Otra vez los ecologistas: pintura roja frente a la Catedral de Florencia
La agrupación de activistas Ultima Generazione actuó en el Baptisterio de San Giovanni para llamar la atención sobre la crisis climática, con la metáfora de “la sangre de las próximas generaciones”
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Cinco miembros del grupo ecologista Ultima Generación -el mismo que, por ejemplo, el año pasado arrojó puré de papas en un cuadro de Monet, en Alemania- esparcieron esta mañana pintura roja frente al Baptisterio de San Giovanni en la ciudad de Florencia, en otro acto para protestar contra la crisis climática, según informó la agencia de noticias italiana Ansa.
”Hoy nos ponemos esta pintura roja en el cuerpo, metáfora de la sangre, del martirio, porque elegimos la vida frente a la crisis climática”, dijo el colectivo Ultima Generazione, que viene protagonizando una serie de manifestaciones similares contra obras de arte en importantes museos y centros culturales de Europa.
“¡Ante el colapso climático, elegimos la vida! Exigimos a quienes están en el poder garantizar un futuro digno en este país. No lo son: invertir en combustibles fósiles significa invertir en más sequías, olas de calor e inundaciones”, manifestaron, a la vez que pidieron la intervención del Papa.
Di fronte al collasso climatico, scegliamo la vita!
— Ultima Generazione (@UltimaGenerazi1) July 3, 2023
Pretendiamo che chi è al potere garantisca un futuro dignitoso in questo Paese.
Non lo stanno facendo: investire nel fossile significa investire in altre siccità, ondate di calore e alluvioni
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El monumento más antiguo de la Piazza del Duomo, justo frente a la fachada de la Catedral de Florencia, se construyó a partir del siglo V, en una planta octogonal. A mediados del siglo XI, el Baptisterio de Florencia fue reconstruido y enriquecido con mármoles, y dos siglos más tarde se agregó la cúpula.
En su página web, el grupo de activistas se define como la primera generación de la historia que está sufriendo las consecuencias del cambio climático, y de igual manera la última que puede frenar sus consecuencias. En sus redes sociales aceptaron estar dispuestos a enfrentar “altas multas, cargos criminales y privación de libertad sin desanimarnos” en pos de concientizar sobre el calentamiento global. “Nos pueden condenar, pero seguiremos clamando: no aceptamos sus políticas fósiles, no aceptamos un futuro de sufrimiento”.
La manifestación, según los militantes, fue también una forma de solidarizarse con dos miembros de la organización condenados a nueve meses de prisión, con sentencia condicional, y una multa de 1.500 euros, en el Vaticano, por daños a una escultura.
De todos modos, la protesta no causó daños y el baptisterio permanece abierto con normalidad, tal como detalló la entidad encargada de administrar la Catedral de Florencia.