Objetivo Mordzinski: la literatura hispanoamericana contada en fotos
El fotógrafo argentino presenta en el CCK su muestra más ambiciosa: 347 retratos íntimos de escritores; archivos perdidos y recuperados
Cuando bajó a desayunar al restaurante del hotel, a las 7.45, Mario Vargas Llosa estaba ahí. El escritor ya había regresado de su caminata matinal. Era el 29 de enero de 2010 y se celebraba el Hay Festival en Cartagena de Indias. Quien relata la historia recuerda la fecha y el diálogo con precisión y se sorprende de que exista un escritor que madrugue más que él.
“Mario, te fotografié muchas veces pero nunca te hice una fotinski”, comenzó Daniel Mordzinski.
“¿Qué es eso, Daniel?”, preguntó el premio Nobel.
Quién mejor que Juan Villoro para responder esta pregunta: “Es una travesura visual. Aunque la realidad siempre es arbitraria, no siempre es fotogénica. En tales casos, el retratista recompone el entorno con vistosa dramaturgia. Saca un fusil, un foco, un gancho de ropa, un balde de agua, un capote de torero y crea una «situación». Estas fotografías van de la ironía a la autoparodia. Tomadas en serio, tal vez representarían un álbum psicoanalítico. Pero no hay el menor afán de escarnio en estas puestas en escena; se trata de un juego: literatura imaginada”.
El genial narrador mexicano definió así el estilo de Mordzinski en el prólogo de Cronopios (Alfaguara), un libro dedicado a Julio Cortázar que presentará el fotógrafo en Buenos Aires. El entusiasmo del artista argentino radicado en Madrid es inmenso, ya que también presentará Objetivo Mordzinski (organizada y producida por Acción Cultural Española AC/E) en el CCK. “Es la exposición más grande y ambiciosa de mi vida”, adelanta sobre esta muestra de 347 fotografías, la gran mayoría de ellas recientes o inéditas.
Regresemos a la propuesta a Vargas Llosa. El escritor peruano aceptó la fotinski. La cita sería ese mismo día, luego de la charla que daría en el teatro Heredia, moderada por Juan Cruz. El periodista y editor español indagó sobre la infancia de Vargas Llosa y sobre esas noches en las que se quedaba leyendo a escondidas de su mamá. “¡Ésa es la fotinski que estaba buscando!”, se iluminó. Mientras aún continuaba el evento, Mordzinski corrió al hotel para organizar esa epifanía en una habitación. Pidió la vela más grande que tuvieran en su poder y regresó de inmediato al teatro. Cuando regresó al coliseo, una multitud de lectores buscaban un autógrafo del escritor, y Mordzinski, virtuoso atleta de la paciencia, esperó como un caballero. En lugar de desandar los 300 metros caminando al hotel, subió al escritor a un auto y, sin darle demasiadas explicaciones, lo condujo a una habitación. Le dio su libreta Moleskine para garabatear unas palabras y le dijo: “Como cuando eras niño y te quedabas leyendo a escondidas”. Ésa fue la única consigna.
El narrador de la luz
Además de fotógrafo, Mordzinski es licenciado en Letras y tiene la fama de ser el único, en todos los festivales a los que asiste con su mágica lente, que ha leído a todos los autores allí presentes. “Trabajo mucho la estructura narrativa de una exposición. Parto de una idea y desarrollo un concepto, la forma es siempre importante pero nunca renuncio a la emoción y al sentimiento. Paso mucho tiempo decidiendo el lugar de cada foto”, explica. Para esta muestra elaboró un guion dividido en cinco partes. Las tres primeras son un homenaje a Rayuela. La quinta –sí, la quinta, ya nos detendremos en la cuarta– es un homenaje a los bicentenarios de los pueblos latinoamericanos e incluye retratos de sus escritores.
Una tragedia conmovió al mundo de la cultura hace tres años. Por entonces, un empleado del diario Le Monde (“por negligencia o estupidez”) tiró a la basura o quemó 55.000 negativos y diapositivas de Mordzinski, quien había trabajado durante 23 años para la publicación francesa. “Esa pérdida es una triste alegoría de nuestro tiempo, una época en la cual la memoria y el trabajo no interesan.” El fotógrafo reservó el cuarto capítulo de su muestra, con el título “Cómo mirar lo que ya no existe”, a una instalación que contiene demonios y ángeles, entre el exorcismo y la bendición. Durante mucho tiempo, el artista, devastado con esta aberración, inmerso en un duelo infinito, pidió no hablar del tema. En los últimos meses hubo una noticia aliciente, pero Mordzinski no salió a vomitar la revancha, a pesar de que cualquier escritor prestigioso y cualquier medio internacional podría haberse hecho eco de la novedad: “La justicia francesa ha fallado a mi favor y condenando al prestigioso periódico a una reparación simbólica en lo material, pero importante en el plano moral. Una victoria amarga de la razón y de las letras que no puedo considerar sólo mía, sino también de los muchos que me apoyaron”.
Como un boomerang, Mordzinski, quien siempre regaló en papel las fotos de los escritores a los que retrató, comenzó a recuperar su arte de las propias manos de sus musas. Gracias a la Audiovideoteca de Escritores de Buenos Aires, y con una iniciativa impulsada por Hernán Lombardi cuando era ministro de Cultura porteño, estas imágenes pudieron ser digitalizadas. De a poco, y mientras viaja por el mundo, se invierten los roles y quien antes obsequiaba ahora es obsequiado. “Nunca imaginé que regalando una foto la estaba poniendo a salvo también. A veces la vida te regala esas cosas. Cada foto recuperada me ayuda a renacer.”
Cronista y custodio de la memoria literaria mundial de las últimas décadas, Mordzinski escribe, con cada obturación y cada flash, de modo involuntario, una suerte de canon donde logra lo imposible: no existe autor que no quiera pertenecer a ese universo, el de los retratados por Mordzinski. “Para mí, la única frontera clara es el respeto. Los escritores aceptan mis propuestas porque se divierten y saben que nunca hago trampa.”
Gabriel García Márquez
Una de las imágenes más emblemáticas de Daniel Mordzinski y también uno de los últimos retratos del Nobel colombiano.
Juan Gelman
El poeta argentino con instrumento argentino.
Mario Vargas Llosa
“Como cuando eras niño y te quedabas leyendo a escondidas.” Eso fue lo único que el fotógrafo le pidió al autor peruano
Para agendar
La muestra de Daniel Mordzinski inaugura el 15 de este mes en el CCK (Sarmiento 151).
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