Orgullo nacional: la restauración de la Casa sobre el Arroyo ganó el Premio del Fondo Mundial de Monumentos
La obra de los arquitectos Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge es emblema de Mar del Plata; antes de la puesta en valor, se la consideraba un patrimonio arquitectónico “en riesgo”
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LA NACIONDaniel Gigena
La protección del patrimonio arquitectónico nacional importa. La restauración de la Casa sobre el Arroyo, ubicada en Mar del Plata, ganó el prestigioso Premio de Modernismo 2024 del Fondo Mundial de Monumentos/Knoll por la puesta en valor de la sofisticada joya arquitectónica diseñada en 1943 por el arquitecto Amancio Williams y su esposa, la arquitecta Delfina Gálvez Bunge, y donde vivió el músico y compositor Alberto Williams. Las obras fueron realizadas por los ministerios de Cultura y de Obras Públicas de la Nación junto con la Municipalidad de General Pueyrredón. Financiado por la empresa Knoll, el premio consiste en diez mil dólares y una silla Barcelona diseñada por la diseñadora alemana Lilly Reich y el arquitecto y diseñador alemán-estadounidense Ludwig Mies van der Rohe.
El premio, que se entrega cada dos años, rinde homenaje a “arquitectos, diseñadores y conservacionistas que han demostrado soluciones innovadoras para preservar o restaurar la arquitectura moderna amenazada”. En 2012, el Fondo Mundial de Monumentos (WMF, por sus siglas en inglés) había incluido la Casa sobre el Arroyo en una lista de patrimonios arquitectónicos en riesgo. “Entre las razones más importantes para otorgar el premio al proyecto de conservación de la Casa sobre el Arroyo están la restauración rigurosa de la arquitectura y los esfuerzos comunitarios de muchos años de trabajo, abogando para poner en valor y preservar la casa”, dice a LA NACION el arquitecto español Javier Ors Ausín, mánager del Premio del WMF.
“Estamos orgullosos de compartir que la tarea de conservación en la Casa sobre el Arroyo se ha convertido en el primer proyecto modernista sudamericano en recibir este premio”, dijo la presidenta y directora ejecutiva del WMF, Bénédicte de Montlaur. “El modernismo argentino tiene sus raíces en múltiples escuelas, y la Casa sobre el Arroyo representa la naturaleza viva de ese estilo. Su importancia como ícono arquitectónico la ha convertido en un símbolo de orgullo nacional para Argentina y la conservación del sitio restablece la casa como parte integral del patrimonio latinoamericano”. La ceremonia de premiación tendrá lugar en Nueva York, donde está la sede del WMF, el próximo 27.
La Casa sobre el Arroyo, con una arquitectura brutalista y lúdica, atraviesa como un puente el Arroyo de las Chacras. Fue reinaugurada en abril de 2023, con la presencia del entonces Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y el de Cultura, Tristán Bauer. En 1997, había sido declarada Monumento Histórico Artístico Nacional.
“Empezamos en 2016 con el proyecto en el que trabajaron profesionales y funcionarios de los dos ministerios y de la Comisión Nacional de Monumentos, de Bienes y de Lugares Históricos, que en ese momento presidía Teresa Anchorena -dice el arquitecto Fabio Grementieri a LA NACION-. En 2021, se dispusieron los fondos para la restauración. La casa estaba en muy mal estado y había sido vandalizada”. Él “nominó” la Casa sobre el Arroyo al Premio del WMF en octubre de 2023. “Es un ícono de la arquitectura moderna -sostiene-. Este reconocimiento muestra que nuestra cultura del patrimonio y nuestros profesionales y técnicos están en un nivel importante”. Grementieri destaca que las obras más rigurosas de restauración, de acuerdo con criterios internacionales, están (o estaban) a cargo del Estado.
Por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos trabajaron el proyecto, la licenciada Anchorena y Grementieri; por la ciudad de Mar del Plata, la licenciada Magalí Marazzo; por el Ministerio de Obras Públicas y la Dirección Nacional de Arquitectura, los arquitectos José Ferrero, Guillermo Frontera y Fermín Labaqui; por la Dirección Nacional de Gestión de Obras, el ingeniero Carlos Ramírez y la arquitecta Mariana Quiroga, y por la Asociación Amigos de la Casa sobre el Arroyo, la arquiteca Graciela Di Iorio. El Archivo Amancio Williams fue una fuente de consulta imprescindible para la restauración de la casa.
“Es un reconocimiento muy importante -dice Di Iorio a LA NACION-. Nominaron a sesenta obras de todo el mundo y ganó la Casa sobre el Arroyo; el premio la posiciona a nivel internacional y también tiene implicancias para el futuro, y además entrega diez mil dólares, lo que permitirá continuar con tareas de mantenimiento”.
“La restauración de la Casa sobre el Arroyo formó parte del Plan Federal de Infraestructura Patrimonial del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, con financiamiento del Estado nacional, en la gestión de Gabriel Katopodis”, detalla la arquitecta Quiroga. También se restauraron el Colegio Centenario de Santiago del Estero (con apoyo financiero de la provincia), y las capillas de responso del Cementerio Alemán y del Cementerio Británico.
En diálogo con LA NACION, la arquitecta Natalia Karbakian, creadora del proyecto “Ilustro para no olvidar”, destaca que el reconocimiento internacional de la Casa sobre el Arroyo fue posible, primero, gracias al reconocimiento a nivel nacional. “Diversas acciones de estima que reunieron a varios actores sociales, instituciones y comunidad activa, manifestando su total interés de preservación, culminaron en el compromiso del Estado nacional, asignando el presupuesto necesario para un proyecto de intervención meticuloso seguido de su restauración -dice-. Obras que narran tiempos y memorias, monumentales o exentas, como el Parador Ariston de Marcel Breuer o el Sexto Panteón del Cementerio de Chacarita de Ítala Fulvia Villa, o bien tantas otras barriales y desestimadas, que definen nuestra trama urbana, precisan ser reconocidas y reivindicadas por nosotros. Tomar dimensión de la riquísima y singular herencia cultural e histórica que se inscribe en es este tiempo, en nuestra nación, es un acto fundamental para las generaciones futuras. Es también educación”.
La Casa sobre el Arroyo, más conocida como Casa del Puente, se puede recorrer con previa inscripción y las visitas son un boom de esta temporada de verano en Mar del Plata.
Por Daniel Gigena
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