Para ver lo invisible
Tres apuestas contemporáneas reunidas en Proa invitan a compartir la mirada de artistas nacionales e internacionales que apuntan a la sutileza de lo inmaterial
En los años 60 se produjo la mayor transformación en la historia del arte: la obra se desmaterializó, la puesta en escena se convirtió en obra y todo el arte se concentró en la mirada. No es que eso no estuviera ya presente en Vermeer o en Matisse, pero en sus obras esos elementos estaban en la trama, no en la superficie. Lo que el arte va a hacer desde la década del 60 es poner la estructura mental en primer plano: mostrar lo invisible. Por eso a muchos les resulta tan difícil verlo. Una buena oportunidad para ver esta puesta en escena de la desmaterialización de la mirada es recorrer las apuestas contemporáneas de Proa: Of Bridges & Borders, Art in the Auditorium y Copy Paste.
Copy Paste se muestra fuera de las salas de exhibición formal. Santiago Bengolea y Mónica Girón son los curadores de este espacio y convocaron a los cuatro artistas participantes. Manuel Ameztoy realizó un muro plástico, transparente y calado a mano, de 14 metros de altura. Andrés Sobrino inscribió una X sobre cada uno de los amplios ventanales: invitan a mirar en vez de obstaculizar la visión. Ernesto Ballesteros fue pegando sus burbujas pop por todo el edificio (y se animó a intervenir incluso las sacrosantas salas de exhibición de artistas extranjeros), y Ariel Mora transformó el espejo y las puertas de los baños del segundo piso con tiras de colores brillantes. Todas estas intervenciones son señalizaciones. Marcan claramente cuál es la zona del edificio que se dedica a los artistas argentinos: el espacio de circulación.
La muestra Of Bridges & Borders es la puesta en exhibición de un proyecto que nació en forma de libro en 2009. Fue ideado por el curador Sigismond De Vajay y reunió a 40 personas, desde artistas visuales hasta escritores y músicos. En Proa se exhiben trabajos de ocho de esos artistas, varios de ellos realizados especialmente para esta muestra. En la sala del primer piso se encuentran las obras que más explícitamente trabajan el tema de la frontera. El cubano Carlos Garaicoa reflexiona a partir de las trabas que la burocracia impone a las migraciones: la tentación de irse de un lugar y la imposibilidad de hacerlo en una misma zona enmarcada.
La obra de Josep-Maria Martín presenta de distintas maneras y con distintos soportes el drama de los inmigrantes africanos que ingresan ilegalmente a España. En esta misma sala se encuentra la videoinstalación del alemán John Bock, que apuesta por el humor y el desconcierto. El artista es director, guionista, actor, creador de los sets y de las obras en su video. En un entorno ficticio, se lo ve construyendo una obra imposible a través de muchas pequeñas escenas que se suceden en un círculo que no deja de girar a lo largo de 50 minutos. Su propuesta apunta a una producción global de sentido, que juega con el sinsentido.
En el segundo piso se exhibía la obra Reacción de Jorge Macchi. Era una valla de vidrio soplado. La valla invisible. La obra predijo su destrucción y la realidad la hizo estallar: el día de la inauguración de la muestra alguien del público se la llevó por delante. En esta sala se encuentra la obra O_O de Fabrice Gygi. Es una escultura de cuero, hierro y sogas, de forma fálica y con claras connotaciones sadomasoquistas. Alude al poder, al dolor, al placer, a la impotencia, al castigo y al placer impotente de causar dolor cuando el castigo es fálico.
Dos paredes de esta sala albergan más de 100 obras de Thomas Hirschhorn. Se trata de la mayor colección de sus Ur-Collages exhibida hasta ahora. Estos trabajos ponen en relación imágenes provenientes de mundos distintos, tanto en lo formal como en lo temático. Una de las imágenes es una foto de revista de moda. La otra, una impresión de una imagen tomada de Internet. Colores, texturas y formas dialogan con los sentidos: la belleza y el horror conviviendo. Cada collage nos interroga sobre la manera en que vemos lo que vemos. Lang y Baumann presentan en Proa una nueva pieza de la serie Pasos hermosos. Son escaleras blancas que vienen de ninguna parte y llevan a ninguna parte. Reducidas a símbolos de lo que podrían ser si cumplieran su finalidad, estas escaleras muestran la frontera de lo imposible. En las próximas semanas, estos arquitectos suizos intervendrán el puente de Figueroa Alcorta y Pueyrredón.
En la tercera versión de Art in the Auditorium se presentan diez videos seleccionados por las instituciones participantes. Proa eligió la serie Lucía, Luis y el lobo, realizada por los chilenos Niles Atallah, Joaquín Cociña y Cristóbal León. Es uno de lo más bellos videos del conjunto. El terror infantil en estado de pura poesía.