Nunzia Locatelli: “Mama Antula está orando en un momento de crisis; ella provocó el encuentro entre el Presidente y el Papa”
Las periodistas Nunzia Locatelli y Cintia Suárez, autoras del libro, estarán mañana en la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, la primera santa argentina y la primera escritora de América del Sur
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“Mama Antula está orando para que se difunda paz y amistad en un momento de crisis. Ella provocó el encuentro entre el Presidente y el Papa”, asegura Nunzia Locatelli. La periodista italiana realizaba un documental sobre el Papa Francisco, El camino del ángel, cuando, inmersa en esta tarea, acudió a visitar la tumba de Mama Antula en la basílica Nuestra Señora de la Piedad (en Bartolomé Mitre 1523). Allí estaba, casualmente, aquel día, Cintia Suárez, periodista argentina. “Fue un encuentro providencial. Nosotras lo llamamos la diosidencia: la coincidencia de Dios”. Desde entonces juntas han escrito varios libros, han brindado conferencias en todo el mundo y han trabajado de modo ininterrumpido en varios proyectos. El domingo estarán presentes en la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa o Mama Antula, la primera santa argentina y la primera escritora de América del Sur, en una misa oficiada por el Papa Francisco a la que acudirá Javier Milei.
Locatelli atiende el teléfono desde el Vaticano. Acaba de concluir un acto en la Pontificia Universita Santa Croce donde recibió junto a Suárez a los principales medios y agencias del mundo para hablar de Mama Antula. La primera santa de Argentina (Catarsis), un libro que ha exigido 13 años de investigación y que se exhibe en las vidrieras de las tiendas de la Via della Conciliazione, en italiano y en castellano, y que puede adquirirse en las librerías argentinas y a través de la venta online (Librorum). En breve además disertará en la Sala Filmoteca Vaticana, en un evento oficial de la institución a la que acudirán los obispos de Santiago del Estero y de Añatuya, Vicente Bokalic y José Luis Corral, respectivamente, donde Leo Dan y Manuel Wirtz entonarán el himno de Mama Tula.
Mama Antula nació en Santiago del Estero en 1730 y falleció en 1799, en Buenos Aires. Uno de los milagros que llevó a cabo fue la sanación de la religiosa de Rosa Vanina, del instituto de las Hijas del Divino Salvador, quien se recuperó de una sepsis general en el año 1900. Este fue su primer milagro reconocido por el Vaticano que permitió luego su beatificación. El segundo milagro que se le atribuye es la curación en 2017 de una persona internada en un hospital de Santa Fe quien sufría un ictus isquémico con infarto hemorrágico y se encontraba desahuciado. Sus familiares rezaron a Mama Antula y el paciente se sanó, en un hecho inexplicable para la ciencia. Este hombre estará presente mañana en el acto de canonización. Tras la expulsión de los jesuitas de América en 1767, Mama Antula continuó con su legado, difundiendo su mensaje y sus ejercicios espirituales.
Hace 18 meses, Locatelli y Suárez encontraron un tesoro en el Archivio di Stato di Roma rastros: 300 cartas de Mama Antula. Pedro Luis Barcia, expresidente de la Academia Argentina de Letras de la Academia Nacional de Educación, analizó esas misivas y escribió un texto donde argumentó los motivos por los cuales debía obtener, la por entonces beata, el doctorado honoris causa en la Universidad de Santiago del Estero y reconocerse la importancia de esta narradora: “María Antonia debería ocupar un sitio, aún no reconocido, en los trabajos que se ocupan de la evolución de la literatura argentina femenina, debido al caudal considerable de cartas de su autoría, más de medio centenar hasta las hoy editadas, junto con otros escritos de diferente naturaleza y estilo (…) Ninguna escritora ni escritor nacido en el Plata alcanzó la difusión mundial que alcanzaron las epístolas de María Antonia a las más importantes lenguas modernas (…) Esta situación no puede exhibirla ningún escritor argentino, no ya del período hispánico, sino hasta entrado el siglo XX”.
-¿Cuál ha sido el rol del Papa Francisco para lograr la canonización de Mama Antula y brindarle visibilidad?
