Olfato puro
El epígrafe es meramente informativo. Un perro de la Unidad Canina participa en de la operación “Place nette” (sitio limpio o despejado, en francés) en Font-Vert, al norte de Marsella, el 29 de noviembre último. Durante la acción policial se detuvieron a 24 personas vinculadas al narcotráfico y se incautaron “cantidades importantes de estupefacientes”. Ahora bien, ¿por qué se usan perros en la detección de drogas? Por su proverbial olfato, claro. Pero cuando uno mira en detalle el aparato olfativo de nuestros pichichos, las cifras y las adaptaciones evolutivas son abrumadoras. Mientras la superficie del epitelio olfativo humano es de 10 centímetros cuadrados, el de los perros es de 170 centímetros cuadrados. Donde nosotros tenemos 6 millones de receptores olfativos, los canes tienen 300 millones. Además, respirar y oler para ellos son dos procesos diferentes, y, en total, su sensibilidad resulta casi mágica.