Ortografía libertaria: de “ahullando” y el pedido de Caparrós de un corrector para “no pasar vergüenza” a otros errores en redes
El escritor le marcó ayer la errata a Joaquín Benegas-Lynch en X; en la última semana, otros descuidos del buen uso del español habían generado comentarios
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Ayer, en un nuevo round con los simpatizantes del Gobierno nacional, el escritor y periodista Martín Caparrós, corrigió al empresario Joaquín Benegas-Lynch, hermano del diputado libertario Alberto “Bertie” Benegas-Lynch e hijo del mentor intelectual del presidente Javier Milei, el economista Alberto Benegas Lynch. “Sr. Benegas, usted que es un hombre adinerado, ¿no podría comprarse una app con corrector de ortografía, así no pasa vergüenza con palabras como ‘ahullando’?”, escribió Caparrós en el “reposteo” de una publicación de Benegas-Lynch con un video del plenario de comisiones en la Cámara de Diputados donde se debate la “ley ómnibus”.
Sr. Benegas, usted que es un hombre adinerado, ¿no podría comprarse una app con corrector de ortografía, así no pasa vergüenza con palabras como "ahullando"? https://t.co/iORacmpc04
— Martín Caparrós (@martin_caparros) January 10, 2024
“Los micos kirchneristas ahullando inconsistencias con un nivel de brutez astronómico. La casta en su máxima expresión desgarrándose para defender sus propios privilegios. Mientras más gritan, mejor. Son la Argentina que la mayor parte de los argentinos no queremos mas”. Como señaló el escritor, a Benegas-Lynch se “le escapó” una hache en el verbo aullar, en referencia a los monos aulladores. El simpático sustantivo “brutez” es correcto y tiene el mismo significado que “brutalidad”. “Mas” hubiera debido llevar una tilde para no confundir la conjunción adversativa “mas” con el adverbio comparativo “más”.
Otro ejemplo de ortografía libertaria lo dio el escritor y abogado Nicolás Márquez, coautor con Agustín Laje del best seller El libro negro de la nueva izquierda. El martes pasado, al republicar una noticia del ámbito castrense, provocativamente escribió: “Mercado y represión, un sólo corazón! Este es el gobierno al que voté y volvería a votar ya mismo”. En español, las oraciones exclamativas (también las interrogativas) abren y cierran con signos; la tilde en “sólo” transforma el adjetivo de “un solo corazón” en un adverbio. El texto predictivo del celular puede jugar malas pasadas.
Mercado y represión, un sólo corazón! Este es el gobierno al que voté y volvería a votar ya mismo. pic.twitter.com/mRPJAmN1NO
— Nicolás Márquez (@NickyMarquez1) January 10, 2024
Javier Milei es un presidente 2.0. Si bien sus predecesores en la Casa Rosada utilizaron las redes sociales para “hacer campaña” y compartir puntos de vista e informaciones, vindicaciones y apoyos con sus seguidores, el líder libertario publica o republica sin descanso en X, TikTok e Instagram. De hecho, en su gobierno hay (o había) funcionarios dedicados exclusivamente a las publicaciones en redes sociales.
El presidente, que en sus discursos suele citar episodios bíblicos e invocar a “las fuerzas del cielo”, publicó días atrás en Instagram una dorada imagen de Buda con una mano levantada para defender las primeras medidas de su gestión. En el texto original, que fue corregido en la transcripción que hicieron otros usuarios y medios de comunicación, se leía lo siguiente: “Maestro… porque me duele mas que antes? Porque ésta vez elegiste la cura en vez de la anestesia”. Dado que el presidente es autor de varios libros, algunos de ellos best sellers, se pueden atribuir los errores al creador del “meme budista” utilizado en redes sociales por coaches, escuelas de meditación y centros terapéuticos (en ocasiones, con los mismos errores).
Excelente @CoherenciaFavor pic.twitter.com/7Mfzarjw6E
— Miguel A Boggiano del 55,6% (@Miguel_Boggiano) January 2, 2024
El posteo, de dieciocho palabras, tiene cuatro errores. Según informa la Real Academia Española, en español las oraciones interrogativas (también las exclamativas) abren y cierran con signos. Al ser una pregunta, debe usarse la secuencia formada por la preposición “por” y el interrogativo “qué”; es decir, “por qué” y no la conjunción “porque” (”No vine porque me dolía más que antes”, por ejemplo). Para no confundirse con la conjunción adversativa “mas” (”Quería más helado, mas no quedó nada”), el adverbio comparativo “más” lleva tilde en la vocal. La tilde en el adjetivo demostrativo “ésta” no es correcta y debió haberse escrito “esta vez”. A veces, algunas personas usan la tilde cuando la palabra funciona como pronombre demostrativo: “Ésta sí que no me la esperaba”.
“Milei es panelista, por lo tanto, le gustan tanto los medios masivos como las plataformas -dice el semiólogo y profesor José Luis Fernández, autor entre otros libros de Una mecánica metodológica para el análisis de las mediatizaciones-. Es el segundo presidente postbroadcaster, usuario de medios masivos y plataformas. Al primero, Alberto Fernández, le impidieron que lo siguiera siendo. Habrá cometido muchos errores, pero eso lo beneficiaba. Milei parece fascinado con la centralidad mediática. Está usando todo, hasta la cadena nacional, algo nada libertario. Su enojo con la periodista Silvia Mercado por la pavada de los perros, la exhibición de un pie poco agraciado y con micosis ¿son errores o aspectos kitsch de un panelista que se preocupa poco por lo institucional? El armado de vocerías, imágenes de la Rosada, cadenas nacionales son como anticuerpos ‘profesionales’ que no llegan a cuajar en el postbroadcasting”.