierte el pabellón Frers en un ambiente futurista parecido a una escenografía de Matrix. De a ratos suena música clásica.
Después de casi tres semanas de un complejo montaje se ajustan los últimos detalles de Imagine Van Gogh, muestra que marcó un récord antes de abrir: ya se vendieron 120.000 entradas, cifra no registrada hasta ahora en forma anticipada por esta muestra que ya facturó más de un millón de tickets a nivel global.
Con funciones ya agotadas para febrero y parte de marzo, la primera exposición inmersiva a gran escala en la Argentina causó furor apenas se anunció su llegada en diciembre último, cuando aún ni siquiera habían llegado desde Europa los 46 proyectores láser de última generación. Ahora ya están ubicados a 9,5 metros de altura en los 700 m2 que ocupará, espacio donde trabaja contrarreloj un equipo integrado por decenas de personas de Francia y la Argentina.
Si bien la idea nació en 1977 en un pueblo del sur de Francia y se expandió a nivel internacional durante la década pasada, las experiencias más cercanas en nuestro país pudieron verse recién en 2021: la sala que Marta Minujín montó el año pasado en Fundación Santander, en el marco del proyecto Implosión!, y las fotografías animadas que integraron Lumiere Photo, en FOLA.
Esta última producción, inspirada en la muestra de Van Gogh alojada en el Atelier des Lumières de París, no llegó a expandirse por todo el espacio porque sólo proyectar imágenes de adoquines sobre el piso costaba unos 35.000 dólares según confesó Gastón Deleau, director de dicha institución. Si bien no trascendió cuánto pagó Daniel Grinbank para traer Imagine Van Gogh a su primer destino latinoamericano, la respuesta masiva del público parece estar compensando la inversión.
“El productor vino diciendo: ‘¿Te gustaría ir a Buenos Aires?’ Y creo que es una idea maravillosa –dijo la semana pasada a LA NACION Annabelle Mauger, directora creativa de la exposición-. Pero hay muchas razones. La Argentina es un país fantástico, y nunca hemos estado en Latinoamérica. Y es muy importante. Están tan lejos de Europa, del museo de Van Gogh en Ámsterdam, donde está la mayoría de las pinturas originales que se ven en la muestra. Para mí este medio es una vía de democratización de la cultura, otra forma de transmitir este arte. Es muy importante especialmente con la situación del Covid, donde tan poca gente puede viajar”.
Claro que esa “democratización” tiene su límite, ya que las entradas más baratas cuestan 2000 pesos. Pero todo promete que la visita valdrá la pena. El recorrido, con turnos asignados cada media hora para garantizar el distanciamiento, comenzará en una “sala educativa”, con textos escritos por la historiadora del arte Androula Michael. “Allí podés ver por qué decidimos hacer esta exposición con Julien Baron –anticipó Mauger-. Se explica por ejemplo cuáles son las cartas de Van Gogh a su hermano Théo que usamos, cómo se pintaron obras como La noche estrellada y Los girasoles, o aprender sobre el japonismo”.
Tras esa introducción a la vida y obra del célebre pintor holandés se podrá acceder a lo más esperado: un espacio oscuro, con una columna triangular en el centro y rodeado por telas de ocho metros de altura, traídas desde Canadá. Sobre ellas se proyectarán unas 3000 imágenes en alta definición de doscientas de sus pinturas, que forman parte de prestigiosas colecciones de museos como el Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
La experiencia envolvente se extenderá también hacia el piso, gracias a la tecnología de la “Image Totale”, e incluirá música clásica de los compositores Saint-Saëns, Mozart, Bach, Delibes y Satie. “¡Image Totale es una experiencia inmersiva que debe disfrutarse EN VIVO!”, se aclara en el sitio imagine-vangogh.com, que de forma intencional no incluye videos. Así, por ejemplo, se podrá tener la sensación de estar dentro del famoso dormitorio del artista en Arlés, que inspiró tres cuadros casi idénticos.
“Es una forma diferente de ver el arte. Porque cuando estás en un museo a veces tenés que estar en silencio, seguir un recorrido. En una exposición inmersiva, si querés correr, corrés. Si querés saltar, podés saltar. Y hay música, así que si quieres cantar…”, sugirió Mauger, nieta política del creador de la idea. El periodista, pintor, fotógrafo y cineasta francés Albert Plécy, abuelo de su marido, convirtió una antigua cantera subterránea en un espacio inmersivo al que llamó Cathédrale d’Images, con la intención de transformar al espectador pasivo en alguien capaz de explorar las muestras a su manera.
Eso ocurrió hace 45 años en Les Baux-de-Provence, una pequeña localidad del sur de Francia cercana a los lugares donde Van Gogh pasó sus últimos años de vida. Y donde pintó varios de sus cuadros más conocidos, incluidos en Imagine Van Gogh. Un mes después de la inauguración, Plécy murió. Y fue su esposa, Anne Marie, quien continuó el proyecto hasta principios del siguiente milenio.
Entonces Mauger tomó la posta. En 2008 presentó su primera muestra dedicada a Van Gogh –que llegaría en 2011 al Art Science Museum de Singapur y en 2017, a La Grande Halle de la Villette, en París-, y luego expandió el proyecto hacia Canadá y Estados Unidos, junto a su socio Baron, con muestras inmersivas dedicadas a Pablo Picasso y Claude Monet.
Su próximo desafío está ahora en Buenos Aires, donde los técnicos ultiman detalles. Antes de salir de La Rural, como ocurre en los grandes museos, el público tendrá la posibilidad de acceder a merchandising de la muestra y a foodtrucks ubicados fuera del pabellón Frers. En este punto, no hay vuelta atrás: para volver a ingresar, habrá que pagar otra entrada.
Para agendar:
Imagine Van Gogh, desde el 16 de febrero hasta el 17 de abril en el Pabellón Frers de La Rural (Av. Santa Fe 4363). Entradas: general, $3000; menores de 12 años, $2000; pack familiar (2 mayores y 2 menores de 12 años), $8000.
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