Ocho hitos de la obra de Da Vinci se revelan en la muestra que abrió el Louvre
París.– Ninguna institución del mundo posee más obras de Leonardo da Vinci que el Museo del Louvre. Su colección contiene cinco pinturas, incluida la celebérrima Mona Lisa, de la que Leonardo no se separó, junto a otras dos de sus obras maestras, hasta el día de su muerte en Francia, en 1519.
Para conmemorar los 500 años de la muerte de Leonardo, el Louvre presenta una retrospectiva de unas 160 obras del maestro del renacimiento. La histórica muestra abrió hoy y concluirá el 24 de febrero próximo, es uno de los más ambiciosos sondeos que se hayan hecho de la obra del artista.
Se exhibirán ocho pinturas de Leonardo, además de la Mona Lisa, que seguirá en su habitual y siempre atestada galería superior, pero que podrá ser visitada con la misma entrada de la muestra. La exhibición también incluye 22 dibujos de la colección propia del Louvre, y pinturas y dibujos provenientes de instituciones como los Museos Vaticanos, la Galería de los Oficios de Florencia, la Royal Collection y la National Gallery británicas, el Museo del Hermitage de San Petersburgo, y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Entre las obras provenientes de colecciones privadas, se exhibirá el conjunto de escritos científicos conocido como Códice Leicester, propiedad de Bill Gates.
El proceso para asegurarse el préstamo de las obras de Leonardo fue complicado y en algunos casos ríspido. A fines del año pasado, los gobiernos de Francia e Italia se cruzaron feamente por el asunto. La entonces subsecretaria de cultura italiana, Lucia Borgonzoni, cuestionó que su país hubiese acordado prestar varias obras del artista durante el año del 500 aniversario de su muerte, y acusó a Francia de tratar a Italia como si fuese "un supermercado cultural". Poco después, las partes reanudaron las negociaciones, y el mes pasado finalmente fue anunciada la lista de obras de Leonardo que viajarían de Italia a París.
Una de las grandes estrellas de la lista por poco no llega al Louvre: se trata del famoso Hombre de Vitruvio, el dibujo de una figura masculina desplegada como un águila, que quedó retenida brevemente en Italia cuando un grupo conservacionista de legado italiano, llamado Italia Nostra, intentó bloquear su salida del país a través de una acción judicial de último momento, sobre la base de que la obra era demasiado frágil para sobrevivir al traslado. Recién la semana pasada, el tribunal desestimó el caso y permitió que el dibujo fuese exhibido en París durante ocho semanas.
El Louvre conserva la esperanza de conseguir otra de las obras que solicitó, el Salvator Mundi, atribuido a Leonardo, que fue vendido por 450,3 millones de dólares en Christie’s en noviembre de 2017. Con esa venta, la obra se convirtió en la más cara jamás vendida en una subasta, pero desde entonces nadie la ha visto y se desconoce su paradero. El comprador anónimo de la pintura es un allegado cercano del príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman, quien en realidad podría haber pujado secretamente en representación del príncipe. (El Louvre se ha negado a revelar detalles de esa y cualquier otra negociación por el préstamo de las obras).
La atribución del Salvator Mundi a Leonardo sigue siendo tema de debate. Uno de los curadores de la exhibición del Louvre, Vincent Delieuvin, dijo en una entrevista a principios de este mes que la pintura podía ser o un cien por ciento de Leonardo, o parcialmente de Leonardo (y el resto de uno de sus alumnos), o íntegramente factura de un alumno. Delieuvin aclaró que el Louvre solo determinará esa atribución cuando reciba la pintura y pueda examinarla. "Es una pintura dañada", dijo Louis Frank, otro de los curadores de la muestra. "Gran parte de la misma se perdió, y ha sido restaurada". Y agregó: "El Salvator Mundi es un fragmento, y las dudas se centran en ese fragmento".
Las obras exhibidas en el Louvre se agrupan en cuatro secciones que revelan la progresión de Leonardo como artista, no solo a través de sus dibujos y pinturas, sino también a través de copias de sus obras hechas por otros artistas, que funcionan como inusuales instantáneas de su carrera. La misión de la muestra, dice Delieuvin, "es ofrecer una imagen diferente de Leonardo, que tuvo una carrera más bien dispersa entre la matemática, la geometría, la anatomía, y de tanto en tanto, la pintura".
"Se pasó la vida luchando por lograr la forma más perfecta de pintura", agrega el curador.
A continuación, ocho hitos de la histórica retrospectiva del Louvre explicados por los curadores, que revelan la trayectoria artística de Leonardo y muestran la amplitud y el rango de sus talentos.
1. Estudio de ropaje para una figura sentada
Este exquisito estudio, hecho por Leonardo cuando era joven y propiedad del Louvre, es uno de los 11 dibujos que abren la exposición. Exhibido en la misma sala junto a una escultura de bronce que Leonardo conocía muy bien,e se cree habría inspirado su obra: el Cristo y Santo Tomas, de Andrea Verrocchio, maestro de Leonardo en aquel entonces. La escultura de Verrocchio fue prestada por la Iglesia y Museo Orsanmichele, de Florencia. El objetivo es demostrar que la relación de Leonardo con la escultura es "el primer ladrillo en la construcción de su universo artístico", dice Frank. Según los curadores, fue en ese momento que Leonardo hizo la transición de la escultura a la pintura, y eligió a esta última como vocación de por vida.
