Nueva visión sobre Sarmiento
Francisco M. Goyogana explora las ideas del autor de Facundo a la luz de su laicisimo y los debates sobre la educación pública
Aunque el eje de Sarmiento y el laicismo: religión y política es el vínculo del sanjuanino con las ideas que propugnaban una escuela no confesional en la Argentina, Francisco Goyogana aborda la cuestión con una gran amplitud, desde las raíces del laicismo en los procesos de secularización durante fines de la Edad Media y la Edad Moderna hasta sus consecuencias posteriores durante los años de la Ilustración.
Analiza también los profundos cambios ocurridos en Europa después de la Revolución Francesa con la aparición de los conceptos de libertad de culto y de conciencia, temas que tuvieron gran influencia en Estados Unidos y ocuparon los debates del Congreso Constituyente argentino de 1852, en el cual se debatieron intensamente los problemas vinculados con la religión y la libertad de culto.
Vicepresidente del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia, Goyogana hace una profunda indagación en esos antecedentes y en la influencia de varios autores en Domingo F. Sarmiento durante su estancia en Chile, período de lecturas y debates con personalidades de la época. Incluye en varios momentos de la obra el papel de la masonería en la gestación de ideas laicistas y la relación de Sarmiento con estas organizaciones, incluso los debates internos en la masonería con respecto al tema de la enseñanza laica.
El autor hace un seguimiento de las ideas laicistas de Sarmiento a través de sus artículos periodísticos durante los debates parlamentarios por la ley de educación y del Congreso Pedagógico inspirado por él. En ese contexto, se detiene en el relato del conflicto entre el gobierno nacional, presidido en ese momento por Julio Argentino Roca, y el nuncio Luis Matera, que finalmente fue expulsado del país, lo cual ocasionó la interrupción de relaciones con el Vaticano durante varios años.
Sostiene Goyogana que Sarmiento nunca fue anticlerical, sino laicista, una diferencia conceptual que lo muestra ampliamente tolerante con las ideas religiosas. Pero, al mismo tiempo, actuó como firme defensor de la independencia de una escuela a la que definió como "La escuela sin la religión de mi mujer", serie de artículos fruto de una conferencia pronunciada en la Escuela Normal de Maestras de Montevideo en 1883.
Ese discurso fue el inicio de la campaña liberal que culminaría el año siguiente con la aprobación de la ley 1420, que estableció la enseñanza laica en las escuelas de la República. El autor argumenta que la atribución de una postura anticlerical en Sarmiento debe ser interpretada en términos políticos, como parte de una lucha por reducir la influencia de la Iglesia Católica en la vida cotidiana del país, y no como un ataque a las creencias religiosas.
Buena parte de Sarmiento y el laicismo está dedicada a los debates producidos en el Congreso Nacional sobre la educación pública, que el autor sigue minuciosamente con citas de las diferentes intervenciones. A diferencia del Congreso Pedagógico de 1881, del cual Sarmiento fue nombrado presidente honorario y donde se trató de evitar los enfrentamientos religiosos, los debates del Congreso Nacional introdujeron con fuerza la cuestión y dieron como fruto la ley de educación laica, gratuita y obligatoria. Sin embargo, el debate legislativo de 1884 era una consecuencia directa de los resultados de aquel Congreso Pedagógico, que había puesto como prioridad nacional la instrucción pública.
SARMIENTO Y EL LAICISMO
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