Nuevos huéspedes para la casona de Victoria Ocampo
El edificio vanguardista de Barrio Parque se convertirá en residencia de artistas; el Nobel Pamuk, llegará en noviembre
"Jorge Luis Borges solía decir que Victoria Ocampo era valiente y hospitalaria; de alguna manera eso es la Argentina", recordó Carolina Biquard, presidenta del Fondo Nacional de las Artes (FNA) al anunciar que la casa de Barrio Parque de la fundadora de la revista Sur, puente cultural entre América y Europa, se convertirá en poco tiempo más en residencia de escritores del mundo y de nuestro país.
Caminando entre vidrieros y pintores que daban los últimos toques a la casona que, con el diseño inicial de Le Corbusier, fue levantada por el arquitecto Alejandro Bustillo, Biquard dejó flotando la posibilidad de que Orhan Pamuk, el premio Nobel de Literatura 2006, que vendrá al país en noviembre próximo, se convierta en el primer huésped del amplio dormitorio de Victoria Ocampo.
El escritor turco llegará a Buenos Aires invitado por el designado director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, que recientemente ha recorrido la casa de Rufino de Elizalde 2831, y que realiza gestiones para establecer lazos con las casas de José Saramago, en Portugal, y la de Marguerite Yourcenar, en Estados Unidos, que contribuyan al intercambio de autores entre las tres instituciones.
Mientras se trabaja para terminar de recuperar el segundo piso de esa casa de 702 metros cuadrados cubiertos, cuyo segundo dormitorio es conocido como "el de Ortega y Gasset", la planta baja estrenará hoy, a las 19, una exhibición inicial de 33 obras (pinturas, esculturas e instalaciones) del acervo del FNA. La muestra fue curada por Gabriel Palumbo, que seleccionó a artistas y estilos argentinos entre 1858 y 2015 para "mostrar la riqueza de la colección propia".
El infierno de San Alfonso, de León Ferrari, se enfrenta al San Martín de la gloria, de Daniel Santoro. Anversos, de Diana Dowek, parece desafiar a Dominante N° 8, de Ary Brizzi. Sugestión de un círculo, un bronce de Enio Eiommi, interpela la instalación de medidas variables sin título de Marina de Caro. Carreteras en la playa, lápiz de Mauricio Rugendas, contrasta con su candor de junio de 1845 con Y mañana será un príncipe, el sapo en técnica mixta de Luis Friesztav, que parece listo para recibir el beso que ponga fin a su hechizo.
Ubicada estratégicamente en el corredor cultural que une el Malba con los museos nacionales de Arte Decorativo y de Arte Popular José Hernández, en la zona más coqueta y exclusiva de Palermo, la casa de Victoria Ocampo mantendrá su programa de actividades, entre las que se destaca un ciclo de música de vanguardia a cargo de Marcelo Moguilevsky, y sumará un restaurante en el espacio donde estaba el comedor familiar del primer piso.
La vasta biblioteca de Raúl Castagnino que ocupa el dormitorio de Victoria Ocampo será trasladada a la sede del FNA.
"La casa en sí misma es una obra de arte y es más que una casa: es una época. Victoria Ocampo fue una gran gestora cultural, un puente entre Europa y América", destacó Facundo Gómez Minujín, vicepresidente del FNA y representante del Banco Central en ese directorio al compartir un recorrido por las remozadas instalaciones junto con Biquard, con Teresa Anchorena (Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos), con el arquitecto Fabio Grementieri y con Palumbo.
"El patrimonio tiene que vivir", sumó Teresa Anchorena al anticipar a LA NACION que esta residencia será la primera en recibir la declaración de "patrimonio racionalista" en el país y que su vecina de enfrente, la réplica de la casa del general José de San Martín en Grand Bourg, será "monumento histórico nacional".
El cuarteto subió y bajó por la mítica escalera blanca, pero no se dejó tentar con la posibilidad de hacer una remake de la foto de 1931, que registra la fundación de la revista Sur. En aquella imagen en blanco y negro, Victoria Ocampo aparece rodeada por Francisco Romero, Eduardo Bullrich, Guillermo de Torre, Pedro Henríquez Ureña, Eduardo Mallea, Norah Borges, Enrique Bullrich, Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Ramón Gómez de la Serna, Ernest Ansermet, Nenona Padilla y María Rosa Oliver.
También es distinta la actitud de los vecinos de la zona. Ya no hay quienes se escandalicen, como en los años 20, porque el estilo racionalista de Le Corbusier rompía con la fisonomía neoclásica francesa de los palacetes circundantes. "Hay muchas personas del barrio que se acercan para ver qué estamos haciendo y para preguntar cuándo se inaugura la exposición del patrimonio artístico del FNA" , sostuvo Palumbo.
Le Corbusier dio su aprobación final a la adaptación de Bustillo en una visita que hizo a la casona en 1929. La casa familiar se cerró en 1940, cuando murió el padre de Victoria Ocampo y ella decidió establecerse en su palacete de San Isidro.
Entre ese año y 2003, cuando el FNA adquirió la casa, tuvo otros dueños y un inquilino particular que quizá por aquellos salones de paredes blancas y amplios ventanales habrá comenzado a moldear un sueño que cumplió hace pocos meses: el presidente Mauricio Macri.
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