Nuevo giro en la compleja trama judicial del mural de Siqueiros
La empresa propietaria de la magnífica obra de arte, que se exhibe en el Museo de la Casa Rosada, desistió en su acción judicial y, tras reclamar por más de trece años al Estado su devolución, ahora lo deja más cerca de la expropiación
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Un nuevo giro judicial vuelve a poner la lupa sobre el emblemático mural Ejercicio plástico, de David Alfaro Siqueiros, exhibido en el Museo Casa Rosada, que desde hace años es protagonista de una trama de enredos legales. Después de que la empresa propietaria de la obra de arte, Decanor SA, pidiera expresamente al gobierno de Javier Milei -como hizo con los anteriores- la devolución del bien, ahora desiste y deja al Estado más cerca de convertirse en el dueño del mural.
En 2009, por medio de la Ley 26.537, el Congreso declaró a la obra de arte de utilidad pública y sujeta a expropiación, desencadenando así una serie de sucesos jurídicos que continúan hasta hoy. La empresa propietaria interpuso entonces una demanda contra el Estado Nacional impugnando la constitucionalidad de esa ley y dando inicio a un pleito que comenzó en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N°1 y llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) en junio pasado. Es justamente la parte demandante la que ahora, después de trece años de litigio, desiste de su petición de inconstitucionalidad, y en ese acto deja al Estado más cerca de convertirse en el dueño del mural.
En el texto presentado el martes, de diecisiete páginas y varios anexos, al que LA NACIÓN tuvo acceso, la empresa fundamenta y detalla los motivos principalmente de índole económica y financiera que los lleva a aceptar la sentencia de segunda instancia que en febrero de 2023 había establecido la constitucionalidad de la ley de expropiatoria. ¿Por qué lo hace? Cabría un análisis de índole político, jurídico y económico. En primer lugar, Decanor viene reclamando consecutivamente a los gobiernos argentinos la devolución de la obra, sin éxito. Por otra parte, ya se confirmó la desposesión del bien a favor del Estado, un paso hacia la expropiación; y finalmente, por lo anterior y por otros impedimentos de índole legal que condicionan la venta o enajenación de este bien declarado de interés histórico artístico, es más bien claro que Decanor muy difícilmente podría lucrar con el mural, incluso en el hipotético supuesto de que la ley expropiatoria hubiera sido declarada inconstitucional. Además, sostener la demanda le acarrea gastos.
Sin embargo, este hecho no marca el final de la historia, ya que todavía sigue pendiente el juicio iniciado por el Estado Nacional contra Decanor S.A. en 2010, para hacer efectiva la expropiación. Una expropiación se completa cuando se dan tres requisitos: se toma posesión del bien; se dicta una sentencia firme y se realiza el pago de la indemnización.
En el caso del mural de Siqueiros, la toma de posesión del bien a favor del Estado se confirmó en diciembre de 2023, mediante un fallo de la Corte Suprema. Ese juicio se encuentra en pleno trámite en primera instancia y tiene pendiente definir el monto que se deberá abonar a la empresa expropiada en concepto de indemnización. En términos prácticos, el retiro de la acción de inconstitucionalidad por parte de Decanor S.A. despeja el camino para que, en el marco del juicio expropiatorio, se dicte ese veredicto, y se ponga fin a esta trama decenaria.
La prehistoria de esta historia
Adquirido por Decanor S. A. a Fine Arts S.A en 1994, Ejercicio Plástico pasó de la oscuridad de un depósito en San Justo a una cadena de discusiones judiciales y embargos legales, hasta que en 2003, durante el gobierno de Néstor Kirchner, el decreto 1045/2003 lo declaró bien de interés histórico artístico, colocándolo bajo el amparo y custodia del gobierno federal, en el marco de la Ley 12.665, habilitando al Estado a llevar adelante acciones para preservarla. En el marco de un contrato de comodato, la empresa prestó en 2008 la obra al Estado, inicialmente con plazo hasta el 31 de diciembre de 2010, para que fuera exhibido durante los festejos por el Bicentenario de la Argentina. Con este cometido el mural salió de su encierro y se trasladó a los tinglados que se levantaban detrás de la Casa Rosada para su restauración. El 4 de diciembre de 2010, se inauguró finalmente la obra del muralista, en una ceremonia encabezada por Cristina Kirchner y el entonces presidente mexicano, Felipe Calderón. Desde entonces se exhibe en el ex Museo del Bicentenario, actualmente rebautizado Museo de la Casa Rosada, donde se puede visitar de miércoles a domingos, de 11 a 18.
Pero fue antes de aquel hito histórico -y antes también de que se venciera el plazo del préstamo- que el Congreso sancionó la ley expropiatoria: desde enero de 2011 Decanor estuvo impedida de cualquier posible lucro, según expresó en su escrito ante la CSJN. En reiteradas ocasiones, la empresa pidió al Estado Nacional la devolución de la obra de arte, según lo convenido en el contrato de comodato. Si bien el Estado se encuentra facultado por ley para retirar su acción de expropiación hasta que esta esté completa [o perfeccionada, en términos jurídicos], todos los gobiernos hasta el momento, incluyendo el actual, mantuvieron la firme intención de continuar con la expropiación. Antes de desistir de la acción de inconstitucionalidad, la empresa había requerido al gobierno de Javier Milei la devolución de la obra y el cumplimiento del contrato de comodato. Pero el primero de marzo, mediante una carta documento, el gobierno respondió y marcó como improcedentes los reclamos de Decanor, considerando que Ejercicio Plástico es un bien expropiado por ley y que su legítima posesión en cabeza del Estado fue reconocida por sentencia firme.
En mayo de 2023, según hace constar el documento, Decanor S.A. recibió una propuesta de compra del mural desde México por un valor de US$150 millones. Esa oferta tenía un año de vigencia, pero caducaría automáticamente en el caso que la empresa propietaria aceptara la expropiación. Decanor “prácticamente está privado del uso económico de su propiedad aún cuando se estimare “inconstitucional” la ley N° 26.537; por lo tanto, acepta la expropiación como único remedio ante el contexto legal y fáctico en que quedó inserta la pintura”, deja dicho en el texto mencionado.
Creado en 1933 por David Alfaro Siqueiros junto a otros artistas en el sótano de la casa quinta del empresario periodístico Natalio Botana, este tesoro latinoamericano tiene otra larguísima historia más allá de la legal.
Tras el fallecimiento de Botana en 1941 y algunos cambios en la propiedad del inmueble, el mural quedó encerrado en un sótano por más de cuatro décadas. Fue en 1988 cuando un joven restaurador de autos antiguos, Héctor Mendizábal, fallecido en 2007, conoció la reliquia y emprendió un proyecto que involucró a inversores, especialistas e ingenieros para recuperarla y extraerla de su sitio. Pero una vez logrado el objetivo, la pieza quedó nuevamente varada allí por muchos años más en los contenedores de un depósito en San Justo. La historia del segundo rescate, fruto de la colaboración público privada, es la que se sigue escribiendo hasta hoy. Y continuará.
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