-Es la persona que levantó nuevamente la causa cuando estaba sepultada, en los años noventa, y no iba ni adelante ni para atrás. Desde su lugar de arzobispo de Buenos Aires logró la exhumación, que se completaran datos sobre la vida de Mama Antula, que se tradujeran sus cartas. En una carta que nos escribió el Papa en diciembre nos dijo: “Esta canonización hará mucho bien al pueblo argentino”.
-¿Imaginó alguna vez que Mama Antula podría ser canonizada?
-La esperanza siempre está. Soy una persona muy positiva y creo que siempre hay una luz al final del túnel. Pensaba que era un error histórico, una injusticia histórica, haberse olvidado de Mama Antula y sentía la necesidad de ponerla nuevamente en valor como mujer, como una persona que hizo mucho por su patria.
-¿Por qué es considerada la “madre espiritual de la patria argentina?
-Ese es un concepto post mortem. Ella funda en 1795 la Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires y por allí pasaron muchos de los próceres argentinos, como Cornelio Saavedra o Mariano Moreno. En las cartas descubrimos que estuvieron allí. En esos ejercicios espirituales había también valores fundantes de una república y ella permitió que se perpetuasen esos valores, ante la ausencia de los jesuitas, desterrados. Ella también se puede considerar la primera mujer jesuita, aunque no se haya contemplado una parte femenina en la Compañía de Jesús.
-¿Qué aspecto de la vida del Virreinato se ilumina en sus cartas o qué información le llamó la atención?
-Se puede apreciar cómo ella organizaba la vida cotidiana, su pragmatismo, en esos claroscuros de la vida colonial. Se veía el apuro que tenía por cerrar algunos temas, cómo hacía para conseguir el dinero para abrir más casas espirituales y cómo ella invocaba la vuelta de los jesuitas. Recibía donaciones de todo tipo. Debería darnos clases de Fundraising porque tenía hasta tornos para que no se enfriara la comida. Pensó en cuartos de panificación, en dividir las habitaciones de mujeres, por un lado, y la de los hombres, por el otro. Ella se escribía, por ejemplo, con Gaspar Juárez, el primer botánico argentino, un jesuita desterrado, que fundó el Huerto Vaticano Indico, y con Ambrosio Funes. Gracias a ese carteo se pudo reconstruir la vida de Mama Antula.
-Mama Antula recorrió 4 mil kilómetros a pie llevando las enseñanzas de los jesuitas, desde Santiago del Estero hasta Buenos Aires. ¿Qué huellas o testimonios quedan de aquel periplo?
-Quedaron sus sandalias en una urna donde hay parte de sus restos que no están en la Basílica de la Piedad. Hay testimonios en la Apositio, un libro donde se escribe todo el proceso canónico, donde personas han escuchado de sus antepasados los hechos milagrosos que ocurrían en torno a ella: multiplicación de objetos, de comida, del agua que no la mojaba, la bilocación.
-Cuénteme un poco más del don de la bilocación.
-Cuando estaba en Buenos Aires, iba a visitar a una persona, pero las monjas decían que ella se encontraba en la Santa Casa. Es decir, se encontraba en dos lugares al mismo tiempo.
-Además de su faceta como religiosa, merece ser estudiada como escritora. ¿Por qué?
-El doctor Barcia permitió algo muy importante gracias a su definición y estudio minucioso como primera escritora de América del Sur. Sus cartas fueron traducidas a muchos idiomas porque los jesuitas quería conocer cómo hacía esa mujer del otro lado del océano para organizar esa casa. Había mucha curiosidad en torno a ella. Ella recibió una educación, pero las mujeres de la época apenas sabían leer y escribir.
-Se habla de Mama Antula como una transgresora de su época. ¿Por qué? ¿Con qué rompe? ¿A qué se anima?
-La transgresión surge a partir de una prohibición. No se podía mencionar a la Orden, que fue suprimida ni la palabra “jesuita”. Mientras tanto ella continúa llevando a cabo lo que había aprendido de los jesuitas. Ayer el arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva dijo: “Fue una mujer de coraje”. Cuando salió el primer libro de Mama Antula y dijimos que había sido “la mujer más rebelde de su tiempo”, nos criticaron mucho, pero ahora hasta el Papa usa esos términos. Fue una mujer muy moderna que no se quedaba a esperar que las cosas sucedieran.
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