Para el populismo italiano, todo es una causa nacionalista, incluso Leonardo
Los 500 años de la muerte del pintor, que se cumplen en 2019, abrieron una disputa entre Italia y Francia por las obras del maestro; “los italianos, primero”, dice La Liga
ROMA –. En una pequeña sala de exhibición repleta de reproducciones de las obras maestras de Leonardo da Vinci, la subsecretaria de cultura de Italia y miembro del derechista partido de La Liga, Lucia Borgonzoni, dio testimonio de su genuino malestar con los franceses. La funcionaria acusó a Francia de intentar apropiarse culturalmente de Leonardo con la exhibición que tiene planeada el Museo del Louvre para celebrar los 500 años de su muerte, que se cumplen en 2019. Y eso nomás para arrancar…
Según Borgonzoni, Francia le había "faltado el respeto" a Italia y la había tratado "como si fuera un supermercado", al enviar "una lista de compras" de las obras que solicitaba en préstamo y que eran, básicamente, todas.
"Probablemente, ningún otro país se habría atrevido a comportarse como Francia", dijo Borgonzoni, mientras iban levantando temperatura frente a la falsa Mona Lisa que se exhibe en el Museo Leonardo da Vinci Experience, cerca del Vaticano. Mientras examinaba minuciosamente las reproducciones exhibidas del Hombre de Vitruvio y de La anunciación, la funcionaria estalló en una carcajada: "¡Estas les vamos a mandar!".
La agenda política de "los italianos, primero" que impulsa el partido ultraderechista que gobierna Italia y al que pertenece Borgonzoni no conoce de límites: se alienta a las mujeres italianas a tener más hijos, a los migrantes se les muestra la puerta de salida, y Matteo Salvini, líder del La Liga, atosiga sus redes con la pasta y el vino italianos.
El nacionalismo –que en Italia fue tabú durante medio siglo– de pronto está de moda. Durante mucho tiempo, el ámbito de la cultura fue un terreno relativamente neutral. Pero ya no. Y deliberadamente. "Como miembros de La Liga, esa es nuestra visión del país, de la sociedad y del mundo", dijo Borgonzoni en referencia al eslogan partidario, "los italianos, primero".
En cuanto a Leonardo, el resultado puede ser un poco elegante paso en falso de amateur, como aseguran los detractores de Borgonzoni, o un golpe político maestro de cara a las elecciones del Parlamento Europeo en mayo. Como sea, la funcionaria ha echado leña al fuego de las tensiones con Francia, en momentos en que Europa ya atraviesa un drástico realineamiento político.
Al igual que los burócratas de Bruselas, el presidente francés Emmanuel Macron, un proeuropeo, también ha sido el blanco por excelencia de un gobierno populista italiano que viene ganando batallas políticas en todos los frentes, desde el tema migratorio hasta el intercambio comercial. "Por cierto, que nuestros Estados atraviesan un momento de fricción, y no solo en temas de cultura", dijo Borgonzoni, que trabajó fugazmente como artista y diseñadora de interiores y es nieta de un pintor italiano. "Seguramente, el hecho de que en 2019 los europeos tienen que votar ha profundizado las tensiones" en un amplio abanico de temas. Y ahora la ligó también Leonardo.
Nacido en 1452 en el ejido de Vinci, siglos antes de la creación del Estado italiano, Leonardo creció en Florencia, vivió en Milán, e hizo escala en Roma antes de mudarse a Francia, donde murió y fue enterrado. El rey Francisco I de Francia adquirió la Mona Lisa a uno de los herederos del artista y actualmente el cuadro está colgado en el Louvre, que tiene más pinturas de Leonardo que ningún otro museo.
Según la funcionaria italiana, a cambio de la "lista de compras" de las obras solicitadas, el Louvre no hizo ninguna oferta concreta de obras para la exhibición que se realizará en Roma en 2020 para conmemorar los 500 años de la muerte del pintor Rafael Sanzio. Durante un tiempo, a los franceses les parecía que la cosa iba bien. Entre Francia y el anterior gobierno de Italia, de centroderecha, se había desarrollado un espíritu de colaboración, y los franceses siguieron creyendo que los museos italianos les prestarían obras significativas de Leonardo para la retrospectiva que se realizaría en París.
Como otra muestra de buena voluntad, el Louvre retrasó la fecha de la exhibición hasta octubre de 2019, para que los museos italianos tuvieran tiempo de realizar sus propias muestras de Leonardo durante la primavera europea.
El 27 de enero de 2017, uno de los administradores del museo romano Scuderie del Quirinale, le escribió una carta al funcionario del gobierno italiano encargado del contacto con los museos para explicarle que Italia no llegaría a tiempo y que Roma no tenía suficiente conexión histórica con Leonardo como para montar una gran exhibición aniversario en 2019.
A cambio, el anterior gobierno italiano le sugirió a los museos que impulsaran una muestra de Rafael Sanzio en el Scuderie para el año 2020, con el aporte de obras del Louvre.
Una carta de junio de 2017 del ministro de Cultura de entonces, Dario Franceschini, enfatizaba la intención de Italia de "colaborar activamente" con la exhibición del Louvre de Rafael. Según Borgonzoni, esa carta demuestra que el acuerdo con los franceses era pésimo.
Eike Schmidt, director de la Galería Uffizi, dice que ese acuerdo nunca existió y que él le había dejado muy en claro al Louvre que su museo no le prestaría las tres obras maestras de Leonardo que pidieron en 2015, porque son extremadamente frágiles.
Algunos italianos temen que el Louvre castigue a Italia prestándole los cuadros de Rafael a la National Gallery de Londres, que también prepara una importante muestra de Rafael para 2020. A Borgonzoni le causa risa que alguien pueda creer que el Louvre cortará relaciones con Italia o que Italia, con todos sus tesoros culturales, pueda quedar aislada por buscar camorra.
"Acabo de reunirme con representantes de Mongolia", dice la funcionaria. "Desde el punto de vista cultural, les aseguro que nunca estuvimos más lejos del aislamiento".
Traducción de Jaime Arrambide