Pareja creativa. Dolly Parton y James Patterson trabajan día y noche en una novela
El escritor de suspenso y una de las figuras de la música más queridas por los estadounidenses publicarán la historia de cantante que llega a Nashville para escapar de su pasado
- 5 minutos de lectura'
En febrero de 2020, James Patterson voló a Nashville, Tennessee, para visitar a Dolly Parton. Sabía que Parton era fan de su serie de libros de suspenso de Alex Cross y tenía propuesta para hacerle. ¿Le interesaría trabajar con él en una novela sobre una aspirante a cantante de música country que llega a Nashville para buscar el éxito y escapar de su pasado?
A Parton la fascinó la idea. Dos días después, le envió a Patterson algunas notas sobre el argumento, junto con las letras de siete canciones que había escrito basándose en la historia. “Dolly no quería participar solamente para poner el nombre, quería involucrarse realmente en el proceso creativo”, dice Patterson. “Nunca hace nada si no cree que pueda hacerlo bien.”
La editorial Little, Brown and Company planea lanzar en marzo la novela Run, Rose, Run, esa colaboración entre Patterson y Parton, y lo hará en formato papel, libro electrónico y audiolibro. La historia sobre una joven cantante que tiene un oscuro secreto que inspira su música abreva en las propias experiencias de Parton con la música country.
En simultáneo, Parton lanzará un álbum también titulado Run, Rose, Run, con 12 nuevas canciones inspiradas en la novela. Las canciones “están basadas en los personajes y situaciones del libro”, explica Parton en el comunicado de prensa, y las letras se van imbricando a lo largo de la novela.
Ese emparejamiento creativo de Patterson y Parton —un escritor de suspenso conocido por sus tramas truculentas, y una de las cantantes y compositoras más amadas por los norteamericanos de todos los colores políticos y locaciones geográficas— dejó pasmado a más de uno. En las redes sociales, las reacciones más repetidas fueron “¡¿Qué?!”, “¿En serio?”, y también hubo exclamaciones de entusiasmo: “¡Lo quiero ya mismo!”.
Patterson señala que tienen mucho más en común de lo que la gente puede creer. “Ambos nos consideramos contadores de historias”, dice el escritor.
Construir el propio imperio
Los dos son oriundos de pueblos chicos y tuvieron que superar muchas adversidades para construir su propio imperio. Con más de 70 años, no muestran la menor intención de retirarse. También ambos tienen organizaciones sin fines de lucro dedicadas a la alfabetización y a fomentar la lectura entre los niños. Y cada uno es sumamente prolífico en su propio género.
“Ella no se anda con vueltas y yo tampoco”, dice Patterson. “Los dos somos de arremangarnos y ponernos a trabajar.”
En el anuncio del libro, la editorial parece encantada por las perspectivas comerciales de un proyecto multiplataforma que apunta tanto al público de uno como de otro: “Este doble lanzamiento será la primera vez en que un autor número uno de la lista de best sellers y una estrella icónica del espectáculo que ha vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo colaboran en un libro y un álbum de canciones.”
Hace tiempo que Patterson tiene que confiar en un grupo de colaboradores para cumplir con su frenético ritmo de publicaciones. Según su publicista, ha escrito 322 libros y vendido unos 425 millones de ejemplares. Ya trabajó con alrededor de 35 coautores y actualmente tiene varios libros en las listas de los más vendidos, incluidos The Shadow, que escribió con Brian Sitts, y La hija del presidente, un thriller político que escribió junto al expresidente Bill Clinton y que es una continuación de una novela anterior de ambos, El presidente ha desaparecido, que vendió más de 3,2 millones de ejemplares alrededor del mundo.
Pero unir fuerzas con una celebridad tan popular como Parton podría generar aún más interés en su próximo libro. Dolly Parton es una de las pocas figuras públicas de Estados Unidos que es querida por republicanos y demócratas por igual, a quien los primeros celebran como una heroína sureña de clase trabajadora y los segundos veneran por su apoyo a los derechos LGBTQ y su desacomplejado gusto kitsch. En las laderas de las Grandes Montañas Humeantes, Parton creó su propio parque temático, llamado “Dollywood”, con su propio parque acuático, montaña rusa, función de teatro con cena, y una réplica de la casilla de dos habitaciones donde creció en su infancia.
“La gente la ama y punto”, dice Patterson, confirmando la obviedad.
Después de aquella primera reunión, que fue básicamente informal (“Sin agentes ni abogados”, señala Patterson), se pasaron entre seis y ocho meses analizando escenas, revisando capítulos y notas. Parton lo llama cariñosamente JJ, abreviatura de Jimmy James, dice Patterson.
Ambos decidieron mantener su proyecto en secreto, aunque a fines del año pasado, en una entrevista con The New York Times, a Parton se le escapó que era una fanática del autor: cuando pidieron que eligiera a tres escritores con los que le gustaría salir a cenar, soltó el nombre de Patterson, junto con el de Maya Angelou y Charles Dickens. “Pero el primero sería James Patterson”, dijo Parton. “Porque como los dos nos dedicamos al entretenimiento, podríamos pasar la cuenta como gastos de trabajo.”
(Traducción de Jaime Arrambide)
Temas
Otras noticias de Arte y Cultura
“Enigma perpetuo”. A 30 años de la muerte de Liliana Maresca, nuevas miradas sobre su legado “provocador y desconcertante”
“¿Qué hace que el arte sea valioso?” La pregunta que desafía los límites desde hace más de un siglo
“Obras en proceso”. Se anunciaron los quince finalistas del Premio Estímulo a la Escritura para creadores de 20 a 40 años
Más leídas de Cultura
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
Martín Caparrós. "Intenté ser todo lo impúdico que podía ser"
La Bestia Equilátera. Premio Luis Chitarroni. “Que me contaran un cuento me daba ganas de leer, y leer me daba ganas de escribir”