2. Estudio para una Virgen con frutera
Este dibujo, también propiedad del Louvre, ilustra un súbito cambio de estilo: de la precisión escultural de los dibujos de ropajes, Leonardo giró hacia una forma de bocetado más imprecisa y de libre inspiración, por no decir directamente confusa. Las piernas del Niño Dios, que toma una fruta con su mano y alza la mirada hacia la Virgen María, están dibujadas y redibujadas con trazos superpuestos, generando un efecto casi burdo. "Acá vemos a un artista que nunca se da por satisfecho, que retrabaja constantemente sus ideas", dice Frank.
3. Retrato de un músico
Este es el único retrato de una figura masculina que se conozca de Leonardo, y llega al Louvre en préstamo desde la colección de la Biblioteca Ambrosiana de Milán, propiedad del Estado Vaticano. Como la figura sostiene una partitura, siempre se ha creído que se trata de un músico. Sin embargo, Delieuvin dice que los recientes análisis de imágenes científicas revelaron que la mano que sostiene la partitura inicialmente no formaba parte del cuadro, o sea que la referencia musical podría ser una alegoría del paso del tiempo, de la naturaleza fugaz de la existencia. Esta pintura es "absolutamente meditativa: un cuadro de introspección", explica el curador. "El personaje está perdido en sus pensamientos."
4. San Jerónimo
Esta obra, cedida en préstamo por los Museos Vaticanos, es una pintura inacabada del santo católico, envuelto en un manto y arrodillado en el desierto, con un león rugiente a sus pies. Otrora propiedad de Angelica Kauffmann, para los curadores del Louvre se trata del perfecto ejemplo de uno de los temas claves de la exhibición: que Leonardo se daba a sí mismo la libertad de dejar las obras sin terminar. "Casi todas las pinturas de Leonardo están sin terminar", dice Delieuvin. "No era un artista interesado en producir kilómetros de frescos o vírgenes y retratos en serie. Se tomaba su tiempo, quería pintar obras perfectas."
5. La Belle Ferronière
Esta joven belleza renacentista es el retrato femenino de Leonardo más conocido después de la Mona Lisa, pero a diferencia de esta última, La Belle Ferronière es muy viajera: el Louvre se la prestó a la National Gallery de Londres para su muestra sobre Leonardo en 2011, y más recientemente, fue exhibida en la inauguración del Louvre Abu Dhabi. Con la pintura de esta joven –esposa o amante de Ludovico el Moro, duque de Milán–, Leonardo "revoluciona el género del retrato", dice Delieuvin. En vez de mostrarla de perfil, como era costumbre en la Milán de entonces, Leonardo la pinta girando la cabeza y mirando casi directamente al espectador. "Con ese movimiento de la figura, con esa extraordinaria mirada, quedan expuestos los sentimientos internos, la personalidad y el alma del personaje", agrega el curador.
6. Estrella blanca y otras plantas
Este bosquejo botánico, exhibido en la sección científica de la muestra, integra un conjunto de dibujos científicos conocidos como Códice Windsor, propiedad de la Royal Collection británica. El boceto es uno de las decenas de dibujos de plantas realizados por Leonardo para comprender como crecían, y así poder representarlas mejor al pintarlas. Según Delieuvin, también son obras de arte en sí mismas. "No es una mera descripción científica: Leonardo la ha cargado de toda la fuerza y la energía de la vida", señala el curador. "Puede sentirse el viento soplando entre las hojas."
7. El Hombre de Vitruvio
Si existiera el concurso del dibujo más famoso del mundo, Leonardo tal vez lo ganaría con su Hombre de Vitruvio. La célebre doble imagen de una figura masculina desnuda con los brazos y piernas extendidos dentro de un círculo y un cuadrado llega al Louvre en préstamo por la Galería de la Academia de Venecia. Se trata de un dibujo anatómico inspirado en la obra del arquitecto romano Vitruvio, y realizado por Leonardo cuando estaba abocado a la investigación de la matemática y la geometría aplicadas a los seres humanos. Representación de las proporciones ideales del hombre, este dibujo en tinta sobre papel es tan frágil que rara vez se exhibe al público.
8. La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana
Según Delieuvin, esta pintura es "el testamento de Leonardo", la obra a la que le dedicó más tiempo. El maestro renacentista se abocó durante 20 años a perfeccionar esta pintura, y para su ejecución realizó más dibujos preparatorios que para ningún otro de sus cuadros. Mientras que la Mona Lisa presenta a una sola figura, aquí hay tres personajes magníficamente entrelazados, con un elaboradísimo paisaje montañoso de fondo. En opinión de los curadores del Louvre, se trata de un logro aún mayor que el de la Mona Lisa y el San Juan Bautista, también propiedad del Louvre. Para Delieuvin, en términos de técnica pictórica "tal vez se trata de la pintura más reveladora, más ambiciosa y acabada que exista".
The New York Times
(Traducción de Jaime Arrambide)
Farah Nayeri
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