Para celebrar sus 20 años, el Malba suma a su colección una obra de Juan Carlos Distéfano
El artista argentino tuvo un rol clave en el Instituto Di Tella y en 2015 representó a la Argentina en la Bienal de Venecia; su pintura Cabalgata fue comprada por 260.000 dólares con fondos particulares y donada al museo
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La celebración de los veinte años merecía un gran regalo. Una pintura de Juan Carlos Distéfano, artista argentino que representó al país en la Bienal de Venecia, se incorporará a la colección del museo gracias a los aportes de fondos particulares. Así se anunció hoy en un acto que dio comienzo a los festejos del aniversario del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Durante todo el día, con reserva previa, el público podrá visitar en forma gratuita la muestra Rafael Barradas: hombre flecha.
El apoyo de la comunidad al museo, que fue fundado hace dos décadas por Eduardo Costantini y está en proceso de transformarse en una institución pública, se refleja en la compra de Cabalgata (1966). Los 260.000 dólares que se pagaron por la obra de uno de los grandes referentes del Instituto Torcuato Di Tella, otra institución clave para el desarrollo del arte argentino, lograron recaudarse gracias a una campaña especial de desarrollo de fondos, a la gestión del Comité de Adquisiciones del museo y al aporte del banco ICBC.
La incorporación de esta obra de un artista que hasta el momento no estaba bien representado en el acervo, de más de 700 piezas, es el resultado de una votación de los miembros del Comité de Adquisiciones a partir de una selección propuesta por el Comité Artístico del museo. Este último está integrado por equipo internacional de expertos: Gonzalo Aguilar, María Amalia García, Andrea Giunta, Adriano Pedrosa, Julieta González y Octavio Zaya.
A partir de 1960, luego de haber ganado un concurso de afiches para la empresa Siam, Distéfano organizó el Departamento de Diseño Gráfico del Instituto Di Tella. Trabajó allí junto a Rubén Fontana, con quien más tarde se asociaría para impulsar su propio estudio de comunicación visual. Fue “el primer y último empleado de los centros de arte” de la célebre institución que marcó una era, según recuerda Fernando García en su reciente libro dedicado a la historia de ese fénomeno cultural.
La obra que ahora llega al Malba fue realizada en 1966, durante una década fundamental en la historia del arte argentino que marcó el pasaje del artista de la pintura a la escultura. La rebeldía de la forma se tituló su envío a la Bienal de Venecia en 2015; consistió en una selección de 23 piezas curada por María Teresa Constantin e incluyó una escultura inspirada en El secreto de Ema, de Lino Enea Spilimergo.
En Cabalgata, señaló el Malba en un comunicado, “muestra un magistral control de aplicación del material en los pasajes entre relieves y planos. Las partes tridimensionales de la pieza están construidas en poliéster, un material que utilizaron otros artistas como Emilio Renart y Pablo Suárez –quien le enseñó a manipularlo– y que es fácil de trabajar y barato, por lo que tiene un fuerte arraigo en la cultura pop”.
Sobre un fondo naranja y rosa, la obra representa un grupo de cerdos que corren desbocados, uno de los cuales aparece montado por una figura humana monocroma sin cabeza. Sobre el margen superior izquierdo se distingue un auto Citroën y una casa baja invertida.
“Mis padres faenaban cerdos. Y yo de chico participaba en esa ceremonia que no es nada grata. Creo que la imagen sale de ahí. Es una especie de premio a esos cerditos que en ese momento eran sacrificados y que acá aparecen de alguna manera volando, y parte de mi casa dada vuelta”, señaló el artista, nacido en 1933, cuya familia fue propietaria de un almacén y una granja en la localidad de Tapiales.
“Yo trabajo con imágenes, no con ideas. Las imágenes no se discuten, se aceptan o no”, aclaró, sin embargo, emocionado por el extendido aplauso que recibió en el auditorio del Malba. Concluía así un acto al que asistieron el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; su ministro de Cultura, Enrique Avogadro, y el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, entre otras autoridades, además de varios artistas, curadores y galeristas invitados.
Casado con la prestigiosa escritora y dramaturga Griselda Gambaro, fue reconocido con Premios Konex de Platino (1982) y Brillante (1992) y llegó a tener una retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1998. Participó también de prestigiosas muestras como Heterotopías (2000-2001), presentada en el Museo Reina Sofía de Madrid, y Utopías invertidas. Arte de vanguardia en América Latina 1920-1970, en el Museo de Bellas Artes de Houston (2004); curadas por Mari Carmen Ramírez y Héctor Olea, ambas marcaron un hito en la difusión del arte latinoamericano en el mundo.