Paredes de peluche, mundos cósmicos y del revés: un viaje inmersivo a lo inimaginable en La Rural
En la exposición interactiva “Puertas a Mundos” los protagonistas son los sentidos; ideal para visitar en familia, estará abierta desde el viernes y hasta marzo
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Para LA NACIONCecilia Martínez
En pleno corazón de Palermo, donde el bullicio de Plaza Italia y la Avenida Santa Fe marcan el ritmo acelerado de la ciudad, una cerradura gigante invita a abandonar por un momento la rutina y adentrarse en un universo de fantasía. La muestra inmersiva Puertas a Mundos se inaugura este viernes en el Pabellón 8 de La Rural para dar protagonismo a los sentidos en una suerte de laberinto con una decena de escenarios posibles.
El recorrido, pensado para toda la familia, abarca “diez mundos en una hora”, y comienza con un ascenso a las alturas. Un ambiente sereno envuelve al visitante en un cielo en la tierra con nubes al alcance de la mano.
El destino de partida sugiere dejar atrás las preocupaciones terrenales para sumergirse en sucesivas instancias y experimentar “diferentes humores, texturas, sonidos y emociones”, destaca Luciana Grosman, directora del proyecto que tiene puesta escenográfica de Lucila Rojo y Agustina Filipini, una producción cien por ciento nacional. “Es una muestra inmersiva, pero en un modo más analógico: tocar, recorrer descalzo, peinar paredes alfombradas, dibujar puertas y, aunque también con especial lugar para las selfies, tener más contacto con el sentir”, señala.
Con referencias a creadores del arte y la literatura como Banksy o Lewis Carroll, incluye espacios con chupetines que emergen del suelo como espadas mágicas y tabletas de chocolate que cuelgan de las paredes, pasillos de transición con puertas que recuerdan a Alicia en el País de las Maravillas, ventanas, espejos y luces que abren preguntas: ¿qué mundos vendrán después?
Un espacio cubierto de peluches con materialidades aterciopeladas en sus superficies se presenta como un rincón sensorial donde se atenúa la iluminación, diseñado para desconectar del ruido externo y reconectar con el tacto. Al igual que el resto, la consigna es el disfrute y el juego.
Un salto al espacio
El espacio exterior cobra vida en un ambiente oscuro y lleno de estrellas. Caminar sobre la luna y saltar entre los planetas en un inflable diseñado para suponerse ingrávido es otra experiencia sugerida durante el recorrido.
De lo celestial se transita también a un mundo urbano lleno de graffitis y objetos que invitan a interactuar para protegerse de la lluvia bajo un paraguas o intervenir con témperas puertas diseñadas por artistas como Rian Betina, Manu Paz, Nico Da rocha, Marina Capano y Fer Weimann.
En un jardín zen, hamacas, flores y espejos crean un oasis donde el tiempo parece ralentizarse, mientras que un mundo en blanco y negro se propone jugar con perspectivas y proporciones ante la presencia de castillos de naipes a escala humana, piezas de ajedrez y tableros verticales que crean un mosaico de espectáculos visuales.
Junto a otras paradas, un bar de playa invertido ofrece una lección simbólica: ver las cosas desde otro ángulo. Copas, estanterías y mobiliario desafían las leyes de la física, recordando que siempre hay nuevas formas de observar y experimentar el mundo.
Antes de regresar al mundo real, los visitantes tienen la oportunidad de dejar su huella. Un mural de post-its invita a compartir la visión sobre un universo posible. Es un cierre reflexivo para una experiencia que busca despertar la imaginación y el deseo de crear.
Para agendar
Puertas a Mundos. Del 10 de enero al 13 de marzo en La Rural; de lunes a lunes, de 12 a 21, con ingresos cada diez minutos. Las entradas ($15.000, para menores, $17.000 para mayores de 18, pase familiar $50.000) están disponibles en www.laruralticket.com.ar.
Por Cecilia Martínez
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