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La noche del 23 de mayo de 1968, un grupo de artistas retiró las obras exhibidas en el Instituto Torcuato Di Tella y las destrozó sobre la calle Florida. El día anterior la policía había clausurado allí mismo un baño que, según un juez, afectaba la moral pública. En el interior de aquel cubículo blanco creado por Roberto Plate comenzaban a reproducirse frases anónimas contra la dictadura de Juan Carlos Onganía.
El gesto solidario fue registrado en fotos por Oscar Bony, artista misionero que también aportó su cuota de polémica a esa histórica edición de las “Experiencias” ditellianas. La familia obrera se tituló la presentación de una familia compuesta por Luis Ricardo Rodríguez, su mujer y su hijo sobre una tarima. Un cartel indicaba que, por estar en esa sala, habían recibido el doble de la suma que el padre ganaba por el tiempo equivalente en su trabajo como matricero. Las críticas no se hicieron esperar: unos opinaron que atentaba contra la dignidad del obrero; otros, que era antiético exhibir personas como si fueran “objetos de museo”.
Después de aquella noche, muchos artistas decidieron dedicarse a otra cosa. Entre ellos Bony, pintor, fotógrafo, pionero del videoarte y artista conceptual, que más tarde definiría esa etapa como “una forma de suicidio”. “Había decidido retirarme, no exponer nunca más en una galería o en un museo -recordó en 1998, en una entrevista con Julio Sánchez para La Maga-. Sentí que había entrado en contacto con un frío mortal. Me dio mucho miedo y viví más de cinco años pensando que mi vida había terminado”.
Durante años se dedicó a la fotografía de rock y regresó al arte poco antes de exiliarse a Milán, donde vivió más de una década. La resurrección lo encontró más fuerte. La familia obrera fue recreada en otros contextos, y el registro fotográfico de su performance en el Di Tella no solo integra hoy colecciones de museos como el Malba -que le dedicó a Bony una retrospectiva y un catálogo-, el MoMA, la Colección Amalita y la Kunsthaus de Zürich; también fue vendido semanas atrás por wandelgallery a una institución estadounidense en Art Basel Miami.
En esta última feria, la más importante del mundo, se presentaron además sus fotografías baleadas. Entre ellas una realizada en Nueva York en 1996, que muestra las Torres Gemelas. Cinco años más tarde sería interpretada como un presagio de los atentados del 11 de septiembre, a los que dedicó una versión actualizada meses antes de su propia muerte.
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